Graves incidentes entre ultras en el Retiro y Vallecas
El choque entre dos grupos radicales de distinto signo provocó ayer una batalla campal por las calles de los distritos de Puente de Vallecas y Retiro que se prolongó casi dos horas. El balance dejó un saldo de, al menos, 25 antisistema detenidos, 7 de ellos menores de edad, algunos heridos y policías nacionales lesionados por el lanzamiento de piedras y objetos contundentes.
Papeleras y contenedores quemados y, al menos, una decena de automóviles con lunas destrozadas, fue el rastro de los altercados que comenzaron en Peña Prieta, pasadas las 16.00. Los dos bandos estaban integrados por, al menos, 200 individuos, 400 en total.
De un lado, estaba el Movimiento Patriota Socialista (MPS), de ideología ultraderechista, que había convocado una manifestación en Pacífico a las 16.15, autorizada por la Delegación de Gobierno. El eje «oficial» de su protesta era la crisis. Su pancarta: «La crisis que sufre el obrero, que la pague el banquero».
En el otro, se encontraba el movimiento antifascista, que, con carteles y «sms» decidió hacer una «contramanifestación» en el Puente de Vallecas (a escasos 500 metros), al considerar «una provocación» que sus enemigos acudieran a «su zona». El acto era a las 16.00 y no contaba con autorización, ya que no había sido comunicado. En los pasquines que empapelaban el lugar aparecía la foto de Carlos Palomino, vecino del distrito, que fue el menor asesinado en noviembre de 2007 en Legazpi por un militar de ideología «nazi». En él rezaba: «Los asesinos de Carlos quieren manifestarse en Vallekas. Ni olvido ni perdón».
Varios furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los «antidisturbios», aguardaban bajo el paso elevado de la M-30. Otros estaban en distintos puntos, en previsión de que llegara la tormenta. Ésta estalló cuando una docena de antisistema desplegaron su pancarta y comenzaron a corear gritos e insultos contra sus enemigos. «¡Fuera!» o «¡No pasaran!».
Mientras agentes de la Policía Nacional procedían a identificarles y les obligaban a cerrar la pancarta, empezó a oírse la respuesta de los fascistas, que habían avanzado por calles paralelas y cruzaban ya la M-30 por debajo del puente lanzando piedras. «¡Madrid, será, la cuna del fascismo!», «¡Rojos de mierda!» o «¡Libertad para Josué!» (el autor de la muerte de Palomino), mientras exhibían banderas de España, algunas preconstitucionales, y otras con la esvástica. «¡Asesinos!» «¡Asesinos!», vociferaban los otros. Entonces comenzaron las carreras de ambos grupos, que cruzaban la calle, sorteando a los conductores.
En unos segundos ambos bandos estaban frente a frente, junto a la M-30 dirección norte, y a unos 200 metros de distancia, custodiados por la UIP que les impedía avanzar. La Policía logró replegarlos por direcciones contrarias. A los antisistema, por la avenida de la Albufera, y a los fascistas, por Ciudad de Barcelona. Sin embargo, a la altura de la calle Seco, estos fueron sorprendidos por los antifascistas, que les lanzaron una lluvia de objetos, parapetados detrás de los contenedores, alcanzando a agentes, comercios y coches, cuyas lunas destrozaron. La Policía respondió tirando pelotas de goma hasta que los dispersó. Los miembros del MPS subieron hasta la Basílica de Atocha, custodiados por una veintena de furgones de la UIP, que les hicieron tomar el metro en Menéndez Pelayo, en grupos y acompañados por agentes, para evitar que volvieran hacia Vallecas. Eran las 17.30 y algunos iban a ir al Bernabeú a ver el España-Turquía.
Mientras, en Vallecas los antisistema se disgregaron por Entrevías y Méndez Alvaro, dejando su huella en vehículos y mobiliario urbano.
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