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Desayuno de domingo con... Almudena Cid: «Al dejar la gimnasia, sentí vacío y necesité agarrarme a alguien que me salvara»

Vitoria, 1980. Soy exgimnasta olímpica y actriz. Estoy de gira con 'Ladies football club' y publico 'Caminar sin punteras' (Vergara), donde hablo de un año de transición muy complicado para mí.

Miércoles, 05 de Abril 2023, 11:03h

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Cuenta que, sin esperarlo, Christian Gálvez, su exmarido, la abandona y le toca resurgir cual ave fénix.

Almudena Cid. Sí, pensé que se resurgía una vez en la vida y que yo ya lo había hecho al dejar mi carrera deportiva, en Pekín 2008. Ahora sé que tenemos que resurgir constantemente.

XL. Tras el retiro empezó su vida en pareja.

A.C. Y ahí me confundí: cambié la protección de las punteras, mi calzado de gimnasia, por la protección de una persona. Tendría que haber aprendido antes a caminar sin ellas, haciéndome heridas, durezas y callos, que te hacen más fuerte.

«Al ser abandonada de forma sorpresiva, sientes que tu ser se ha ido con la otra persona: estás sola, vacía y sin argumentos»

XL. Dejó su casa a los 13 años y es la única gimnasta con 4 finales olímpicas, 10 campeonatos de Europa, 9 mundiales… ¿necesitaba la protección de una pareja?

A.C. Sí, nunca me puse en valor por quien era, sino por lo que representaba. Por eso, al dejar la gimnasia, sentí vacío, falta de identidad, sensación de incompetencia… y necesité agarrarme a alguien que me salvara.

XL. La ‘salvación’ le duró quince años.

A.C. Pero con un mal concepto del amor porque, en realidad, nadie me salvó.

XL. Cuenta que cayó en un agujero tan negro que le impedía salir, conducir…

A.C. Ha sido el momento más devastador de mi vida; no me he visto jamás como este último año. Sentí que la vida se paraba y el futuro se destruía.

XL. ¡Qué difícil es despedirse bien!

A.C. Sobre todo si no lo decides tú y no entiendes por dónde ha venido el golpe. Al ser abandonada de forma sorpresiva, sientes que tu ser se ha ido con la otra persona: estás sola, vacía y sin argumentos. Al principio solo buscaba recuperar lo que no quería que se fuera porque tenía idealizada mi vida y no veía muchas cosas. Ha sido un golpe de realidad muy duro.

XL. ¿Cómo salió adelante?

A.C. Con herramientas que usaba dentro del deporte y que me han ayudado a darme cuenta de lo que no debo hacer. Y con muchas horas de terapia porque mi situación era precaria [sonríe].

XL. Shakira nos ha regalado un himno de guerra: «Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan».

A.C. La gente llora y factura. Pero ojalá facturar sea permanente y lo otro no [risas]. Con el tiempo, ves que es lo mejor que te podía haber ocurrido y que ya no importa lo que sucedió, sino lo que me está pasando ahora.

XL. Eso es porque ya tiene otra pareja...

A.C. Me he sentido tan invadida por los medios que hoy rechazo compartir nada de mi vida íntima. Estoy abierta a vivir, pero no a compartirlo en público [ríe].


«Es mi amiga y me pone un café en el que, con leche de soja, dibuja un osito, y una tostada con tomate, aceite y sal. A veces un churro: me recuerda a mi abuelo».

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