
Diez planes para descubrir los secretos de las islas Canarias
Rincones naturales impensables, y una mezcla de colores única: el azul del mar, el verde de sus palmeras y el negro de su tierra
Actualizado: GuardarRincones naturales impensables, y una mezcla de colores única: el azul del mar, el verde de sus palmeras y el negro de su tierra
12345678910Los Jameos del Agua en Lanzarote
Este archipiélago está localizado en el Atlántico, y es la Comunidad Autónoma más alejada de la Península. Está formada por varias islas y territorios insulares pero todos tienen en común su envidiable clima primaveral durante todo el año.
Su gastronomía, es reflejo de su origen volcánico, sus tradiciones y la influencia de otras culturas. Todos conocemos sus plátanos pero estas paradisíacas islas tienen muchos más sabores que ofrecer.
Los Jameos del Agua
Los Jameos del Agua impactan al visitante. Se trata de lugar especial porque se ha convertido en una obra de arte natural y también artística. En su momento, supuso la primera intervención del reconocido artista canario César Manrique en Lanzarote.
Los Jameos del Agua, forman parte de un gigantesco tubo volcánico que se adentra en el Atlántico y, además, son el mejor punto de partida para conocer la costa norte de la isla de Lanzarote.
En el mismo punto kilométrico de la carretera LZ-1 en dirección norte, hay una indicación que señala: a la derecha, los Jameos del Agua y a la izquierda, la Cueva de los Verdes. ¿Qué hacer?
Las dos cuevas merecen una visita, pero los Jameos deben ser la primera opción. Aquí fue donde el artista César Manrique inició su estrecha relación con la naturaleza de la isla.
Un jameo es la parte de un tubo volcánico cuyo techo se ha derrumbado. De esta forma, se abre un gran orificio sobre el terreno. El origen de los Jameos del Agua está en el cercano Monte Corona.
Hace 5.000 años era un volcán que estalló y el río de lava que originó se precipitó hacia el Atlántico. Un tramo de sus casi siete kilómetros es la Cueva de los Verdes, y otro son los Jameos. Incluso hay un tercero, el Túnel de la Atlántida, que penetra más de un kilómetro en el mar.
Fuente Guía Repsol
El Mirador del Río
El famoso y reconocido artista César Manrique ha sido quien mejor ha sabido respetar la esencia de Lanzarote y conjugarla con el arte y la estética. En el Mirador del Río, mezcló como nunca el binomio arte y naturaleza.
Esta obra ofrece actualmente una vista privilegiada sobre la isla de La Graciosa y todo el archipiélago Chinijo, permitiendo que el visitante se integre con el paisaje. Pero, además, el propio mirador es en sí mismo una pequeña obra de arte natural.
En esta ocasión, el río no es tal, sino que se trata del brazo del océano Atlántico que separa Lanzarote del archipiélago Chinijo. Es un parque natural formado por las islas de La Graciosa (la única habitada), Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste.
No hay mejor panorámica sobre Chinijo que el Mirador del Río. Se encuentra ubicado en lo más alto del Risco de Famara, a 400 metros sobre el océano, que se extiende a sus pies. Esta estratégica ubicación no es casualidad: el mirador ocupa lo que en su día fue el emplazamiento de una batería de artillería levantada en 1898, durante la guerra de Cuba y Filipinas, por miedo a un hipotético ataque de la Marina de Estados Unidos.
El Mirador del Río se inauguró en 1973 como uno de los primeros reclamos de turismo sostenible en Lanzarote. César Manrique, con la ayuda de Eduardo Cáceres y Jesús Soto, optó por excavar la zona, que había sido de uso militar, construir el nuevo edificio y, después, taparlo todo de nuevo con un manto de piedra volcánica.
Fuente Guía Repsol
Las mejores playas canarias
Las islas Canarias cuentan durante todo el año con temperaturas suaves que permiten disfrutar de un paisaje volcánico original y de playas o calas sorprendentes. Llega el buen tiempo y no podemos dejar de pensar en nuestra escapada perfecta: ir a la playa, uno de los planes más realizados en nuestro país.
La Playa del Inglés está considerada por muchos como la mejor de La Gomera, tanto para sus habitantes como para los turistas. Se encuentra en el municipio de Valle Gran Rey y servirá de base de operaciones para conocer mejor la isla.
El Golfo es el nombre que recibe la costa de la isla de El Hierro, orientada hacia el Atlántico abierto. El Charco Azul se encuentra situado en medio del mismo. Es una playa única porque acoge una fantástica piscina natural formada por el propio oleaje del mar, algo que se puede ver en muy pocos lugares de Europa?
En el extremo sur de la isla, Playa del Papagayo es quizás la preferida por los lanzaroteños. Son siete kilómetros de calas situadas entre roquedales y peñascos. Después, se puede completar el viaje con una visita a otra maravilla de la naturaleza: el Parque Nacional de Timanfaya.
La playa de Maspalomas parece una porción del Sáhara que haya cruzado el Atlántico hasta Gran Canaria. Es una visión espectacular, muy difícil de ver en España. Esta zona, con dunas de arena que rompen en el horizonte, es uno de los destinos turísticos con más fama de Canarias. Todo está pensado para disfrutar del sol, del relax y del ocio en cualquier época del año.
