Juande califica de falta de respeto el penalti de Casquero
El Getafe se las prometía muy felices cuando Pepe cometió penalti sobre Casquero a falta de tres minutos para el final. Una ocasión pintiparada y con un hombre menos el rival. El propio agredido fue el encargado de medir el talento de Casillas desde los once metros. El Bernabéu no enmudeció. Todo lo contrario. Agitó la mejor y más fiables de sus banderas. «Íker, Íker, Íker...»
Casquero se lo pensó dos veces. Error. Mientras Casillas se sacudía los nervios y buscaba la concentración. El jugador del Getafe vio la grandeza a la vuelta de la esquina. Le habían hecho el penalti y quería llevarse el premio. Optó por un lanzamiento arriesgado. A lo Panenka, un cliché de artista. Fueron unas décimas interminables para todos.
El balón salió manso de las botas del futbolista. A paso de Semana Santa. Casillas se venció hacia su lado derecho con los reflejos suficientes para adivinar la intención del lanzador. Se frenó, volvió sobre sus pasos y atrapó la pelota. Al portero no le importó el gesto de cierta chulería. Sólo pensaba en sacar rápido para buscar el tercer gol.
Víctor, tirar a romper
Cuando llegó la explosión con el gol de Higuaín, Casquero se quería morir. No había consuelo para él. Pasó de héroe a villano en un minuto. No había consuelo para el lanzador y alguna lágrima furtiva visitó el Santiago Bernabéu. Algunos jugadores del Madrid entendieron su dolor y le pasaron la mano por el hombre.
Ese dolor para Casquero llevaba adosado un análisis venenoso. Tanto su entrenador como Juande Ramos no entendieron la decisión que tomó. «Yo hubiera tirado el penalti a romper, pero simplemente porque va más con mi estilo de jugar. Él está muy jodido», señaló Víctor Muñoz.
El entrenador del Real Madrid no quiso mojarse al principio pero luego entró de lleno: «Tirar un penalti así es una falta de respeto. A mí no me ha gustado lo que ha hecho el jugador».
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