Jack Kemp
La muerte de Jack Kemp ha sido injustamente ignorada entre nosotros. Pocos tuvieron tanta influencia como la que él tuvo en la derecha norteamericana de los últimos treinta años. Y desde ella en el movimiento conservador de todo Occidente.
De un origen intelectual modesto, graduado en preparación física en una universidad marginal en California, cuando en 1970 terminó su carrera como jugador de fútbol americano en los Buffalo Bills de Nueva York fue elegido miembro de la Cámara de Representates por ese distrito neoyorkino en un mal año para los republicanos. Kemp plantó cuatro mojones en la ruta del Partido Republicano a la victoria de Reagan en 1980: 1) Popularizó el recorte de impuestos como el camino más seguro al crecimiento económico y la creación de empleo. 2) Convenció a Reagan de que hiciera bandera electoral del recorte del 30% en el IRPF y después de que hiciera de ello una prioridad de su Presidencia. 3) Transformó el Partido Republicano de una formación elitista a un partido de la clase trabajadora. 4) Y junto a Reagan hizo de los republicanos un partido optimista y de ideas.
En 1980 pudo ser él el candidato, pero él prefería a Reagan. En 1988 la inercia de George Bush padre le derrotó. En 1996 fue candidato a vicepresidente con Bob Dole, pero ese era un naufragio que no tenía remedio. Kemp fue un hombre de principios. Consiguió prohibir la ayuda norteamericana a programas de la ONU que empleaban el aborto como método de control de la natalidad. El embajador de China fue a verle a su despacho del Congreso para protestar por esta iniciativa que cortaba la ayuda que recibía China para limitar la natalidad a un hijo por matrimonio. Kemp le escuchó. Finalizada la diatriba, Kemp le preguntó cuantos hijos tenía él. El chino, bajando la mirada, susurró que tenía tres. «¿A cuál de los tres salvaría usted hoy?» El embajador se fue sin contestar. Descanse en paz un gran hombre.
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