La OTAN restablece sus contactos con Rusia y abre las puertas a Irán
La primera visita a la OTAN de la nueva secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha servido para confirmar las nuevas posiciones de la Administración Obama. El Consejo Atlántico aprobó ayer la reanudación de los contactos oficiales entre la OTAN y Rusia, sin que Moscú haya cambiado «ni un milímetro» las posiciones que llevaron a la guerra de Georgia el verano pasado, como se jactó su embajador, Dmitri Rogozin.
Además, la secretaria de Estado lanzó su primera señal hacia el régimen de Teherán, al que dijo que se invitará a participar en una magna conferencia internacional sobre el futuro de Afganistán.
Tantos cambios no podían más que afectar la sensibilidad de algunos de los países del Este de Europa que todavía miran a Rusia como una amenaza. No han visto con buenos ojos que después de invadir Georgia hace nueve meses, la Alianza Atlántica le diga a Moscú «pelillos a la mar», y se disponga a reanudar las relaciones a todos los niveles.
En la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores, Lituania se resistió como pudo a perdonar a Moscú, y la secretaria de Estado estadounidense tuvo que dar una palmadita a la República Checa y a Polonia por su «percepción visionaria de las nuevas amenazas» cuando aceptaron con gran coste político un sistema antimisiles que ahora la Casa Blanca está «reconsiderando».
El embajador Rogozin se deleitó en su triunfo diplomático, diciendo que ha sido la OTAN la que ha cambiado su posición y no Rusia, y que «los que han perdido han sido los partidarios de la guerra fría», en referencia a los países que en la segunda mitad del siglo pasado fueron sus vasallos y ahora son miembros de la OTAN, precisamente buscando la protección de la Alianza. Se refirió a ellos como «koljosianos (campesinos de una granja colectiva soviética) que sólo buscan llamar la atención». Y aun reconociendo que lo anunciado ayer «es un gesto positivo que mejora el clima», dijo que para Rusia no será suficiente hasta que se celebre la primera reunión tras la cumbre de la OTAN en Estrasburgo. «Es la OTAN la que debería tener prisa para hablar de Afganistán con nosotros, y no nosotros».
Sin fecha ni sede
Con quien Estados Unidos está intentando encontrar una oportunidad para establecer contactos directos es con el régimen de Teherán. El camino que ha encontrado Clinton es dejar las puertas abiertas a que el régimen de los ayatolás sea invitado a una gran conferencia que se pretende convocar sobre Afganistán. Aún no tiene ni fecha ni escenario.
Hillary Clinton explicó a sus colegas de la Alianza la nueva visión estadounidense del problema, que pasa a su juicio por asumir que Afganistán y Pakistán forman parte del mismo problema, puesto que «los dos países comparten las mismas amenazas y tienen los mismos enemigos y la frontera entre ambos es el epicentro del extremismo islámico».
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