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La espectacular ciudad de la Antigua Roma que construyó el rey Herodes en Judea

Cesarea Marítima, en la costa de Israel, cerca de Tel Aviv, fue uno de los mayores puertos de la Antigua Roma, construido por Herodes I el Grande, el gobernador de Judea hace más de 2.000 años

El Teatro de Cesarea Marítima forma parte de la ciudad construida por Herodes N.S.
J. F. Alonso

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A Herodes se le conoce como el despiadado rey que ordenó la 'Matanza de los Inocentes'. Así se le cita en un episodio muy conocido del Nuevo Testamento. El vasallo de Roma que gobernó Judea, Galilea, Samaria e Idumea entre los años 37 a. C. y 4 a. C. se habría sentido engañado por los sabios de oriente cuando preguntó por el lugar exacto del nacimiento de Jesús, y, como venganza, ejecutó a los menores de dos años de Belén.

Sin embargo, a Herodes el Grande también se le llama a menudo 'el constructor' o 'el magnífico'. Esta mañana, mientras paseamos por el yacimiento arqueológico de Cesarea Marítima, pesa más su historia como el 'hacedor' que puso en pie esta ciudad entre el 25 y el 13 a. C.

En esta tierra situada a unos 50 km de la actual Tel Aviv hacia el norte, en la carretera hacia Haifa, se instaló en los años 40 del siglo XX un kibutz, una comuna agrícola israelí con un funcionamiento inspirado en el ideal comunista del 'todo es de todos'. Hay unos 270 en Israel. El de Cesarea sigue en funcionamiento, bien visible desde el yacimiento arqueológico. Cuando llegaron los trabajadores y empezaron a mover la tierra pronto salieron a la luz las primeras piedras del tesoro -uno de los mayores puertos de la Antigua Roma- que ahora ya pueden visitar los turistas.

Tras los primeros hallazgos, desde 1959 a 1964 se ejecutaron varias campañas de excavaciones en las que hallaron el 'teatro de Herodes'. Se cree que el edificio que vemos, con el Mediterráneo como telón de fondo, es el 30 por ciento de lo que fue (en su momento de máximo esplendor pudo acoger a 6.000 personas). Pero lo que se muestra ante nuestros ojos, con las gradas restauradas, el escenario y la orquesta, donde se mezclan zonas de mármol originales y otras de piedra caliza actual, ya compensa la excursión. Y más aún en verano, cuando hay conciertos y espectáculos de ballet y de ópera.

Imagen principal - La ciudad de Cesarea es una de las más importantes -y quizá de las menos conocidas por los turistas- de la Antigua Roma fuera de Italia. Su teatro (se cree que solo se ve el 30 por ciento del tamaño original) muestra la importancia que tuvo hace más de dos mil años, cuando se convirtió en el centro del poder del Rey Herodes. A la izquierda, su palacio. Al fondo, el fuerte de los cruzados. A la derecha, parte de las gradas del hipódromo.
Imagen secundaria 1 - La ciudad de Cesarea es una de las más importantes -y quizá de las menos conocidas por los turistas- de la Antigua Roma fuera de Italia. Su teatro (se cree que solo se ve el 30 por ciento del tamaño original) muestra la importancia que tuvo hace más de dos mil años, cuando se convirtió en el centro del poder del Rey Herodes. A la izquierda, su palacio. Al fondo, el fuerte de los cruzados. A la derecha, parte de las gradas del hipódromo.
Imagen secundaria 2 - La ciudad de Cesarea es una de las más importantes -y quizá de las menos conocidas por los turistas- de la Antigua Roma fuera de Italia. Su teatro (se cree que solo se ve el 30 por ciento del tamaño original) muestra la importancia que tuvo hace más de dos mil años, cuando se convirtió en el centro del poder del Rey Herodes. A la izquierda, su palacio. Al fondo, el fuerte de los cruzados. A la derecha, parte de las gradas del hipódromo.
La ciudad de Herodes La ciudad de Cesarea es una de las más importantes -y quizá de las menos conocidas por los turistas- de la Antigua Roma fuera de Italia. Su teatro (se cree que solo se ve el 30 por ciento del tamaño original) muestra la importancia que tuvo hace más de dos mil años, cuando se convirtió en el centro del poder del Rey Herodes. A la izquierda, su palacio. Al fondo, el fuerte de los cruzados. A la derecha, parte de las gradas del hipódromo. JFA

En su momento, esas gradas solo las ocupaban los paganos. Ni los judíos ni los primeros cristianos, todavía próximos al judaísmo, aceptaban el uso de máscaras y estatuas en las representaciones. «Herodes había estudiado en Roma y amaba sin duda su faceta de urbanista, pero lo que más le gustaba era tener contentos a los comandantes romanos», sonríe un guía local.

