El gallinero

Esto de que Leire Pajín exija a una mujer que explique los bienes de su marido retrata a la izquierda de salón: por un lado, enarbola un feminismo trasnochado y, por otro y siempre que la pieza a cazar sea de otro partido, ejerce un machismo desmelenado que ni un hombre sería capaz de defender. Ahora resulta que de lo que hacía Jesús Sepúlveda con un Jaguar tiene la culpa Ana Mato; ergo la vicesecretaria de Organización de Rajoy era, para Pajín, una prolongación corpórea e intelectual de su ex esposo sin mayor definición personal.
A muchos, este episodio lamentable de la tercera en el escalafón socialista nos ha traído a la memoria la forma en que algún periodista que presume de progresista recibió a Cospedal, una vez que fue nombrada secretaria general del PP. Lo más relevante que de ella dijo es que era madre soltera e inseminada. Ayer, Tomás Gómez -qué papelón lo del 11-M- metió la pata con «la zorra y las gallinas». He aquí la caverna política y mediática que algunos -y sobre todo, algunas- deberían hacerse mirar.
PECADOS CAPITALES
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