La razón de su éxito
Tal como están las encuestas en el final de este año, atribuir éxito a Zapatero parece estar algo desenfocado. Pero no lo está, por motivos obvios, para resumir el año político, su segundo triunfo electoral y los tres años que tiene por delante para ejercer su poder e intentar remontar la pequeña ventaja por el PP.
Para entender ese éxito y la estrategia con la que espera obtener un tercer éxito, recuperemos a Lakoff, el lingüista y activista demócrata tan comentado en España cuando su libro fue traducido en 2007 y de quien Zapatero es un alumno aventajado, aunque probablemente no lo haya leído jamás. La verdadera razón de los éxitos electorales republicanos en Estados Unidos, escribía Lakoff, es que hablan a sus bases usando los marcos de esas bases. No importan mucho los hechos. Importan los marcos, es decir, las identidades y los valores. Y hay que adecuarse a los marcos, no a los hechos.
Es lo que han hecho con notable eficacia Zapatero y el PSOE. Es el marco, estúpido. Derechos y libertades, paz y Estado protector en el caso de las bases socialistas en España. Hay que tener poca consideración por los hechos, como recomienda Lakoff, para llamar Ley de Derechos y Libertades al nuevo anteproyecto de restricción de la inmigración. O para envolver en el amor a la paz de los 45 millones de españoles, como dijo Zapatero, la guerra de nuestro ejército en Afganistán. O para desenfocar las cifras del desempleo y de la crisis económica con la apelación a la protección del Estado.
Así ganaron tantas veces los republicanos, arenga Lakoff a los demócratas, diciendo a la gente lo que sus marcos de identidades y valores deseaban oír. Y así lo han logrado los socialistas en España, frente a una derecha atrapada en los conceptos de su adversario político, más centrada en su negación que en la construcción de sus propios marcos. De ideales y de valores, más que de hechos. Claro que Lakoff escribió antes de que Obama ganara, antes de que la crisis económica hiciera trizas la magia de los marcos. O quizá, es la duda, porque Obama -Yes, we can- entendió perfectamente el arte político de los marcos.
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