El teatro solo es una pieza (la más espectacular, eso sí) en este yacimiento arqueológico, a la espera de otros hallazgos (por ejemplo, se cree localizado el anfiteatro). En esta ruta de piedra e historia pronto vemos el palacio de la ciudad, allí donde gobernaba Herodes siguiendo fielmente las instrucciones de Roma. Entre las columnas se aprecian dos zonas, la de la primera época y la que modernizó posteriormente Poncio Pilatos, prefecto de Judea -designado por Tiberio- entre los años 26 y 36.

Unos pasos más allá está el hipódromo. Hace unos años esta era una zona de aparcamiento de autobuses, lo que da idea de la evolución de los trabajos, de cómo cambia el horizonte de año en año. Hoy los turistas pueden contemplar una parte de las gradas, la curva donde seguramente perdieron el equilibrio muchas cuadrigas (en este punto, a todos los presentes les viene a la cabeza Ben-Hur), el palco desde donde contemplaban el espectáculo primero Herodes y luego Poncio Pilatos…

Parte del teatro de Cesarea Marítima, construido entre el 22 y el 10 a.C. JFA

En Cesarea Marítima hay más cosas que ver. Primero habría que recordar que Herodes construyó aquí el puerto artificial de Sebastos, el más amplio y moderno del Imperio Romano. Los barcos que partían de Egipto a Roma necesitaban un lugar para descansar y reabastecerse, o un refugio seguro en caso de tormenta. Hace unos años se acondicionó un curioso museo a pocos metros bajo el agua al alcance de los buceadores.

De vuelta a la superficie hay que detenerse en otros espacios del parque arqueológico. Al fondo se alza el fuerte de los cruzados, aquellos monjes-soldados que viajaron a Tierra Santa para recuperar los lugares sagrados que habían caído en manos de los turcos. Y entre el palacio y ese fuerte están los restos recuperados de la ciudad otomana, ocupada en aquella época sobre todo por musulmanes de origen bosnio.

Pistas

  • Precio entrada: adultos, 10 euros.

  • El primer hotel de Tel Aviv. El Elkonin Hotel Tel Aviv, el primer hotel que hubo en la ciudad de Tel Aviv, ha vuelto a abrir sus puertas de la mano de la cadena MGallery tras estar cerrado desde 1940. El edificio es ahora un hotel boutique que cuenta con 44 habitaciones y 2 suites de lujo.

  • Tras los pasos de Jesús. Cesarea, cerca de Tel Aviv y del aeropuerto Ben Gurión, puede ser una parada interesante en la ruta del turismo religioso por Jaffa, Nazaret, Kafr Kanna (en la Biblia, Caná), el Monte Tabor o el Mar de Galilea.

  • Centro de visitantes. El Centro de visitantes del Parque Cesarea está dentro de las bóvedas reconstruidas. Tienen 7,40 m de altura y 21 m de profundidad, con un ancho promedio de 5,2 m. Estos arcos formaban parte del sistema de almacenamiento en el puerto y servían también como base para el templo dedicado al emperador Augusto.

En el suelo de todo el complejo se acumulan columnas, capiteles, sarcófagos y piedras quizá utilizadas una y otra vez en construcciones de diferentes épocas. Tal es la abundancia que da la impresión de que bastaría con arañar la tierra para encontrar otros restos, otros edificios, otra historia. Las excavaciones seguramente se prolongarán durante décadas.

Herodes el Grande también dirigió otros proyectos colosales, sobre todo la expansión del Segundo Templo de Jerusalén, destruido por los romanos hacia el año 70 durante la revuelta judía. Este segundo templo fue el que conoció Jesús, el que vio desde el Monte de los Olivos en la Jerusalén de hace dos mil años.

La firma del gobernante también está detrás de la enorme fortaleza de Masada, Patrimonio Mundial desde 2001, situada en una pequeña loma en pleno desierto de Judea, con el mar Muerto al fondo. Y lo mismo puede decirse de la fortaleza de Herodión, cerca de Belén.

Herodes el cruel. O el constructor. O quizá las dos cosas. Su pasado, en cualquier caso, bien merece formar parte de un viaje a Israel.

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