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«En aquel infierno pusimos todos nuestros medios y el mayor cariño»

«En aquel infierno pusimos todos nuestros medios y el mayor cariño»

No hubo mala fe ni interés alguno en colgarse medallas, pues ya las tenía todas después de 44 años ejerciendo la Medicina y 42 en el Ejército con un historial impecable. En un alegato en el que volvió a defender su inocencia, el general Vicente Navarro insistió ayer, en la última sesión del juicio del Yak-42, en que él personalmente identificó los cuerpos de los 62 militares fallecidos y que en ningún momento esperó obtener un beneficio por repatriar esos cadáveres en el menor tiempo posible. Navarro no entró a valorar qué pudo pasar para que 30 de esas identificaciones resultaran luego incorrectas. De eso ya se había ocupado su abogado.

Navarro explicó que el equipo médico español cumplía un servicio que consistía en traer los cuerpos a España. Si él los identificó, dijo, fue para acortar el duelo de las familias. «En aquel infierno, en aquel escenario irreproducible, pusimos todos nuestros medios con el mayor cariño e intensidad», señaló Navarro. «Yo no soy Jekyll y Mr. Hyde. Nuestra actuación fue de servicio, a la institución militar y a los compañeros. ¿Por qué, para qué voy a hacer daño a las familias?», se preguntó.

El general justificó la somera descripción del estado de los cuerpos —plasmada en los informes de «autopsia» elaborados ya en Madrid— en que los médicos tienen que dar información suficiente a los familiares, «ahorrar detalles escabrosos y dulcificar las circunstancias de una muerte trágica para que no se sigan torturando y dando vueltas a algo ya irremediable».

En apenas seis minutos, Navarro tuvo tiempo también para elogiar la actuación de sus subordinados y coimputados José Ramón Ramírez (comandante médico) y Miguel Ángel Sáez (capitán médico), quienes renunciaron a la última palabra. De ellos, el general subrayó su «dedicación, esfuerzo y sacrificio». «Los juicios paralelos durante estos cinco años han hecho que suframos una zozobra que sólo nosotros sabemos», dijo.

Acta de entrega turca

Con anterioridad, el abogado de Navarro, para quien la Fiscalía pide cinco años de cárcel por falsedad documental (para los otros dos, solicita cuatro y medio), culpó a los forenses turcos de los errores en la identificación de los cadáveres, pues sólo ellos «manipularon» los cuerpos. La intervención del equipo español fue de auxilio a los forenses, en el sentido de que se limitaron a «ayudarles» a poner nombres y apellidos a los fallecidos a través de documentación, galones, fotos y «otros objetos». El letrado Ramiro Guardiola intentó desacreditar el acta de entrega turca —de la que se derivan el resto de documentos presuntamente falsos— y aseguró que la actuación de los turcos tuvo numerosos fallos, como el de «juntar dos cadáveres» ucranianos en una sola bolsa al no «cuadrarles los números». Hubo fallos también, dijo, en la «cadena de custodia», «en todo momento» en manos de los turcos.

Por otra parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que este caso se ha «utilizado políticamente» y recordó que «ya se han pedido disculpas por los errores que se hubieran podido cometer». En la misma línea, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sostuvo que «no se debe criminalizar a nadie cuando la intención era acortar el sufrimiento de las familias».

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