La preocupación de los vascos por la crisis duplica a la de ETA

23/02/2009
Actualizado a las 06:37h.

Si hay una zona de España donde se puede medir la temperatura real de la preocupación de los ciudadanos por la crisis económica, ése es el País Vasco. En una región donde el terrorismo siempre ha sido una de las principales preocupaciones, en las actuales circunstancias, ha quedado relegado al segundo lugar, superado por el paro. No hay nada más que preocupe a los ciudadanos que el paro y la crisis económica, como así queda reflejado en el sondeo de opinión de DYM para ABC.

Hasta un 33 por ciento de los encuestados consideran que el paro es el problema más importante del País Vasco que, si se suma al 16 por ciento que opinan que es la crisis económica, da como resultado que para un 49 por ciento de los vascos la cuestión económica es el principal problema. Por el contrario, el terrorismo sólo es considerado por el 26 por ciento de los vascos como una cuestión preocupante. Además, otro dato significativo de este sondeo, y muy revelador del estado de ánimo de los vascos, es que para únicamente un uno por ciento de la población de esta Comunidad Autónoma, la paz es una preocupación.

Terrorismo

El perfil ideológico de aquellos ciudadanos que están más preocupados por el paro y la crisis económica se corresponde con el de un votante del Partido Socialista de Euskadi (PSE). Hasta un 42 por ciento del electorado de esta formación política sitúan el paro como el principal problema. Igualmente, la población de mediana edad es la que está más preocupada. En el caso del PNV, sus votantes son los más consternados por la crisis económica. Esta misma situación se reproduce cuando se habla del terrorismo: son los votantes socialistas los que lo identifican como uno de los principales problemas. Por segmentos de edad, se observa una mayor preocupación en la población de mayor edad.

Otra de las cuestiones que inquieta a los ciudadanos del País Vasco, pero ya muy alejada del paro, el terrorismo y la crisis económica, es la situación política, que sólo es considerada el principal problema por el ocho por ciento de los vascos. El precio de la vivienda ya sólo interesa al dos por ciento, igual que la convivencia y la falta de derechos.

Al margen del sondeo sobre los principales problemas de los ciudadanos en el País Vasco, otra de las cuestiones políticas pulsadas por este estudio es la valoración del tripartito vasco. La coalición de gobierno integrada por el PNV, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua obtiene una nota de 5,5 sobre diez. Los que se encuentran más satisfechos con esta coalición son los votantes del PNV, que le dan un 7. Este nivel de satisfacción va aumentando a medida que sube la edad de los encuestados. El segmento entre 18 y 34 años le da un 5,1; entre 35 y 55 sube a un 5,4, y a partir de 55 años crece a un 5,9. En el lado de la oposición al gobierno, los más descontentos son los del Partido Popular, que le otorgan una puntuación de 3,6, mientras que los socialistas se quedan en una posición intermedia, con un 4,6.

Esta situación de pactos volverá a producirse después de la cita en las urnas del próximo domingo. Todas las encuestas apuntan a que será necesario una coalición para volver a gobernar, y que ésta podría ser de un color distinto a la actual. Puede ser que el tripartito no sea ya suficiente para garantizar una mayoría absoluta en el Parlamento vasco. Entonces se abrirían nuevas posibilidades que, según estas mismas encuestas, girarían en torno al PSE. A los socialistas se le abrirían varias posibilidades, pero la que menos aceptación tendría sería una unión con el PP. Hasta un 47 por ciento de los encuestados valoran muy o bastante negativa esta posibilidad, frente a un 20 por ciento que la ven muy o bastante positiva. Son los votantes del Partido Popular los más entusiastas con esta opción, mientras que entre los socialistas se equiparan ambas posibilidades.

Descartado mayoritariamente este pacto con el PP, los encuestados sí que se decantan por las coaliciones para garantizar la gobernabilidad del País Vasco. Así se refleja en el 21 por ciento que apoyarían la coalición entre partidos nacionalistas, el mismo porcentaje que se muestra favorable a una unión entre el PNV y el PSE. Sólo un 15 por ciento aceptaría que el PNV gobernara en solitario, y un ocho por ciento que lo hicieran los socialistas.

Relaciones con el gobierno

Este estado de opinión sobre los posibles pactos, que en una gran proporción pasa por el PNV, tiene su explicación en la alta valoración que tiene esta formación nacionalista sobre su eficacia en las medidas que se han adoptado en el País Vasco. Entre sus grandes aciertos estaría la defensa de la identidad vasca, que es reconocida por el 60 por ciento de los encuestados, así como la mejora de la sanidad pública, con un 38, y la calidad de la enseñanza, con un 32. El PNV tan sólo es superado en uno de los parámetros consultados: el mantenimiento de las buenas relaciones con el Gobierno de España. En esta cuestión se valora especialmente la eficacia del PSE, un 49 por ciento frente al 16 por ciento de los que piensan que es el Partido Nacionalista Vasco el que mejor la mantiene.

Una de las medidas que ha causado un gran rechazo es la decisión de excluir a los partidos cercanos al entorno de ETA de las próximas elecciones vascas. Esta decisión ha dividido a la sociedad. Un 42 por ciento de los encuestados están en desacuerdo con esta exclusión, mientras que un 40 por ciento la apoyan. Entre los votantes del PP y de PSE, el grado de acuerdo es superior al de desacuerdo. Por el contrario, entre los votantes del PNV predomina el desacuerdo con esta decisión.

Finalmente, el sondeo de DYM para ABC realiza una valoración del candidato del Partido Popular al gobierno vasco, Antonio Basagoiti, que se presenta por primera vez a estas elecciones, en sustitución de María San Gil, que decidió abandonar la política. El nuevo líder de los populares vascos cuenta con el apoyo de más de la mitad del partido conservador, un 55 por ciento, frente a tan sólo un siete por ciento de encuestados que valoran su candidatura muy negativamente.