Contador certifica la Vuelta al País Vasco con un éxito contra el crono
J. GÓMEZ PEÑA
ZALLA (VIZCAYA). Alberto Contador nació para volar. Escalador de manual: 61 kilos, sin caderas, de piernas largas. Se presentó por su cuenta en un campeonato de España amateur contrarreloj. Rascó medalla. Bronce. Y sigue. El primer triunfo profesional del mejor escalador del mundo fue en 2003, en la casi anónima «crono» de la Vuelta a Polonia. Ayer recogió el último: la contrarreloj que le vistió de vencedor final de la ronda vasca, como en 2008. En Zalla dejó su huella. De gigante, y por delante de Toni Colom y Samuel Sánchez. «Alberto ha hecho una etapa maravillosa», resumió su director, Johan Bruyneel. Como este año en la «crono» de la Vuelta al Algarve y el prólogo de la París-Niza -aplastó a Wiggins, doble campeón olímpico de persecución-. En Zalla estaba el tricampeón mundial de «crono», Michael Rogers, y especialistas como Kreuziger, Larsson, Luis León Sánchez o Evans. Eran 24 kilómetros, con las ascensiones a Abellaneda y Beci. Bajo un cielo veloz, de sol y lluvia. Hace tres años, Contador había caído ante Gómez Marchante. Ayer rebajó en 45 segundos la marca de éste en 2006. Y recortó la suya en 1.15. En el tiempo que ha pasado para lograr ese minuto de mejora, ha hecho suyo el Tour, el Giro y la Vuelta. Y con la de ayer, dos ediciones de la Vuelta al País Vasco. De Zalla a Zalla en tres años de crecimiento.
En la cima de Abellaneda, Contador ya mandaba: 11 segundos sobre Colom, 24 sobre Samuel Sánchez y 31 sobre Evans. Esa renta, más los ocho segundos que guardaba en la general, anunciaban el triunfo. En Beci, elevó la renta a 33 y 45 segundos. Después, la gloria. Hoy, el descanso. Ya tocará pensar en el Tour.
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