El precio de una montería
El precio de una montería
La Montería es una de las más tradicionales formas de caza mayor practicadas en España. Alfonso X el Sabio ya se refería a ella en «El libro de la montería», allá por el siglo XIII. Mucho han cambiado los tiempos desde entonces. En aquella época la caza sólo podía ser practicada por reyes, nobles y gentilhombres, estando vetada para el pueblo llano, con duras leyes en contra de quien fuera sorprendido durante su ejercicio.
En tiempos más recientes, a mediados del XIX, las monterías eran un pasatiempo de los propietarios de las fincas de caza, que invitaban a sus amigos a montear en su propiedad, siendo invitados a su vez por los dueños de los pagos vecinos, en justa correspondencia.
En muchas ocasiones un grupo de aficionados arrendaba la caza a los propietarios, pudiendo así practicar su afición favorita. En estas ocasiones las partidas de caza duraban diez o quince días, siendo los gastos generados divididos a partes iguales entre todos los asistentes. Había que contar con toda la intendencia necesaria para cocinar, contratar cazadores locales o «escopetas negras», como entonces se conocía a los que vivían de la caza, grandes expertos conocedores del terreno y la querencia de los animales, comida para las rehalas y lo que se les pagaba a los locales por animal cazado, entre otros gastos.
No fue hasta mediado el siglo XX cuando se empezaron a poner en marcha las monterías comerciales y aparecieron los organizadores de caza. Éstos compran a la propiedad el derecho de caza y se encargan de vender los puestos a los cazadores, iniciándose así un mercado de la caza que era hasta entonces desconocido. Eran monterías -y son, que alguna todavía queda-, practicadas en terrenos abiertos, con la incertidumbre que tiene o debería tener siempre la caza. Incontables veces se batía una zona en la que se creía que pudiera haber muchos animales y no había apenas ninguno y al revés, en lugares poco querenciosos de repente el monte estaba atestado de animales.
Para evitar estos contratiempos, así como el furtiveo de sus terrenos, los propietarios de las fincas comenzaron a vallarlas. Esto propició una gestión mucho más eficaz de las especies de caza y un control casi exhaustivo de los animales, logrando una mejor selección de los trofeos y un encarecimiento de los puestos de caza, al perder en buena parte la incertidumbre del éxito o fracaso de la montería.
Hoy día es la mitad sur de España, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, la que acoge las «mejores» fincas de caza, en zonas como Hornachuelos, Sierra de San Pedro, Sierra Morena, Valle de Alcudia y una larga lista de rincones en las que el cazador verá cumplidos sus sueños, si se dispone de una buena economía ya que por lo general estas monterías alcanzan altos precios.
Tarifas: lo bueno es caro
Aunque la oferta de precios es también muy variada, por lo general y como todo en este mundo, lo bueno es caro. Podemos encontrar precios desde los 200 ó 250 euros por un día de caza en los que, si la suerte te acompaña, puedes ser el afortunado que caza algo. Lo que sí se tiene seguro es el desayuno a base de migas con torreznos, pimientos, huevos y la comida posterior a la cacería, normalmente cocido o alubias.
Si queremos afrontar un día de caza mayor con ciertas garantías, debemos rascarnos el bolsillo y estar dispuestos a gastar un buen dinero. A partir de 2.000 ó 3.000 euros podemos pensar en que el éxito casi está asegurado. De este precio para arriba hay también una gran oferta de puestos de caza en monterías, que varían entre 4.000 y 6.000 euros. Aquí el precio viene marcado por la calidad de los animales cazados, por la cantidad de ellos que se puedan abatir y, cómo no, por las atenciones gastronómicas con las que te homenajean, antes y después de la caza.
En el pináculo de la oferta cinegética encontramos monterías de hasta 9.000 euros, con una altísima calidad de trofeos de caza y la seguridad de cazar un número de animales por puesto. El catering es digno del mejor restaurante, hay secretario, preparación de trofeos y todo lo necesario para pasar un regio día de caza.
La oferta es amplia y hay para cazadores modestos y para quien puede permitirse gastar mucho dinero practicando su afición favorita. No en vano la caza supone casi el 5% del PIB de España, da trabajo de forma directa o indirecta a más de 100.000 personas y genera unos ingresos estimados en 60.000 millones de euros.
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