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RUTAS

Tres pueblos mágicos de Córdoba para un fin de semana perfecto en el sur

Este itinerario por el corazón de Andalucía, una iniciativa de la Mancomunidad de la Subbética Cordobesa, permite descubrir de forma conjunta los pueblos mágicos de Almedinilla, Cabra e Iznájar

Córdoba, la ciudad española con más Patrimonio de la Humanidad

Imagen de Iznájar, en la provincia de Córdoba subbética cordobesa
Rocío Jiménez

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Los municipios de Almedinilla, Cabra e Iznájar, en la Subbética cordobesa, que desde 2018 forman parte del club de los 'Pueblos Mágicos de España' –un selecto club de más de 100 localidades con encanto creado por el Instituto de Desarrollo Local y Estudios Sociales–, son los protagonistas de la nueva ruta conocida como la 'Subbética Mágica', un itinerario que acerca al viajero los monumentos, paisajes, tradiciones, gastronomía, arte e historia de estos tres rincones andaluces. Estos son sus imprescindibles.

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Una vista de Almedinilla subbética cordobesa

Almedinilla

El recorrido comienza en Almedinilla, uno de los pueblos más vivos de la zona en el que el color blanco de sus casas contrasta con el marrón de las escarpadas sierras que lo abrigan, como las Llanadas, los Castillejos o el Cerro de la Cruz, y el verde de los olivares. En un paseo por sus calles que lleva al visitante por rincones como la plaza de los Cuatro Caños, punto de encuentro de sus vecinos, la calle Ramón y Cajal, estrecha y con un rico olor a azahar, o el barrio del Puente, el visitante puede descubrir algunos de sus monumentos más destacados. Entre ellos, la Torre del reloj, un edificio que data de la II República y cuya estructura de ladrillo coronada por tejas verdes es visible desde cualquier punto de la localidad, o la parroquia San Juan Bautista, cuyo aspecto actual, en el que destaca una sobria fachada con cubierta a dos aguas, ósculo central y espadaña al lado izquierdo, con tres tramos y presbiterio, data de 1978. De la antigua iglesia construida en 1769 solo queda la sillería. En el presbiterio destaca el crucificado de tamaño natural y estética sevillana de mediados del siglo XVII.

Otros puntos de interés son el poblado íbero 'El cerro de la cruz', uno de los pocos poblados de Baja Época Ibérica (siglos II-III a.C.) excavados en Andalucía; el museo Histórico-Arqueológico, situado al pie de la Sierra de Albayate en un paraje natural de interés medioambiental y de singular belleza, y la villa romana 'El Ruedo', declarada Bien de Interés Cultural, que data de los siglos I al VII d.C. y que cuenta con una de las superficies más completas de las existentes en la Península Ibérica. En ella se distinguen dos zonas: la 'Pars Urbana', que corresponde con la residencia de los propietarios y que muestra toda clase de lujos y la 'Pars Rústica', zona productiva destinada a dependencias agrícolas.

Además, los amantes de la naturaleza pueden optar por hacer alguna de las rutas senderistas de la zona, como la del Salto del caballo, un recorrido de 45 minutos que lleva hasta la cascada del mismo nombre paseando en paralelo al río Caicena.

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Cabra, en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas subbética cordobesa

Cabra

En el centro geográfico de Andalucía y en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas, está Cabra, un pueblo con un gran patrimonio monumental procedente, en su mayoría, del barroco.

Su casco histórico está presidido por murallas y por el castillo de los Condes de Cabra, una fortaleza de origen árabe reconstruida a partir del siglo XIV de la que se conservan muros almenados, el patio de armas y torres esquineras, destacando la torre del homenaje de 20 metros de altura. Pasear por sus calles permite descubrir rincones únicos del barroco cordobés y andaluz, como el Convento de las Angustias fundado en 1697, un templo sobrio de una sola nave dividido en cuatro tramos cuyo altar mayor se encuentra cubierto por cúpula semiesférica sobre pechinas;, la iglesia de San Juan de Dios, en la que destacan sus bellos retablos, y la de Nuestra Señora de la Asunción y los Ángeles, que fue construida por los hermanos Calatrava sobre una antigua mezquita musulmana y en la que destaca el retablo mayor, obra de Melchor de Aguirre, realizado en mármol rojo y negro.

La visita se completa con el Museo del Aceite, el Círculo de la Amistad, antiguo convento-hospital de la Orden de San Juan de Dios que conserva todo el sabor decimonónico de este tipo de instituciones y uno de los patios más bellos del sur de Córdoba, y Cabra Jurásica, un museo que contiene una de las mejores muestras de fósiles ammonites de toda España.

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Iznájar subbética cordobesa

Iznájar

En lo alto de un cerro, y rodeado por las aguas del embalse que lleva su nombre, está Iznájar, uno de los pueblos con mayor dispersión de población que cuenta con 19 aldeas que lo convierten en un territorio rico en costumbres, tradiciones y en un enclave privilegiado por su riqueza natural, cultural y patrimonial.

En la parte más alta de la localidad, en el barrio de La Villa, está el castillo, edificio que se comenzó a levantar a mediados del siglo VIII, probablemente por constructores hispanogodos, pero cuya planta actual se configuró en el siglo X. Visto esto es momento de descubrir su lista de imprescindibles que incluye el Patio de las Comedias, donde se encuentra el afamado Rincón del beso, la iglesia de San José, que data del siglo XVII aunque ha sido bastante remodelada posteriormente, la parroquia de Santiago Apóstol, desarrollada en la época renacentista, entre 1547 y 1638, en la que destacan su gran torre del campanario y los frescos que decoran sus paredes, la Casa de las Columnas, una vivienda histórica del siglo XVIII que alojó la antigua administración de los Condes de Albi, y la Biblioteca Municipal, un edificio que sirvió de almacén de cereales y que conserva su estructura original y la arquería del interior.

Además, si de algo puede presumir este pueblo es de los muchos miradores que posee desde los que deleitarse con las vistas del embalse y de las lomas pobladas de olivares. Destacan el de La Villa, que cuando el embalse no está en su máxima capacidad permite ver el Puente Molinillo, la antigua carretera, la chimenea de una fábrica y restos del pasado de Iznájar que quedaron sepultados por las aguas, el de Cruz de San Pedro, que situado en la parte más alta regala las mejores puestas de sol, el de Las Canteras o el de Las Peñas, donde hay unos balcones naturales sobre roca que cuentan con una serie de azulejos con poesías del artista local Antonio Quintana.

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