Antonio del Real: «Soy invisible en esta profesión»

JOSÉ EDUARDO ARENAS
-«La conjura de El Escorial» es la mayor producción de su vida.
-Me ha llevado más de 4 años. Mi vehemencia y el que me enamoro de las cosas hizo que se lo prometiera a mi hija.
-Siempre sale adelante.
-Nadie creía en mí. Estoy orgulloso de que los actores sean los mayores defensores de mi trabajo. Anthony Peck me regaló una corbata de su padre, Gregory Peck, que anoche llevé en el estreno.
-¿Le queda alguna pena escondida?
-¡Y sin esconder! Ver lo fácil que les resulta a otros hacer películas y a mí no me sacan ni en el Diccionario de Cine de la Academia. No importan mis 14 largometrajes. Si hay mala leche, no es justo. Soy invisible en esta profesión.
-La fidelidad a sí mismo no se lleva.
-No pertenezco a pandillas y eso te pasa factura. No me importa, los grandes actores me responden, lo mismo que el público, que es soberano.
-¿Le han preguntado si ésta es una película patriótica?
-Ni patriótica ni leches, lo que he querido es poner las cosas en su sitio, porque los ingleses hacen de sus piratas grandes héroes, cuando eran asesinos en serie; mientras que aquí creemos en la leyenda negra de Felipe II. Prejuicios.
-Cosa mala para el hígado.
-El día del homenaje a Fernado Fernan-Gómez me presentaron a Zapatero. Le dije al presidente que estrenaba la película y me comentó que era buena fecha y que «vamos a intentar ir». Dos señoras muy conocidas nos interrumpieron para hablarle.
-¿Pilló algo?
-Supe que le dijeron que no había apoyado el «no a la guerra» y hace poco me anunciaron que Zapatero no vendría al estreno. Quiero creer que no habrá sido por aquello. No estoy a favor de ninguna guerra, no soy un insensato. Otra cosa es montar mítines en los Goya y seguir consignas, como la de ahora al no protestar por nada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete