Y los autónomos, ¿qué?

Allá a mediados de junio de 2008, Gobierno, sindicatos y empresarios iniciaban de manera formal el proceso de diálogo social de esta legislatura, con una reunión que congregó, en el Palacio de La Moncloa, al presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, a los líderes de CC.OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, y a los presidentes de CEOE y Cepyme, Gerardo Díaz Ferrán y Jesús Bárcenas. Había grandes expectativas. De hecho, Zapatero días antes adelantaba que de dicha reunión saldría «un gran pacto social». Al término de la misma, foto. ¿Y del gran pacto social, qué? Nada. Cero. Estaban las vacaciones al caer... Y ¿desde entonces? Desencuentro tras desencuentro.

Hace apenas unos días, tras la última reunión de la comisión de seguimiento del diálogo social, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anunciaba que el Gobierno iba a aprobar una serie de medidas contra el paro sin contar con el respaldo de sindicatos y empresarios. ¡Eso es! Por decreto, como a la antigua usanza. ¡Luego dicen! Y es que para los agentes sociales, las medidas se quedan cortas y resultarán insuficientes para frenar la destrucción de empleo.

Efectivamente, se quedan cortas. Más que medidas, son parches. Como las del Plan E. Coyunturales. Pan para hoy, y hambre para mañana. ¿Y las estructurales para cuándo?

Además, se quedan cortas para un colectivo que, sin lugar a dudas, es el verdadero motor de la economía española. El de las microempresas y los autónomos. ¿Alguien se ha acordado de ellos? En las fotos desde luego no estaban... Alguien debería tener presente que el tejido productivo español no lo constituyen las grandes empresas industriales o tecnológicas, sino las microempresas y los autónomos, quienes han generado el 20% de la riqueza nacional, más del 40% de los puestos de trabajo y son, prácticamente,x el 85% del tejido empresarial.