La generación de los 'kidult'
La generación de los 'kidult'
Martes, 29 de Octubre 2024, 12:30h
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En las fundas del móvil, los ordenadores y hasta en los accesorios de ropa... La fiebre de los Sonny Angels ha invadido todos los rincones del mundo. A primera vista, podrías pensar que estos pequeños muñecos angelicales, con alas y cuerpos desnudos, cautivan solo a niños y adolescentes. Sin embargo, su popularidad va mucho más allá. De hecho, lo más seguro es que tu oficina esté infectada de estos pequeños muñecos de carita angelical, con alas y desnudos que se pegan a cualquier superficie lisa.
Aunque estos personajes han ganado popularidad recientemente, los Sonny Angels están en el mercado desde 2004, tal y como los diseñó Toru Soeya para la empresa japonesa Dreams. Eso sí, no estaban adaptados a la vida adulta –eran más bien grandes– y ahora se han adaptado a diferentes formatos que hacen que los puedas llevar a cualquier lado y 'acoplados' a la prenda o aparato que tú escojas. Además, juegan con el factor sorpresa. Vienen en una caja que te impide saber de antemano cuál te va a tocar, y puede tratarse de cualquiera de sus diversos diseños, en los que los muñecos van atrezados como animales o frutas.
Los Sonny Angels, aunque no lo parezca, tienen una larga historia, porque están inspirados en Kewpie, el personaje ideado por la dibujante norteamericana Rose O'Neill a principios del siglo XX. Los Kewpie originales, que ella dibujó por primera vez en una tira cómica en 1909, se convirtieron en muñecas de porcelana en 1912 y más tarde en muñecas de celuloide. El parecido de Kewpie con los actuales Sonny Angels es evidente. Y es más, Kewpie es una pionera de los derechos de las mujeres. En realidad, obviamente, lo fue su creadora. O'Neill fue una defensora de los derechos de las mujeres y líder del movimiento sufragista, así que su muñeca fue también un icono de esa lucha.
¿Por qué están triunfando ahora este tipo de juguetes? Los expertos apuntan a un grupo demográfico en auge que todas las compañías jugueteras quieren conquistar: la generación de los kidults, adultos —generalmente entre los 20 y los 50 años— que siguen queriendo disfrutar de su lado más infantil aunque pasen los años. Estos adultos de espíritu libre se niegan a aceptar la monotonía y la seriedad que suelen acompañar a la edad adulta. Este fenómeno responde, por una parte, al conocido 'síndrome de Peter Pan' —ese «no quiero crecer»—, y por otra, a la normalización del fenómeno 'friki', donde ha desaparecido el pudor de expresar gustos infantiles o poco convencionales.
El término kidults (del inglés kid, 'niño', y adult, 'adulto') se traduce en ocasiones como 'adultescentes'. Sin embargo, este último término en español se asocia más a jóvenes que no se independizan, generalmente por razones económicas. Los kidults que interesan a la industria juguetera son distintos: adultos independientes, con medios económicos propios y dispuestos a gastar en productos que despierten su nostalgia y espíritu lúdico.
Las compañías jugueteras han sabido aprovechar astutamente ese profundo anhelo de la infancia y ofrecen un mundo mágico de juguetes y experiencias que rentabilizan la nostalgia. Y lo han hecho 'actualizando' el concepto mismo de juguete. En 2022, los juguetes para adultos representaron el 25 por ciento de las ventas del sector en Estados Unidos, según el NPD Group. Hay colecciones de juguetes que arrasan en ventas en prácticamente todos los países del globo como el fenómeno de los Funko Pop, figuras de juguete, en su mayoría inspiradas en los personajes de las series y películas favoritas de la generación kidult. Lego también lleva años usando el mismo reclamo para crear sus nuevas figuras.
Además de las figuras de colección, otro tipo de juguete ha irrumpido con fuerza: las pistolas de agua para adultos. Estas no solo vienen en diseños más modernos, sino también con potentes sistemas de presión y carga que elevan las batallas de agua a niveles insospechados. Por ejemplo, el modelo SpyraThree tiene tres modos de juego para torneos e incluso una pantalla táctil que te muestra el nivel de agua y batería durante la competición. Están pensadas para recrear competencias al aire libre, añadiendo un componente social y refrescante que también conecta a los adultos con su faceta más juguetona. «Las superficies limpias y angulosas del SpyraThree transmiten una sensación de poder sin ser agresivas». Se trata de lograr el equilibrio, de nuevo, entre la infancia y la madurez... eso sí, el precio es de adulto: se venden a partir de los 115 dólares.
¿Desde cuándo se ha puesto de moda volver a ser niños? El auge del comprador adulto era evidente antes de la pandemia, pero se aceleró durante el confinamiento cuando la gente buscaba nuevas formas de pasar el tiempo en juegos nuevos... y antiguos.
Y es que la sociedad está cambiando. Las razones de este auge de los pasatiempos para kidults hay que buscarlas en factores diversos. Primero, en el envejecimiento de la población, pronto habrá más ancianos que niños en muchos países occidentales. Luego, en el retraso en la procreación: se aplaza la decisión de tener hijos y se dispone, en principio, de más tiempo libre durante más años. Los factores sociodemográficos, comentan los expertos, están contribuyendo a extender ciertos comportamientos propios de la infancia a otras etapas de la vida.
Pero los factores culturales también influyen. Series como The Big Bang Theory contribuyeron a popularizar los juegos de mesa, los cómics y los juguetes de colección. Sus protagonistas podían ser unos científicos un tanto excéntricos, pero su nostálgica forma de divertirse suscitó una sana envidia entre muchos adultos.
En países como Corea del Sur ya hace más de una década que las ciudades se inundaron con jugueterías para adultos. Y no son precisamente baratas, pero como defendía la prensa coreana: ¿por qué es respetable gastarse mil dólares en palos de golf y no gastárselos en muñecos o, ya puestos, en Sonny Angels?