Playa Blanca es la más famosa de Fuerteventura y es el lugar que escogen muchos de sus habitantes para disfrutar del mar y del sol. Pero, sobre todo, les encantará a los surferos. Sus condiciones meteorológicas ?sopla bastante viento? hacen de ella un lugar ideal para la práctica de deportes acuáticos como el windsurf.
El Puertito no es exactamente una playa. En realidad, es un conjunto de pequeñas calas al amparo de un diminuto embarcadero de pescadores que lo hace pintoresco y especial. Al ser un puerto natural protegido por rocas y arrecifes, sus aguas son muy tranquilas. Uno de los grandes atractivos de El Puertito, además, es que está enmarcado en el Parque Natural de la Isla de Lobos.
Playa Grande, en el animado Puerto del Carmen se ha convertido, con el paso de los años, en una de las zonas turísticas más importantes de Lanzarote. Para muchos viajeros, Puerto del Carmen y sus playas, entre las que destaca Playa Grande, son el primer contacto con la isla. Esta es una opción ideal para aquellos a los que les guste disfrutar de unos días de sol y mar, rodeados de servicios y comodidades.
Fuerteventura, la primera isla canaria en superficie de litoral, presume de tener las mejores playas del Atlántico. Un ejemplo es la zona de El Charcón, en El Cotillo, rodeada de un paisaje prácticamente virgen. Tiene más de trescientos metros de longitud y es una playa abierta, sin obstáculos.
Las Canteras marca como ningún otro lugar la personalidad de Las Palmas, las 24 horas del día, todos los días del año. Por eso es el sitio perfecto para planificar una visita a la capital grancanaria. Debe buena parte de su encanto a la Barra de las Canteras, unos arrecifes que frenan el oleaje del Atlántico y permiten un baño tranquilo, incluso cuando, tras esa barrera, se observa un mar enrabietado.
El Arenal, esta playa de arena negra y poco frecuentada permite conocer una de las zonas más interesantes del litoral de Tenerife y acercarse hasta San Cristóbal de La Laguna, una de las trece ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad. No es una playa masificada, y aún menos en invierno. En esta época, su arena negra sirve de base de operaciones a decenas de amantes del surf.
Fuente Guía Repsol
Lanzarote, a los pies de montañas de fuego
La isla canaria de Lanzarote conjuga naturaleza y ocio, modernos equipamientos y arquitectura tradicional. César Manrique, el artista más universal de la isla, imprimió su huella imperecedera en los espacios de gran belleza y espectacularidad, esculpiendo la abrupta naturaleza de un paisaje eminentemente volcánico.
La isla más oriental de Las Canarias tiene la autosuficiencia de saberse, más que especial, única. Sus impresionantes paisajes volcánicos, a veces emulando la cara oculta de la luna, otras como lenguas de fuego congeladas en movimiento, convierten la ínsula en un prodigio de la naturaleza sin parangón.
Fuente Guía Repsol
César Manrique, el artista de Lanzarote
La isla de Lanzarote aún llora la pérdida de su más fiel amante. Se han cumplido ya quince años desde que el artista Cesar Manrique posó su mirada por última vez en la tranquila belleza de la isla canaria. Su recuerdo se mantiene vivo, no sólo en el recuerdo de quienes tuvieron la fortuna de tratarle, sino en las numerosas obras en la ínsula, como un inconmensurable legado.
«Muchas veces la pintura se me queda limitada a medidas establecidas por limitados espacios. Por esta razón, la aplicación de toda la imaginación-arte la traslado a la monumentalidad en contacto con la naturaleza». Son palabras del célebre César Manrique, artista que en su búsqueda de la libertad creadora encontró en su Lanzarote natal inspiración y aliada. Sus creaciones, en dispares parajes, comparten la energía y belleza de los paisajes a los que se suma.
Fuente Guía Repsol
El Parque Nacional de Timanfaya
Lanzarote es una de las islas más antiguas del archipiélago canario y resume el paisaje volcánico como ninguna de las otras.
Hay un lugar en las Canarias en el que puedes cerrar los ojos a unos kilómetros de la playa y abrirlos a 385.000 kms de ella, disfrutando de lo más parecido a un paseo por la superficie lunar que puedes imaginar. Déjate hechizar por sus abruptos parajes volcánicos y experimenta una visita de fantasía que querrás repetir una y otra vez.
Esta apariencia lunar, con abundancia de cráteres, barrancos y valles de lava solidificada tiene su máxima expresión al oeste de la isla, en el Parque Nacional de Timanfaya, más de 5.000 hectáreas de ancestral tierra de volcanes. Todo un muestrario que concentra el ecosistema de una isla declarada Reserva de la Biosfera.
