Aznar, sobre su presidencia: "Tenía que colocar a España en el mejor sitio"
El ex presidente del Gobierno José María Aznar, que hoy ha recibido la Medalla de Oro al Mérito Europeo, ha asegurado que no se saldrá de la actual crisis económica con más intervencionismo y proteccionismo sino con más libertad y apertura. Por eso, avisó que Europa perderá influencia en el mundo "si sigue como va" y defendió la necesidad de apostar por las reformas para llevar a cabo cuanto antes una "transformación económica".
Aznar ha defendido la necesidad de la unión económica entre Europa y Estados Unidos como "elemento importante de prosperidad, estabilidad y seguridad en el futuro". "La Europa de la que estamos hablando nace después de la Segunda Guerra Mundial y es posible por esa relación atlántica, ha sido posible porque ha sido una Europa atlántica y será posible si continúa siendo atlántica", advirtió.
El presiente de la FAES hizo estas declaraciones después de recibir la Medalla de Oro al Mérito Europeo, una condecoración que concede la Fundación del Mérito Europeo que preside Jacques Santer. El acto contó con la intervención del ex ministro y ex comisario europeo Marcelino Oreja , que elogió la vocación europeista del ex jefe del Ejecutivo, así como su contribución al avance del espacio de justicia y libertad en el seno de la UE.
"Sé que éste es más tiempo de perdones que de valores y que uno es más simpático si pide perdón que si defiende lo que piensa. No es cuestión de pedir perdón o ser más simpático, pero que si uno tiene convicciones hace bien en defenderlas porque al final la conciencia y las convicciones son las que, como decía Churchill, permiten a uno andar por la vida con la cabeza bien alta", concluyó.
Aznar ha apostado por una Europa "decisivamente reformista" que, para salir de la crisis económica y de valores, debe creer en sí misma, tener más ambición y abrirse al mundo "más que nunca".
Sobre su mandato: «España tuvo fama de negociador incómodo»
Durante su discurso, el ex presidente del Gobierno explicó que cuando llegó al Palacio de la Moncloa abogó por "normalizar" la presencia de España en la OTAN y en las instituciones de la UE, ya que, según recordó, España entró en la Alianza Atlántica en 1992 de la mano de Leopoldo Calvo Sotelo e ingresó en la UE en 1986 con Felipe González. "Yo me tenía que ocupar de colocar a España en el mejor sitio posible", agregó.
En este sentido, aseguró que entonces España empezó a pensar en su interés y dejó de esperar a conocer cuál sería la posición de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. De hecho, aseveró que durante su mandato España pasó a tener fama de "negociador incómodo". "A mí no me importa nada, lo peor es tener fama de negociador cómodo", resaltó.
Aunque indicó que la política europea atraviesa "profundos problemas", la Unión Europea es "una gran necesidad". Además, se declaró "ferviente defensor" de la Alianza Atlántica y pidió su reforma para "adaptarse a los nuevos tiempos" y "responder a las nuevas amenazas".
El también presidente de la Fundación FAES señaló que Europa está basada "en las raíces históricas de los Estados nacionales" y recalcó que pretender "desde los nacionalismos excluyentes eliminar los Estados nacionales sólo puede llevar a más problemas en Europa".
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