El ex presidente de la petrolera Yukos cumple ya una condena de ocho años de prisión en Siberia
Todo preparado para un nuevo proceso que puede suponer 22 años más de cárcel para Mijaíl Jodorkovski, ex presidente de la petrolera rusa Yukos. En medio de medidas de seguridad sin precedentes, el Tribunal del barrio moscovita de Jamóvniki comienza hoy a puerta cerrada la vista preliminar del nuevo juicio contra Jodorkovski y su socio Platón Lébedev.
La agencia Interfax informa que todas las calles alrededor del edificio del Tribunal han sido cortadas y se han colocado puestos de control de la Policía para impedir el acceso a cualquier persona que no demuestre que trabaja o vive en la barriada. La Fiscalía acusa a los dos directivos de Yukos de haber robado, entre 1998 y 2003, 350 millones de toneladas de petróleo a su propia empresa y de haber blanqueado después el dinero obtenido con la venta.
La defensa ha tachado de "absurdas" tales imputaciones, ya que, en el periodo en cuestión, Yukos extrajo menos crudo del que supuestamente fue sustraído. En declaraciones a este periódico, el líder opositor Borís Nemtsov dijo el sábado que el nuevo proceso “no tiene nada que ver con supuestos delitos ni con el ejercicio de la Justicia”. Según sus palabras, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, tiene miedo de que, si es puesto en libertad, Jodorkovski “le exija la devolución de su patrimonio o se dedique a la política”.
El antiguo propietario de Yukos, compañía desmantelada y repartida entre varias empresas estatales, ha declarado a través de su abogado que el juicio “será un espectáculo interesante”. La oposición rusa le considera el preso político “número uno” del país. Jodorkovski fue detenido el 25 de octubre de 2003 y acusado de cometer varios delitos económicos. Él y Lébedev fueron condenados en 2005 a 8 años de prisión y enviados a un penal de Siberia.
Según las leyes rusas, al haber purgado la mitad de la pena, podrían haberse beneficiado del régimen abierto, pero las autoridades penitenciarias se han negado aduciendo “mala conducta”. El verdadero pecado de Jodorkovski fue financiar partidos de oposición y cuestionar la línea de Putin. Nemtsov cree que “mientras Putin conserve poder, Jodorkovski continuará encarcelado”.
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