Es una broma que se permite un grupo de periodistas, entre los que se encuentran Pilar Cernuda y Antonio Casado, recién desembarcados de México, donde no palparon la «psicosis» desatada en la ciudad federal porque sólo pasaron unas horas en el aeropuerto. Sin embargo, al llegar a nuestro país, les esperaba un minucioso control sanitario y policial y una nube de flashes y cámaras, lo que les hizo percatarse del estado de alarma por la gripe porcina desatada dentro y fuera de nuestro país
Publicado Lunes, 27-04-09 a las 13:32
Entre los españoles recién desembarcados de México D.F. que han vivido con expectación lo que sucedía con el ya famoso virus A/H1N1 de gripe porcina desde el pasado viernes se encuentra un grupo de periodistas -como José Oneto, Pilar Cernuda, Antonio Casado y José Ramón Verano- que hoy cuentan a ABC.es cómo han vivido la psicosis en el país centroamericano y su peculiar experiencia de retorno a casa.

Los periodistas del Grupo Crónica agradecen el hecho de haberse hospedado junto a la Playa de El Carmen, en el Yucatán mexicano, por lo que no han padecido en primeras carnes cómo se desataba la alarma. Según Pilar Cernuda, un dato que sí les hizo caer en la cuenta de la graveda del asunto fue la orden de suspender las clases hasta el próximo 6 de mayo, lo que sucede «por primera vez en la historia de México». En cualquier caso fue más bien al aterrizar en la pista de la Terminal 4 de Barajas cuando tuvieron constancia de la importancia de la alerta decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todavía en el avión, explican Cernuda y Casado, llegaron las autoridades sanitarias para someter a todo el peaje a un cuestionario, además de informarles sobre lo que debían hacer si en los diez días siguientes al aterrizaje tenían algún síntoma gripal (fiebre, tos y dificultades respiratorias).

Localizador del pasajero vecinoUn dato que llamó poderosamente la atención de Pilar Cernuda, colaboradora del periódico ABC, fue que a todo el mundo se le recabó el asiento en el que habían viajado de México D.F a Barajas con el fin de que si se confirmaba el caso sospechoso de alguno de ellos, se supiera quién había estado más próximo al afectado en el vuelo y tenerlo localizado.

Cernuda habla de que, mientras en el aeropuerto mexicano, «aproximadamente la mitad del personal llevaba mascarillas -elemento del que ellos ya iban provistos por cortesía de los organizadores del viaje-», las medidas más contundentes llegaron al salir del avión de Iberia. En el Control de Aduanas e Inmigración del aeródromo madrileño, los más de 300 pasajeros procedentes de México tuvieron que amontonarse en cola para pasar la correspondiente revisión. «No se hicieron distingos entre viajeros, nos tuvieron más de una hora en la cola, porque faltaba personal, aunque me consta que a partir de hoy se solventarán estos problemas», reivindica Cernuda.

Curiosamente, el mensaje más contundente que ha pronunciado en los últimos días el secretario de Salud mexicano estriba en huir de los amontonamientos de gente porque, como parafrasea Antonio Casado de un comentarista del país americano, «en México hay aglomeraciones hasta en las cabinas telefónicas». Según las autoridades mexicanas, prohibir esas colas de personas supone una forma de parar el avance de la gripe humana de origen porcino.

Cernuda valora como «ejemplar» la pertinaz información de las autoridades de México sobre este episodio, que podría haber afectado de momento a 1.614 personas, ya que «automáticamente se pusieron a tranquilizar a la población, diciendo que se podía comer carne de cerdo, recordando el asunto en todo momento a través de cintillos por debajo de otras noticias y aconsejando qué hacer en todo momento».

Casado, colaborador de Antena 3, Onda Cero y columnista de El Confidencial, entre otros medios, refrenda la «claustrofobia» que padeció una vez en Barajas, «donde se produjo hasta un amago de motín» en el control policial. Creo que se está «sobreactuando» con las medidas adoptadas en España, lo que«nunca es malo» en casos como éste, pero fue significativo cómo, al salir al exterior a la sala de llegadas de la T-4, una nube de cámaras y periodistas se abalanzó sobre José Ramón Verano, redactor jefe de la agencia de noticias Servimedia, que aún llevaba la mascarilla puesta. Parecía que estábamos ante una «guerra bacteriológica», pero «si hubiéramos corrido algún riesgo, lo habríamos corrido en Barajas», bromea el periodista.

Más serio, Casado confía en que no se desboque la alarma para un país como México que ya tiene de por sí una imagen desgastada a costa del narcotráfico y que bebe, principalmente, de una fuente de ingresos: el turismo.

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