Martes, 12-08-08
Los sanlorentinos se han llevado el gato al agua. Y también el dragón. El grupo español más popular de los últimos años hizo anoche un hueco en su apretadísima —y estresante— agenda y dio un concierto, el único en Madrid este verano, en San Lorenzo de El Escorial para presentar los temas de su último disco, «Gato negro, dragón rojo», bajo el encanto de su imponente Monasterio.
Todavía sonaban los ecos de las risas que los más pequeños se echaron en el «Titiricuentos» del Parque de los Romeros cuando una enorme riada de gente comenzó a bajar hacia la Lonja, pasando bajo el arco de la calle Grimaldi, para coger un buen sitio desde el que ver el espectáculo, a buen seguro la envidia de organizadores de otros festejos patronales de la Comunidad.
Con el grupo perfecto en el cartel y la noche perfecta en el cielo, los asistentes ignoraron el retraso de casi veinte minutos bailando al son del «Get it on» de T. Rex, cuando de repente, los altavoces vomitaron un estruendoso «All tomorrowŽs parties» (Velvet Underground) que, sorpresa, era la peculiar intro de los zaragozanos.
Juan Aguirre levantando su guitarra, Eva más tímida, dando la espalda, todos gritando como locos bajo el escenario... y ella se da la vuelta quitándose una máscara de gato —igualito que en su nuevo videoclip— y mirando a su público como diciendo: «Hoy vais a alucinar». Uno de los shows que más recordará el dúo Amaral cuando se retire —por la grandiosidad del contexto escénico— había comenzado.
Melena al viento
El repertorio se abrió —cómo no—con el primer single de su último trabajo, «Kamikaze», y Eva se puso manos a la obra para unir a los sanlorentinos y a los forasteros en una extática comunión musical que duraría casi dos horas. Saltarina, con la estupenda brisa serrana meciendo su pelo negro como el azabache, la vocalista se dejó el alma en cada nota, exprimiendo las venas de su cuello y lanzándose a la tarima frente al escenario para pedir palmas cada vez que se lo pedía el cuerpo.
Después de un pequeño respiro con «Tarde de domingo rara», volvieron los clamores al sonar «El universo sobre mí» y «Toda la noche en la calle». Entonces Eva miró a su izquierda, a la enorme pared del Monasterio, y dijo: «Sé que voy a decir una obviedad pero... ¡qué sitio tan increíble para tocar! No veo el final de la gente... gracias, muchas gracias a todos».
Unas 7.000 personas estaban disfrutando en ese momento del show, que continuó con «Resurrección» y terminó con un póker ganador: «Días de verano», «Gato negro», «Revolución», «Cómo hablar» y «Sin ti no soy nada». Y por poco no la nombraron hija predilecta de San Lorenzo...