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Granados niega el espionaje: «Ni ordené ni amparé los seguimientos»

El consejero de Interior de Aguirre reveló en la Asamblea que puso en marcha una investigación interna en su equipo que tuvo «resultados negativos e infructuosos»

Granados niega el espionaje: «Ni ordené ni amparé los seguimientos»

«Es absolutamente falso que se haya creado desde mi Consejería un departamento que tenga como finalidad el seguimiento o el espionaje de personas. La Comunidad de Madrid no ha impulsado ni ordenado un hecho de estas características. Nosotros somos las víctimas». Francisco Granados compareció ayer en la Asamblea de Madrid para dar su versión del «caso de los espías».

Lo hizo a petición propia, con la aprobación de PP y PSOE, después de que varias informaciones periodísticas le acusaran de tener un «servicio secreto» dedicado a espiar a altos cargos políticos de su propio partido.

La presencia del consejero de Presidencia, Justicia e Interior del gobierno madrileño levantó muchas expectativas en la Cámara. Pero una vez más, los diputados regionales volvieron a escuchar el mismo mensaje que el ejecutivo de Esperanza Aguirre lleva transmitiendo desde que estallara el caso. «Todo está basado en una gran mentira y una falsedad».

El «número dos» del PP madrileño, además, reveló en la Cámara que el primer día en que se conocieron los hechos puso en marcha una investigación interna en su Consejería. «Se lo ordené a la Secretaría general Técnica. Entrevistamos -comentó- a todos los altos cargos relacionados con las informaciones que iban apareciendo, y también incluimos a los asesores y personal eventual que podría estar relacionado con este asunto. Hemos hecho innumerables comprobaciones: revisamos facturas, comprobamos si alguien estaba cobrando pluses de nocturnidad, etc. Al final, la Secretaría concluyó que todas las investigaciones realizadas resultaron negativas. Hasta donde hemos investigado, todo ha resultado infructuoso».

Granados, sin embargo, no fue tan tajante cuando se le preguntó si ponía la mano en el fuego por todos sus empleados. «La Comunidad de Madrid -dijo- es muy grande y yo he hablado con quien he hablado». El consejero, además, explicó que el área de Seguridad tiene «las mismas funciones y estructura» que impulsó en 2002 el gobierno de Gallardón.

Antes de concluir se mostró dispuesto a participar en cualquier comisión que investigue la trama. «Iré a esta y a otras diez más si es necesario, pero tenga por seguro -le dijo a la portavoz socialista Encarnación Moya- que no he ordenado, amparado ni conocido ninguno de los hechos de los que se me acusan».

Las explicaciones no convencieron a la oposición. Tanto PSOE como IU le exigieron explicaciones «más contundentes». La sorpresa la dio Tomás Gómez, que se presentó en la Asamblea tras la comparecencia. El gesto no gustó nada al portavoz del PP en la Cámara, David Pérez. «No entiendo qué hace aquí si no es diputado. Está aprovechando este tema para su rédito político».

Al tiempo que Granados comparecía, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, recordaba que «es el control parlamentario el que tiene que investigar sobre la presunta trama», que para él es un «montaje para perjudicar a algunos en lo personal y a todos en lo político».

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