La beatlemanía vuela por internet
Cuarenta años después de la desaparición del legendario grupo de Liverpool, internet se ha convertido en la nueva arcadia para sus seguidores de todo el mundo. En la red, su huella sigue viva y, legal o ilegalmente, su discografía vuelve a salir a la luz

Hubo tiempo, no tan lejano, en el que piratear música era más un arte que un delito. Tiempos, claro, antes de internet, y quien no lo crea que se lo pregunte a Bruce Springsteen, que «tenía» más discos «piratas» que oficiales en el mercado, recopilados minuciosa, artesanal y pacientemente por sus fans, y adquiribles sólo a través de sus clubes, generalmente. Otros artistas han visto cómo sobre todo por la crisis su obra era lanzada año tras año bajo diversos nombres y formatos. De ellos, tal vez sea Elvis quien se lleve la palma. Todas las temporadas aparece alguna recopilación, alguna remasterización, alguna actualización del cancionero del genio de Tupelo: «Elvis en Hawäi», «Elvis en la mili», «Elvis y la música tirolesa»... De paso, se sacan a la luz algunas fotos más o menos inéditas, algún vídeo rescatado del olvido y el aficionado tan contento.
Sin embargo, los Beatles han vivido casi siempre ajenos a estas situaciones. Apple Corps, heredera de la empresa que crearon los de Liverpool, parece hoy en día tan caótica (allí todo el mundo entraba como Pedro por su casa, y se llevaba de «recuerdo» altavoces, televisores, ropa, fotos) como cuando le hizo decir a George Harrison: «Hemos dado demasiado a quien no lo merece. Este lugar se ha convertido en el paraíso de los marginados. El problema es que algunos de nuestros mejores amigos lo son». Pues eso, que Apple Corp. no quiere saber nada de reediciones, rescates, y puestas al día de la gigantesca obra de los chicos de Liverpool, mayormente porque ni Ringo, ni Paul, ni el resto de herederos consiguen ponerse de acuerdo en el cómo ni el cuándo. Por ejemplo, el 22 de noviembre pasado se han cumplido cuatro décadas de la publicación del «Álbum blanco» y ni por ésas, ni una miserable tarta discográfica de aniversario. Sin embargo, cuarenta años después de su disolución, la pasión al cuarteto sigue viva y coleando, e internet vuelve a ser el incruento campo de batalla en el que se quieren saldar cuentas. Legal o ilegalmente.
En éstas, hartos de que en Apple Corps. se hagan los suecos, y según recogía ayer la edición digital del «Times», una empresa de radiodifusión noruega, NRK, había apostado (demasiado fuerte, ya verán) por lanzar desde su web (www.nrk.no) y de forma gratuita un un podcast («Our Daily Beatles») que cuenta en tres minutos la historia de cada tema de la banda, seguido por la propia canción, y así hasta 212. NRK aseguraba que no hay nada de ilegal en el asunto pues tendría un acuerdo con la empresa TONO, propietaria en ese país de los derechos de las canciones para radio y televisión.
Parón en vivo y en directo
Sin embargo, ayer mismo en la web de NRK (www.nrk.no) uno se encontraba con un rotundísimo: «Our Daily Beatles podcast stopped» («Nuestro podcast detenido») subtitulado con un «Due to terms still being under negotiation, our own lawyers have advised us to pull back the podcasts containing The Beatles music». Algo así como, «debido a que los derechos siguen siendo objeto de negociación, nuestros abogados nos han aconsejado retirar los podcasts que contiene la música de The Beatles». Así que una vez más, el gozo de los fans en un pozo. De momento, y de forma legal. Porque por las malas (regulares, por lo menos) los beatlemaniacos no dejan de perseguir la estela de los chicos de Liverpool, y ya hace tiempo que han empezado a proliferar sitios e internautas dispuestos a que esto (sus canciones ni siquiera son accesibles desde itunes) no siga así y se las apañan para encontrar material inédito o lanzar «ediciones especiales». ¿Cómo? Elmental, querido Watson, mordisqueando en Apple, se supone. Es el caso de la gente de Purple Chick, a quienes no es difícil seguir la pista en la red. Con teclear «beatles» en Google aparecen a la primera más de sesenta millones de entradas. Unas llamando al timbre, otras de estrangis y por la puerta de atrás. La busca y captura del cancionero beatlemaniaco suma y sigue. E internet es una lupa gigante.
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