En Jaguar a por Rajoy

Las defensoras del viejo feminismo como Leire Pajín proclaman a quien las quiera oír que las mujeres se comportan en política de forma muy diferente a los hombres. Son más dialogantes, más tolerantes, más honradas, más éticas, maravillosas, en definitiva. A lo que añaden aquello de lo solidarias que son las mujeres con otras mujeres.

Siempre que las mujeres en cuestión no pertenezcan a otro partido, claro está. Puesto que si es el caso, son las propias líderes del viejo feminismo las que se encargan personalmente de demostrar que, en el uso de métodos sucios, machismo incluido, no hay hombre que las supere. Antifeminismo de la caverna, como definió Esteban González Pons a lo de Pajín pidiendo explicaciones a Ana Mato por los asuntos oscuros de su ex. Que es lo que les faltaba ahora a las mujeres, apechugar también con el pasado de sus ex.

Y tan truculenta pirueta digna de telenovela para cazar a Mariano Rajoy, motivo de fondo de este viaje en el Jaguar de Sepúlveda. Después del nulo éxito de la operación Gürtel-Garzón en su objetivo esencial, la elevación del caso de unos chorizos individuales a un asunto de financiación ilegal del PP de Rajoy o de corrupción masiva del Partido Popular.

Pero intentar endosar un Jaguar de hace diez años y de Sepúlveda a Rajoy a través de Ana Mato es como buscarle las cosquillas a Rodríguez Zapatero a través de los chanchullos, si los tuviera, de la ex de Felipe González. Y con Dolores de Cospedal, pongamos, haciendo de Leire Pajín, y pidiendo explicaciones a González sobre el pasado de su ex. Delirante como operación política y para llevar a los votantes a la conclusión justamente contraria a la buscada. Y es que Rajoy debe de estar más limpio que la patena si lo que tienen contra él es un Jaguar del ex de su vicesecretaria de Organización y de hace una década.