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«Paciencia» con la ministra

«La cultura siempre ha sido viva y crítica y eso es lo que la ha hecho grande». De esta manera, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero , tras la entrega del Cervantes -a la que acudió acompañado por su esposa Sonsoles Espinosa , vestida de negro- y a preguntas de los periodistas, contestaba sobre la críticas que ha suscitado el nombramiento de la nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde . Y a continuación pidió «tiempo» y «paciencia» para valorar sus actividades y su gestión. Sin embargo, con un cambio de terció, respondió -o más bien no- a la pregunta de sí la nueva ministra podrá resolver los problemas a los que se enfrenta: «Lo único que puedo decir es que ha pronunciado un discurso precioso».

Más locuaz y generoso en declaraciones se mostró el jefe del Ejecutivo sobre el discurso del premiado, del que destacó «su belleza literaria». «Marsé siempre ha tenido una memoria serena y enriquecedora de lo que ha sido un pueblo y sus vicisitudes». Entre los puntos del discurso que más llamaron la atención a Rodríguez Zapatero, éste hizo referencia a la quema de libros en catalán que tuvo que hacer la familia de Marsé durante la posguerra. En cuanto a la condición del autor de «Últimas tardes con Teresa», nacido en Cataluña pero que ha desarrollado toda su trayectoria literaria en castellano, Zapatero afirmó que «se ve que Marsé es un catalán que siente su identidad y que la comparte perfectamente con escribir castellano. No hay nada más enriquecedor y creativo para la convivencia que saber articular la diversidad y la pluralidad. De hecho, los mejores países han sido grandes cuando han integrado lo diverso», subrayó.

Debut muy arropado

Como todos los años, tras la entrega del Cervantes los invitados se reunieron a departir en uno de los patios del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Mientras Marsé conversaba con

el Rey Don Juan Carlos

se mostró muy cariñoso con los nietos del escritor

Marifé de Santiago

Juan Barja

Entre los asistentes a esta entrega, se encontraban el premio Cervantes de hace dos ediciones, Antonio Gamoneda , y escritores como Gustavo Martín Garzo, Manuel de Lope, Tomás Segovia, Martín Casariego ; los académicos, J osé Manuel Blecua y Carmen Iglesias ; el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha , y el director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Antonio Bonet Correa ; el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa , y el de la Universidad de Alcalá de Henares, Virgilio Zapatero ; el presidente del Instituto de España, Salustiano del Campo ; y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel . Entre los políticos, además de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre , y su Consejero de Cultura y Deporte, Santiago Fisas , se pudo ver al ex presidente del Congreso, Manuel Marín .

La nota de glamour, además de la que aportaba la ministra de Cultura, que vestía una blusa de color verde adornada por un gran lazo -del diseñador Miguel Palacio-, con pantalón claro y una cazadora de piel negra, lo puso el cantautor Joaquín Sabina , inseparable de sus gafas oscuras. Entre las ausencias, destacó la del ex ministro de Cultura y escritor, César Antonio Molina , predecesor de González-Sinde en el cargo.

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