«Hay que investigar las células madres, pero no todo está en el embrión»
El profesor de Genética de la Universidad de Córdoba y colaborador de ABC Córdoba impartió ayer una conferencia sobre cómo las enfermedades pueden limitar la libertad de acción del ser humano
El catedrático de Genética de la Universidad de Córdoba y colaborador de ABC Córdoba, José Ignacio Cubero, ofreció ayer una conferencia sobre «Los límites genéticos de la libertad».
—¿A qué se refiere con los límites genéticos de la libertad?
—Enfermedades como el alzheimer, el párkinson, la diabetes, la hipertensión y un largo etcétera representan una grave limitación, una barrera a la libertad de hacer lo que uno quiere, a la libertad de acción.
[] —¿Qué papel cumplen los genes ante esta situación?
—Cuando un gen falla surge la enfermedad. Aunque también influye el ambiente. Somos producto de nuestros genes y de nuestro ambiente, y debemos tomar conciencia de ello, evitando extremos como la eugenesia, que concede toda la importancia a los genes, o marxismo o ambientalismo extremo. Debemos saber que no todo está perdido. Una cosa es que sea heredable y otra inevitable y para ello existe la terapia genética y la corrección ambiental.
—Hablando de la terapia genética, ¿qué opina de la investigación con células madre?
—Es uno de los medios para lograrlo, pero no todo pasa por ahí. Una cosa es la noticia y otra la realidad. Si hay algo positivo hay que investigar, pero teniendo en cuenta que no todo está en el embrión. Hoy mismo \[por ayer\] he escuchado una información de una investigación con células madre del oído interno para curar la sordera.
—Entonces, ¿qué opina de la polémica sobre el bebé medicamento?
—Creo que estamos en los límites de la eugenesia. Para lograr un embrión limpio hay que fabricar muchos y desecharlos. La técnica puede perfeccionarse para que no se deseche ningún embrión, para que no haya que sacrificar a nadie, ya sea incluyendo el gen que falta o silenciándolo. Ahora, bien, también hay que ponerse en el lugar de los padres y, como se dice, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
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