Duros combates en Georgia tras la llegada del Ejército ruso en socorro de Osetia del Sur

Si hemos de tomar en serio las nebulosas y contradictorias informaciones que durante todo el día de ayer salieron de portavoces rusos y georgianos, las tropas de ambos países combaten cuerpo a cuerpo en las calles de Tsjinvali, la capital de la república autónoma georgiana de Osetia del Sur, región que se autoproclamó independiente en 1990. Ambas parte hablan de numerosos muertos mientras rusos y osetios aseguran que la ciudad ha quedado prácticamente destruida.
La comunidad internacional no cesa de hacer llamamientos al cese de las hostilidades y al inicio inmediato de conversaciones para buscar una salida al conflicto. Según el general Marat Kulajmétov, comandante en jefe de las fuerzas de interposición rusas desplegadas en Osetia del Sur, Tsjinvali «está llena de carros de combate georgianos y en sus calles se libran encarnizados combates».
Por su parte, el ministro de Reintegración de Georgia, Timur Yakobashvili, confirmó que el Ejército georgiano «controla plenamente la capital osetia y gran parte de la república».
Columna de blindados
Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa ruso informó de la llegada a Tsjinvali de una columna de blindados rusos. En un comunicado se afirma que «han sido enviados a la zona refuerzos adicionales que ayudarán a las fuerzas de paz y contribuirán a detener el derramamiento de sangre». El escrito señala que no se permitirá «la muerte impune de nuestros ciudadanos». Esas mismas fueron palabras que pronunció por la mañana el presidente ruso, Dmitri Medvédev, al comienzo de una reunión urgente de su Consejo de Seguridad. La mayoría de los osetios, al igual que los abjasos, tienen nacionalidad rusa.
Testigos presenciales aseguran haber visto más de un centenar de tanques rusos atravesar la frontera entre Rusia y Osetia del Sur a través del túnel de Rog. Fuentes militares rusas manifestaron después que todas las unidades alcanzaron las barriadas de la parte norte de Tsjinvali. La agencia rusa Itar-Tass citaba ayer las palabras del coronel Igor Konashénkov, ayudante del jefe de las fuerzas de tierra rusas, según las cuales los carros de combate pertenecen al 58 cuerpo de Ejército desplegado en la región militar del Cáucaso Norte.
El canal de televisión ruso RTR mostró ayer imágenes de lo que ha quedado del Hospital Republicano, el más importante de toda Osetia del Sur. El edificio, según el canal ruso, fue destruido por la artillería georgiana al igual que otros muchas casas en Tsjinvali. Ria-Nóvosti reproducía las declaraciones de Kazbek Fríev, jefe del batallón osetio de las fuerzas de paz, quien sostiene que «la ciudad quedó casi completamente arrasada en pocas horas a causa de las bombas georgianas. Está cortado el suministro de agua y de electricidad y apenas hay comunicación telefónica». El presidente de Osetia del Sur, Eduard Kokoiti, cifró en «centenares» el número de civiles que han perdido la vida.
También en el lado georgiano los muertos y heridos son numerosos. Al menos así lo ha anunciado el presidente georgiano. Mijaíl Saakashvili, en declaraciones al canal CNN. Saakashvili habla de «decenas» de fallecidos en incursiones de la aviación rusa contra «objetivos civiles en todo el país». El líder georgiano informó del derribo de dos caza bombarderos rusos, extremo que Moscú ha desmentido. Saakashvili manifestó que «Rusia está librando una guerra en nuestro territorio, se trata de una agresión directa contra Georgia».
Movilización general
En otra comparecencia ante la televisión local, el máximo dirigente georgiano decretó la movilización general en el país.
La mitad de los 2.000 soldados que Georgia tiene desplegados en Irak regresaran a casa para «restablecer el orden constitucional» en Osetia del Sur.
El secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Georgia, Alexánder Lomaya, ha exigido a los separatistas osetios que depongan inmediatamente las armas. Los que lo hagan dentro de un plazo de tres horas serán amnistiados.
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