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Hereu permite un «acto proetarra» en la sala de plenos del distrito de Gràcia

Hereu permite un «acto proetarra» en la sala de plenos del distrito de Gràcia

ÁNGEL MARÍN

BARCELONA. Ni una palabra. Ante la petición del líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, para que impidiera la celebración de un «acto proetarra» en la sala de plenos del distrito de Gràcia, el alcalde Jordi Hereu optó por un silencio cómplice con los organizadores de este acto a favor de la desobediencia civil, en el que participó Sabino Ormazabal, condenado a nueve años de cárcel por su pertenencia al entramado de ETA.

En el pleno municipal del Consistorio barcelonés, el dirigente popular aseguró que es una «vergüenza» para la ciudad que un espacio municipal «acoja un acto en contra de la democracia, la Constitución, la libertad y el derecho a la vida». Y, por ello, instó a Hereu a no ceder la sede del distrito a este tipo de iniciativas.

El concejal socialista Guillem Espriu fue el encargado de argumentar el rechazo del gobierno municipal a la petición popular. «El problema es que no compartimos las mismas ideas sobre la libertad de expresión, nosotros no tenemos miedo a lo que puedan decir», aclaró el joven y novel edil del PSC. Además, aseveró como argumento en «positivo» que destacadas entidades y personalidades del movimiento pacifista y antimilitarista de Barcelona secundaban la celebración de este acto. Para Alberto Fernández, la importancia no es «quiénes» apoya el acto, sino el «contenidos» del mismo. Y, en ese sentido, insistió en que «los distritos no pueden ser altavoces en contra de la libertad y de la Constitución».

Pese a los desencuentros entre la oposición y el gobierno en éste y otros asuntos relacionados con la seguridad, el pleno municipal aprobó por unanimidad una declaración institucional sobre el sesenta aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se celebra el 10 de diciembre, en la que se apoya desarrollar políticas para que «se reconozca el derecho de los ciudadanos a decidir como pueblo». El presidente de ERC en el Consistorio, Jordi Portabella, apostó por «hacer una reflexión de lo avanzado que es el Ayuntamiento de Barcelona en el reconocimiento de los derechos humanos y colectivos».

Quizás, por este motivo, el presidente del distrito de Gràcia y el edil de ERC en el Consistorio, Ricard Martínez, no tuvo ayer ningún inconveniente, todo lo contrario, en dejar la sala de plenos del distrito para celebrar un acto a favor de la desobediencia civil.

La santidad de los antisistema

La petición del PP del prohibir el «acto proetarra» centró la intervención del propio Ricard Martínez y de la presentadora Gabriela Serra, miembro del movimiento anti-OTAN, quien subrayó la «incoherencia» del PP porque el edil popular en el distrito de Gràcia, Alberto Belón, «es objetor de conciencia».

El concejal de ERC fue mucho más lejos e, incluso, tuvo la osadía de relacionar la santidad con la desobediencia civil. «A Santa Llúcia la hicieron santa por negarse a obedecer las órdenes de Diocleciano y, por eso, le sacaron los ojos», dijo Ricard Martínez sin mover ni una ceja.

El edil republicano agradeció a Hereu «que no hiciera ni caso» a Fernández porque «la campaña de desobediencia civil tiene mucho apoyo en este distrito». De aquellos lodos...

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