La «peor tragedia del milenio» en Italia deja más de 170 muertos

Escombros tras el terremoto en Italia.

07/04/2009 a las 06:16h.

Desolación, devastación, desamparo y descoordinación. Estas cuatro D, definían ayer el panorama en el Aquila, una de las ciudades más afectadas por el terremoto que a las 03.32 de ayer golpeó el noroeste italiano. A medida que pasaban las horas el número de fallecidos aumentaba superando los 170, según confirmaron fuentes hospitalarias. La maquina política se puso en marcha de madrugada enviando a la zona al delegado de protección civil, Guido Bertolaso, quien definió el panorama como “la peor tragedia del mileno”. Faltó coordinación en la región, como pudo comprobar Abc recorriendo la carretera que unía Roma con el Aquila, y las calles de la ciudad. Una carretera desierta por la que pasaban ambulancias y camiones con víveres, y unas calles llenas de escombros y de trozos de casas a punto de caer.

El Aquila quedó devastada al igual que Onna y Paganica, epicentro del terremoto a sólo siete kilómetros. La desolación llegó con la noche, cuando los más de 60.000 desalojados buscaban dónde dormir: en el coche, en una tienda de campaña, o bajo un árbol. Ante la situación el presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi, declaró el estado de emergencia nacional, al mismo tiempo que convocaba de urgencia el Consejo de Ministros. “Es el momento de reaccionar”, dijo Berlusconi en rueda de prensa, anunciando la activación del “Fondo de catástrofes europeas”, que se unirá a las donaciones enviadas por privados, futbolistas y embajadas. Por primera vez Italia fue un país unido ante la tragedia, expresando los partidos de la oposición todo su apoyo al gobierno, y desconvocando la huelga de Alitalia en programa. Durante la noche y a pesar de la lluvia han proseguido los trabajos de desescombro, para seguir buscando a los desaparecidos, aunque el tiempo corre en contra, y el combustible empieza a escasear, según señalaron ayer los responsables de protección civil. Para los primeros días el Consejo de Ministros italiano ha destinado 30 millones de euros de fondos inmediatos, a la espera de cuantificar el jueves los recursos estructurales. Asimismo los ministros italianos otorgaron a Guido Bertolaso “poderes de actuación para intervenciones de emergencia”. “El desastre es grave, ahora tenemos que reconstruir la zona, y por ese motivo hemos destinado este dinero”, dijo Berlusconi señalando que la catástrofe podía haber sido peor.

A pesar de los numerosos voluntarios, sirven todavía 1200 bomberos y 1000 soldados, como solicitó el Cavaliere. La reconstrucción no podrá iniciar hasta que no finalice la búsqueda de las decenas de personas que siguen desaparecidas bajo los escombros, pero al mismo tiempo urge encontrar una demora para las personas que han pasado la noche a la intemperie, bajo la lluvia. “Serán necesarios 28 meses para reconstruir las ciudades afectadas por el terremoto”, explicó Berlusconi. Además de las viviendas que en el centro histórico del Aquila aparecían completamente demolidas, ayer llegó el primer balance de la Dirección Regional de Bienes Culturales de Abruzzo que puso en evidencia los graves daños sufridos por los monumentos y el patrimonio artístico de las ciudades de la región del noroeste de Italia. En particular se ha perdido el campanario de la iglesia de San Bernardino, la cúpula de la iglesia de San Agustín, la de la iglesia de las Almas Santas, el edificio de la sede del gobernador, las paredes de la basílica de Santa María de Collemaggi, y un castillo del siglo XIII.

Hoy se espera de nuevo la visita del presidente Berlusconi a la ciudad del Aquila, desde donde llegan algunas noticias reconfortantes, como ayer por la noche cuando pasadas las nueve, los bomberos sacaron con vida a una chica tras 18 horas sepultada bajo los escombros. Asimismo las televisiones italianas se pusieron ayer en marcha para recaudar fondos que mandar a las zonas afectadas para ayudar a la población de Abruzzo. Pero también llegan noticias menos positivas. Desde el Instituto nacional de geofísica y vulcanología llegó ayer una mala noticia: “los movimientos de asentamiento proseguirán durante muchas semanas”.