Un láser y dos minutos para eliminar un tumor cerebral
Una incisión de 3 milímetros, anestesia local y dos minutos de cirugía. Parece una intervención sencilla, pero es el procedimiento que un equipo de neurocirujanos franceses sigue para eliminar con éxito metástasis cerebrales. La nueva técnica que se ha puesto a punto en el Hospital Pitié-Salpêtri_re de París es, en realidad, un procedimiento sofisticado donde se combina el poder de la tecnología láser con la precisión de la resonancia magnética para acabar con el tejido canceroso. Sin realizar intervenciones traumáticas ni soportar grandes efectos secundarios. El paciente permanece consciente en todo momento y puede irse a su casa 14 horas después de la intervención.
Con este método se ha tratado con éxito a 15 pacientes entre diciembre de 2006 y febrero de 2008. Todos tenían tumores en el cerebro que eran la extensión de un cáncer previo localizado en otra zona del organismo, sobre todo en el pulmón y en la mama. Ni la radioterapia ni la quimioterapia habían funcionado y su esperanza de vida no superaba los tres meses.
Avance en la esperanza de vida
La cirugía no cura, pero permite mantener bajo control el avance de la enfermedad. El responsable de la investigación oncológica, Alexandre Carpentier, aseguró que en los seis casos, en los que se dispone de resultados «concluyentes» se triplicó su esperanza de vida. En cinco de esos pacientes, no han aparecido nuevos tumores, nueve meses después del tratamiento experimental. Estos resultados se han conocido ahora, después de que el equipo médico haya publicado sus casos en la revista médica «Neurosurgery».
La destrucción del tumor se realiza en uno o dos minutos. Aunque antes se planifica cuidadosamente la intervención. El primer paso que da el equipo médico es localizar, de forma muy precisa, el tumor a destruir. Lo hacen con la ayuda de un equipo de resonancia magnética que guía a los cirujanos hasta el tumor. Después se utiliza anestesia local para dormir la zona del cráneo que se debe horadar. Basta con realizar un orificio de tan sólo 3 milímetros de diámetro. A través de él se introduce un cable de fibra óptica, dotado en su extremo de un láser que destruye el tumor con calor. La energía láser quema la metástasis desde el interior hasta que el tejido canceroso termina muriendo.
Los médicos controlan el procedimiento en tiempo real, a través de unas pantallas de ordenador donde llega la imagen obtenida por la resonancia magnética. El paciente permanece consciente durante todo el proceso.
Sin efectos secundarios
El neurocirujano Alexandre Carpentier explicó que es es la primera vez que se ha utilizado una tecnología láser en el interior de la caja del cráneo, combinada además con resonancia magnética para tener información en tiempo real. El láser empleado posee una tecnología revolucionaria, diseñado para utilizarse sobre el cerebro, que evita la formación de coágulos, edema cerebral y el riesgo crisis epilépticas, algunas de las complicaciones habituales.
Además de eficaz, la nueva técnica acelera la recuperación del paciente. Sin anestesia general, grandes incisiones, ni largas horas de cirugía, las personas intervenidas pueden abandonar ese mismo día el hospital.
Los neurocirujanos del hospital de la Pitié-Salpêtri_re desarrollaron el estudio con tecnología puesta a punto en colaboración con el centro de oncología MD Anderson, de Houston, y con la universidad UTMB de Texas. Carpentier desarrolla, además, con el físico Julian Itzcovitz, un ambicioso programa de investigación quirúrgica. El próximo paso es utilizar ultrasonidos focalizados contra los tumores cerebrales, guiados también con resonancia.
Con ultrasonidos
En España, el Instituto Cartuja de Técnicas Avanzadas de Sevilla aplica este mismo método de ultrasonidos más resonancia en el tratamiento de miomas uterinos, un tumor benigno muy frecuente. Los ultrasonidos en baja intensidad, como las que emiten las ecografías, no poseen ningún efecto biológico. Con una intensidad alta y dirigido a un punto específico, la energía es capaz de destruir células y tejidos. Las ondas aumentan la temperatura del mioma, hasta provocar su muerte, un proceso conocido como ablación térmica.
La combinación de ultrasonidos o láser y resonancia puede convertirse en una nueva herramienta para hacer frente a las metástasis cerebrales, una de las complicaciones más devastadoras del cáncer. Están detrás de las muertes de gran parte de las personas que fallecen con un diagnóstico de cáncer.
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