Una maravilla, LHC
EL túnel LHC, Large Hadron Collider, romperá átomos y partículas para buscar la primera densidad del universo y reproducir los segundos anteriores y posteriores al big bang. Dejemos la banal actualidad, Palin y Obama, Rusia y Georgia, Zapatero y Rouco, Al Qaeda y Pakistán: esta es una hazaña científica de la que cada hombre podrá enorgullecerse. Hacemos a veces periódicos donde los periodistas pedimos cuentas a científicos, políticos, hombres de empresa, como si tuviéramos un mandato (¿De quién? ¿De la sociedad? Menos bromas...). Los diarios bajan de ventas, más por su mala calidad que por los golpes de la crisis. Quiere ser ABC una de las excepciones. Con el LHC, un nuevo milagro llega el 10 de septiembre. Volvemos sobre él.
Casi a la velocidad de la luz, los protones, núcleos de hidrógeno a los que se han retirado los electrones, circulan por los 27 kilómetros de ese túnel circular excavado en el subsuelo suizo-francés, entre Ginebra y Gex. Vuelan casi a la velocidad de la luz, atraídos por superconductores imantados. El Centro Europeo de Investigación Nuclear, CERN, financiado con 6.000 millones de euros por la Comisión y los gobiernos europeos, concentra la mayor inversión científica de este siglo y del anterior. Nuevas inversiones seguirán. Británicos, alemanes y franceses han prestado el principal apoyo, seguidos por holandeses, suecos, españoles, finlandeses, daneses. La humanidad es un compuesto raro: hay canallas, ladrones, chantajistas, asesinos, sicarios e incluso gentes minúsculas, hez. Pero ese mundo produce también descubridores como los del CERN, la UCLA, de Santa Cruz, California, o los físicos del acelerador de Tevatron, en Chicago, llegados en Europa para la ocasión.
¿Es la masa un producto nacido de la partícula de Higgs? ¿Cómo surge la materia? ¿Y la materia oscura? Los protones acumulados en un haz tendrán menos grosor que un pelo de un recién nacido. El destino de cada partícula subatómica consiste en asociarse a una partícula más pesada: todas las fuerzas fundamentales presentes en el universo han de atenerse a un código de conducta y a una supersimetría. Antes del fin de 2008 se dispararán, una y otra vez, haces de protones a través del túnel, en un sentido y el contrario: los choques quieren reproducir lo ocurrido hace 13.700 millones de años, cuando el universo apareció montado sobre la nada. Al comenzar a enfriarse aquel primer botón, la materia representaba el 4 por cien, la antimateria más del 95. Esto ayudará también a aclarar algunas vaciedades sobre esos agujeros negros que desde una esquina de Besançon o de Ginebra pudieran devorar el universo en un instante.
Quizá haya una razón última en este esfuerzo europeo, una especie de autoestima. El hombre no debe habitar un espacio de origen desconocido. El negociador español de la ESS, Juan Urrutia, explicaba hace meses la batalla política en defensa de este último proyecto científico, vinculado indirectamente al LHC. La ESS, fuente generadora de neutrones por el método de la espalación, es un proyecto que permitirá a los europeos mantener su liderazgo, con ventajas en distintas aplicaciones industriales. La ESS separa neutrones como si lo hiciera con una pala. El LHC no busca resultados prácticos. El LHC trata sólo de saber.
Las grandes instalaciones científicas como el LHC tienen una utilidad visible, aunque no haya resultados prácticos en años. O no los haya nunca. La big science mantiene en entrenamiento incesante a los equipos que desarrollan esa tarea, la de mantener la cadena del progreso humano, la I+D+i (investigación, desarrollo, innovación) sin cuyo avance, escribe Urrutia, se asfixiaría la economía moderna. El conocimiento ordenado, estructurado, conforma la Ciencia: es el esfuerzo por entender y aplicar la comprensión a los fenómenos que un día fueron misteriosos. El descubrimiento del electrón hace 110 años no produjo absolutamente nada, según acabamos de leer... hasta que 70 años después nació la electrónica. El astrofísico Carl Sagan planteaba ese mismo reto: La seguridad de que existe una solución ayuda en gran manera a encontrarla.
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