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Garmendia: «Bolonia es irreversible y no cederemos ante la violencia»

La ministra de Ciencia e Innovación , Cristina Garmendia, se ha mostrado convencida de que España llegará a tiempo al espacio común, que entrará en vigor en 2010, y advierte, en declaraciones a ABC, de que «el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) ha sido acordado ya por 46 países y es irreversible». Además, es rotunda al referirse a las reivindicaciones y protestas contra el proceso al expresar su disposición y la del Gobierno a «no tolerar el movimiento violento que sufren algunos campus».

Cristina Garmendia dirige el Departamento donde se proyecta en gran medida el futuro y el progreso de España. «Creo —afirma la ministra— que es un momento muy interesante y único en el que tenemos que demostrar que la enseñanza superior, la investigación, el desarrollo y la innovación tienen un papel fundamental y que constituyen una gran oportunidad para el país porque nos jugamos mucho».

Tras la reordenación ministerial, las universidades han pasado a depender de Ciencia e Innovación. Y en este campo, la incorporación de España al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), popularizado como proceso de Bolonia, constituye una «prioridad». En las últimas semanas se ha convertido en un foco que irradia protestas y, en muchos casos, violencia.

Tentación política

En relación con el proceso de Bolonia, Cristina Garmendia alerta de la «tentación política de aprovechar una dificultad, o un foco de disfunción en el sistema, para hacer ver que es un problema del Gobierno». Y entiende que «en Educación o Salud, la consecuencia es tan grave que hay que llegar a la reflexión de que ese no es el camino». En conclusión, espera que «en estos temas, lo mismo que en Ciencia e Innovación, se llegue a un consenso».

Las protestas contra el EEES rechazan el actual modelo de Universidad y denuncian un eventual desprecio de las Humanidades. La responsable de la educación superior asegura a ABC que hay que «transmitir que la Universidad es patrimonio de la sociedad, no de los estudiantes actuales, también es de los anteriores y de los que vendrán y de las familias que ven dónde estudiarán sus hijos. En definitiva, la institución es de la sociedad y los bienes sociales se discuten en el Parlamento». Y para reforzar esta afirmación y llevar el problema al término que considera justo, resalta que «España decidió en su momento estar en el EEES, que establece una nueva reordenación académica estandarizada para Europa, que garantice el conocimiento y la capacidad profesional necesaria para trabajar en el sector público o privado y facilite la movilidad en todo el continente».

La ministra lamenta que «muchos no saben ni cuántas páginas tiene la Declaración de Bolonia» y asegura que las deficiencias de la Universidad española «no tienen nada que ver con Bolonia» y que existe la percepción de que, aunque no se pronuncien, los miles de alumnos que ya cursan algunas de las 163 carreras adaptadas al EEES tienen una consideración «mayoritariamente positiva».

Para ilustrar la diferencia entre las carencias y el proyecto de Bolonia enfatiza: «Qué la universidad necesita una financiación, sostenida y sostenible, sí; que debemos intentar una política de becas progresista y creciente para que el alumno pueda elegir la carrera que desea como persona mayor de edad, sí; que todas las titulaciones sean posibles y especialmente las humanidades, que tanta incertidumbre provocan sin fundamento, porque el Gobierno las apoya y el sistema las garantiza, sí. Pero esto no tiene nada que ver con Bolonia».

Movimiento antisistema En relación con las movilizaciones, en algún caso violentas, contra el nuevo modelo de educación superior, la máxima responsable de la Universidad sostiene que «las voces son minoritarias y están muy enfocadas. Se da en determinados núcleos, fundamentalmente en las facultades de Filosofía y Geografía e Historia y en universidades muy concretas».

En su análisis habla del movimiento antisistema y señala que en la protesta «está consiguiendo aglutinar otras voces que reclaman otras cosas para la Universidad». Considera el movimiento «muy bien organizado por la Red y aboga por entenderlo muy bien» para poder explicar el problema.

«La reivindicación —continúa— es buena y hace mejorar el sistema. Pero no voy a aceptar que se haga con violencia como está ocurriendo en algunos campus». Y resalta «ahí el Gobierno en pleno y espero que todas las comunidades autónoma apoyarán de forma contundente a las universidades para que esto no se pueda tolerar, porque hay cauces democráticos de participación que son los que se deben utilizar». Garmendia esboza un deseo al respecto. «Me encantaría que hubiera colectivos de estudiantes que reivindicaran temas universitarios».

En cuanto a los aspectos de la universidad que suponen un desafío, la ministra habla del desarrollo normativo de los preceptos de la LOU reformados, de la financiación de las universidades y del propio Espacio Europeo de Educación Superior. «No se puede avanzar si no los abordamos en un todo, porque los ejes están interconectados. Por ello, hemos decidido elaborar una apuesta de “Estrategia Universitaria 2015”, que todas las instituciones deben hacer suya». Para ayudar al éxito de este ambicioso plan, la ministra se ha propuesto, compartiendo la tarea con altos cargos de la secretaría de Estado —existe asegura una «perfecta sintonía»—, visitar las 72 universidades que hay en España. «Es un proceso muy interesante y muy enriquecedor porque respondes directamente a preguntas que son inquietudes y que desde el despacho se ven más lejanas».

La construcción de la Universidad de 2015 gira en torno a cuatro ejes: docencia e investigación, dentro de sus misiones; profesores y alumnos, dentro el apartado de personas y colectivos; financiación, gobernanza, internacionalización y evaluación individual y colectiva, que se enmarcan bajo el objetivo de fortalecer las capacidades; y el diseño de los campus, teniendo en cuenta su entorno.

En relación con profesores y alumnos, se muestra ilusionada con fomentar la movilidad y espera que las becas, y sobre todo los préstamos renta, permitan a los alumnos elegir mejor y trasladarse a otras universidades.

Ocurre, sin embargo, que el proceso de Bolonia debe estar culminado antes de 2015. ¿Llegará España a tiempo al EEES? Cristina Garmendia se muestra esperanzada. «Tenemos que pensar que vamos a llegar a tiempo. El ritmo de las titulaciones así lo indica, y si alguna universidad no llega será un tema residual que trataremos de algún modo. Pero la generalidad habrá adaptado sus títulos».

En la conversación con la ministra aparece la controvertida Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) . «No hay que enterrar —dice— una institución bien pensada».

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