Fuente Guía Repsol
El Hierro y La Palma, la cara oculta del paraíso isleño
El Hierro y La Palma conforman la cara más oculta del paraíso isleño. El archipiélago canario se compone de una serie de islas con un profundo y marcado carácter individual. En contraposición a las que cuentan con importantes núcleos urbanos como Tenerife o Gran Canaria, el Hierro y la Palma son la alternativa más salvaje e inexplorada del territorio canario. La cara oculta que muestra la naturaleza en su estado más esplendoroso y apenas alterado por la acción del hombre.
El Hierro, naturaleza sostenible
Conocida como la isla del Meridiano, es la más pequeña de sus hermanas, con tan sólo 269 kilómetros cuadrados. No obstante esta isla del extremo occidental canario es una fiel muestra de diversos paisajes y ecosistemas, lo que la valió en 2000 ser declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco. Son menos de 50 kilómetros de un extremo al otro que encierran una enorme riqueza paisajística y biológica. Su conservación está muy ligada al modo de vida de unos habitantes que han perpetuado labores tradicionales como agricultura, ganadería y pesca, no agresivas con el entorno.
Se trata de la única capital canaria no costera y rodeada de naturaleza, muestra con encanto sus empinadas callejuelas, sus jardines y las muestras de arquitectura local. La mayor parte de los 8000 habitantes de la isla reside en la capital, Valverde, una tranquila ciudad asentada sobre una montaña a 700 metros sobre el nivel del mar.
La Palma, refugio de endemismos
La Palma muestra por su parte un paisaje escarpado y montañoso ilustrado en su Parque Nacional de Caldera de Taburiente. Es un espacio agreste de profundos desniveles y barrancos, revestido de bosques de pino canario y múltiples riachuelos y cascadas. Se halla en una inmensa depresión rodeada de cumbres con picos como El Roque de los Muchachos, Pico de la Cruz, Piedra Llana, Pico de la Nieve, Punta de los Roques, etc., superiores todas a los 2000 metros. Gracias a este aislamiento, en su suelo volcánico se conservan reliquias del Terciario y numerosos endemismos canarios.
Fuente Guía Repsol
El plátano, la joya gastronómica
En América del Sur, justo frente al Mar Caribe, es muy frecuente comer un pescado frito con tostones (plátano verde cortado en finas rodajas y frito en aceite de girasol o maíz).
Lo que hoy se degusta en América es el resultado de un proceso de ida y vuelta de alimentos que inició en el siglo XV. La historia del plátano, se remonta a las comarcas más templadas del Oriente asiático, hace más de 500 años. Pasó a África a través de Madagascar; y en el siglo VI se estableció en las costas del Mediterráneo, llegando a Canarias procedente de Guinea (después de las conquistas africanas de los portugueses), y fue desde allí desde donde los españoles lo llevaron a América.
Desde ese entonces el Plátano de Canarias ha adquirido fama y prestigio por su excelente calidad. Por su Denominación de Origen impulsada por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias, con sede en Santa Cruz de Tenerife siempre ha exhibido mayor grado de madurez y permanencia en la planta. También ofrece una mayor cantidad de agua, por lo que es mucho más sabroso, e incluso nutricionalmente, contiene vitaminas A, B y C, además de muchas sales minerales.
Fuente Guía Repsol
La rica gastronomía canaria
El eslogan de Tenerife es «disfruta de todo». Y, si bien es cierto que la totalidad depende de cómo se mire, la isla de la eterna primavera nos demuestra que en temas gastronómicos tiene productos de la tierra que la hacen abanderada. El plátano, las papas, los mojos, el gofio, los pescados y vinos, son productos propios de la tierra que no puedes dejar de probar.
Fuente Guía Repsol
El vino de Lanzarote
Los exploradores europeos de los siglos XVIII y XIX que llegaban a Lanzarote se quedaban boquiabiertos al entrar en camello por el paraje de La Geria. Hoy, tres siglos después, el que visita este paisaje agrario siente la misma sensación de asombro que los antiguos trotamundos.
El barón Alexander von Humboldt (1769-1859), el naturalista más importante que ha visitado Canarias, hablaba de espectáculo imponente. La creación del sistema de cultivo para la vid con la arena volcánica -lapilli- que ha dado lugar a este paisaje antrópico tan original es una muestra de ello. La puerta de entrada por el pueblo de Uga, al sur de la isla, por donde se inicia la ruta es, sin duda, la más impresionante, con un marco incomparable al fondo, el Parque Nacional de Timanfaya y el Parque Natural de Los Volcanes.
El sereno de la noche, conocido en Lanzarote como la tarosa, hace brillar la arena negra volcánica y se aprecia la irregular geometría que forman los miles de arcos de piedra que configuran los cortavientos individualizados para cada planta. Siguiendo por la LZ-30, que cruza La Geria, se encuentran higueras y árboles frutales, asociados también al cultivo de la vid. En el paseo por la zona se aprecia cómo las vides están plantadas en el fondo de agujeros amplios de hasta 5 metros de diámetro y una profundidad de 1 a 2 metros. Las raíces de la vid penetran en las capas donde encuentran alguna humedad.
Hoy, el paisaje de La Geria está siendo transformado para permitir el uso de medios mecánicos, pues la tradicional forma semicircular de la vendimia sólo era posible mediante un proceso manual.
Fuente Guía Repsol