ETA recluta a nuevos colaboradores y pistoleros entre las candidaturas de ANV

ANV, la formación que pudo presentarse en las últimas elecciones municipales como fruto de las negociaciones llevadas a cabo entre el Ejecutivo de Zapatero y ETA durante el denominado «proceso de paz», podría haber aportado en el último año y medio cerca de una treintena de terroristas, algunos de los cuales ya han sido detenidos, mientras que otros se encuentran operativos, con posibilidad de integrarse en futuros «comandos», según datos de la lucha antiterrorista.
ANV se ha convertido de esta manera en factoría para la fabricación de etarras de última generación. Toma el relevo de Batasuna como cantera de la banda. En este sentido, las fuentes consultadas subrayan que las 256 candidaturas que ANV elaboró para afrontar los comicios locales de 2007 constituyeron una valiosa «base de datos», capaz de suministrar a la banda información suficiente para reclutar nuevos terroristas entre más de 2.000 personas de confianza.
Los mismos medios recuerdan que las listas fueron confeccionadas por un «comité electoral» en la sombra, que utilizaba los datos proporcionados por subcomités de herrialdes (locales). Así, el complejo ETA consiguió unas candidaturas copadas y, por tanto, controladas por los más «talibanes». Prueba de ello es que tras la ruptura de la «tregua» y la consiguiente reanudación de la actividad terrorista no hubo ninguna deserción entre quienes integraban las candidaturas, tanto las que pudieron concurrir a los comicios como las 133 ilegalizadas. Al contrario de lo que esperaba el Ejecutivo, que demoró las iniciativas tendentes a la ilegalización de ANV confiando en que el regreso del terror provocaría desbandadas en las filas de la marca electoral de ETA. Diez de estos terroristas forman parte de listas declaradas legales.
Uno de los terroristas de ETA más buscados, Ernesto Prat Urzainki, figuró en el puesto número tres de la candidatura de ANV al ayuntamiento del municipio navarro de Baztán. Otro etarra huido, Andoni Sarasola Yarzabal, a su vez hermano de Mattin, uno de los asesinos de la T-4, participó en actos electorales de Acción Nacionalista Vasca incluso en municipios donde su candidatura había sido ilegalizada. Por otra parte, Mikel Jiménez Martín, militante de este mismo partido en Barañáin, fue capturado en las inmediaciones de la Audiencia Nacional cuando intentaba entregarse al juez, tras haberse dictado contra él una orden de busca y captura. A Gorka Murillo lo arrestó la Guardia Civil por su presunta integración en ETA, después de haber confeccionado varias candidaturas de la última marca electoral de Batasuna. Poco antes había sido detenido Sergio Lazcano, por colaborar con el «comando Donosti» que «Txeroki» estaba reorganizando durante elfiasco del «proceso de paz». Este especimen se dedicaba a asesorar a ANV-PCTV y en sus tiempos libres hacía de paragüero para que Otegi no se mojara.
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