General Motors y Chrysler esperan un nuevo plan Obama de rescate
Dentro de la muy precaria situación por la que atraviesa la industria del automóvil de Estados Unidos, en Washington se espera que el presidente Barack Obama anuncie en breve detalles sobre los esfuerzos para salvar a General Motors y Chrysler, el más grande y el más antiguo de los fabricantes de Detroit.
Ya se sabe que la Casa Blanca piensa aplicar profundas obligaciones de reestructuración a cambio de facilitar ayudas públicas adicionales. Para empezar, la Administración Obama ha forzado la dimisión de Rick Wagoner -el presidente y director gerente de General Motors que en los últimos cuatro años ha acumulado unas pérdidas de más de 80.000 millones de dólares. De igual manera se va a reemplazar a la mayoría de los miembros de consejo de administración.
En cuanto a Chrysler, el gobierno de Estados Unidos quiere forzar una alianza con la compañía italiana FIAT en el plazo de treinta días como condición para desembolsar más dinero público. Según ha avanzado el propio Barack Obama en declaraciones a la cadena CBS, estas empresas no han hecho todavía lo suficiente para garantizar su viabilidad. Sin que Washington descarte tampoco la opción de una reorganización a través de costosos, traumáticos y supervisados procesos de bancarrota.
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