Las maravillosas tiendas que servían a la casa de los Habsburgo (y que siguen abiertas)
Un día de compras por Viena (Austria), con grandes ejemplos de lujo y tradición, para celebrar el 150 aniversario de la Feria Mundial vienesa de 1873
La estrecha y poco conocida relación de Velázquez con Viena
![La calle Graben, en el centro de Viena](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/03/14/Graben-Rk2a3B55RBPTPBkRh6v42XO-1200x840@abc.jpg)
Viena es una ciudad que asociamos con un cierto tipo de lujo. No con un lujo desmesurado, deslumbrante, como pueda ser el de Abu Dabi. El de Viena es un lujo clásico, elegante, basado en la tradición. Imperial, en una palabra. El lujo de su ópera, de sus palacios y hasta del estilo Secession. Y también de sus tiendas, entre las que encontramos algunas de historia centenaria que llegaron a ser proveedoras de la casa imperial de los Habsburgo y que todavía hoy en día son referencia de estilo y calidad.
Es el caso de J. & L. Lobmeyr, firma de cristalería que este año cumplirá su segundo centenario. Durante ese tiempo Lobmeyr ha trabajado con diseñadores del renombre de Adolf Loos, además de autores contemporáneos como Marco Dessi y Stefan Sagmeister. Sus lámparas de araña cuelgan de los techos del famoso hotel Sacher, pero también de la Metropolitan Opera de Nueva York, el Kremlin y mezquitas de La Meca y Medina. Además, este año también formarán parte de la conmemoración del 150 aniversario de la Feria Mundial vienesa de 1873, en la cual decoraron el Pabellón del Emperador con piezas como un gran espejo que aún puede verse en su tienda del número 26 de la céntrica calle Kärntner, mezcla de boutique y museo en el que uno puede perderse entre los reflejos del que tal vez sea el mejor cristal del mundo.
Otro antiguo proveedor imperial que está de aniversario este año es A. E. Köchert, los joyeros que crearon las famosas estrellas de diamantes que solían adornar el pelo de la emperatriz Sissi. En 1873 se abrió al público su tienda del Neuer Markt 15, diseñada por Theophil Hansen, el arquitecto que marcó el estilo que hoy más asociamos con Viena (y que también colaboró con J. & L. Lobmeyr). Encima de la tienda sigue estando el taller de esta familia de joyeros que ya va por la séptima generación.
![Imagen principal - En la foto superior, la tienda de J. & L. Lobmeyr, un auténtico museo de cristal, celebra este año su segundo centenario. A la izquierda, la fachada de A. E. Köchert, joyero tradicional vienés. A la derecha, la sombrerería Mühlbauer.](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/03/14/Lobmeyr1-U68404286446EfJ-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - En la foto superior, la tienda de J. & L. Lobmeyr, un auténtico museo de cristal, celebra este año su segundo centenario. A la izquierda, la fachada de A. E. Köchert, joyero tradicional vienés. A la derecha, la sombrerería Mühlbauer.](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/03/14/Kochert-U58130533150lEb-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - En la foto superior, la tienda de J. & L. Lobmeyr, un auténtico museo de cristal, celebra este año su segundo centenario. A la izquierda, la fachada de A. E. Köchert, joyero tradicional vienés. A la derecha, la sombrerería Mühlbauer.](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/03/14/Muhlbauer-U35286662356dng-278x329@abc.jpg)
No son los únicos antiguos proveedores imperiales que siguen teniendo sus puertas abiertas en Viena. Enfrente del Albertina -antiguo palacio, hoy museo de arte- está Wilhelm Jungmann und Neffe (Albertinaplatz, 3), una tienda de telas y complementos inaugurada en 1866. Allí encontramos telas de máxima calidad producidas en Europa (en Inglaterra, Escocia, Italia y Austria, principalmente), pero la mirada se nos va a los muebles de madera oscura y al techo artesonado decorado con pinturas en paneles de seda. Pura historia mantenida por unos dueños con un gran interés por el pasado de Viena. Bastante cerca -en Führichgasse, 6, un local donde se instalaron en los años 30- está otra tienda con solera familiar, la zapatería Ludwig Reiter; allí, un buen par de botas puede costar el salario de un mes, pero con la seguridad de que 20 años más tarde seguirán igual de bien que el primer día (y, si no lo estuvieran, se las puede llevar a la propia casa Reiter para una reparación y una puesta a punto a fondo).
Otras tiendas no llegaron a ser proveedores imperiales, pero preservan parte de la historia de quienes sí lo fueron. Es el caso de un par de tiendas de dulces muy singulares. Leschanz es una chocolatería que se instaló en el local (en Freisingergasse, 1) de una antigua mercería que servía a la corte. En la tienda aún puede verse el símbolo del águila imperial que distinguía a los proveedores y Leschanz rinde homenaje a ese pasado decorando la tienda con viejas cajas de botones y haciendo botones de chocolate. Por su parte, Zuckerlwerkstatt absorbió a un antiguo suministrador imperial de dulces (Heller) y continúa usando sus recetas. En sus tiendas -como la de Führichgasse, 3- se elaboran caramelos de cara al público y hasta se hacen talleres para grupos.
La excelencia de los nuevos tiempos
Otras casas no se crearon hasta después de caer el imperio de los Habsburgo, pero también han procurado llegar al mismo nivel de excelencia que las anteriores y han conseguido fama incluso internacional. Es el caso de R. Horn, firma de bolsos y otros productos de cuero con cuatro tiendas en Viena y que -igual que decíamos de Ludwig Reiter- siguen reparando productos suyos después de décadas de uso. O la sombrerería Mühlbauer (Seilergasse, 10 y Neubaugasse, 34), con una tradición familiar de cuatro generaciones y a la que Brad Pitt le compra unos treinta sombreros cada año. También tienen un taller en la ciudad que se puede visitar con cita previa.
Pistas
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Para dormir. Para alojarse en un ambiente de clásico lujo vienés, nada mejor que el Hotel Imperial -que cumple 150 años- o el Sacher.
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Para comer. Zum Schwarzen Kameel (Bognergasse, 5) es el restaurante más antiguo de Viena y también fue proveedor imperial.
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Para orientarse. La app oficial de la Oficina de Turismo de Viena se llama 'ivie'. En ella se pueden encontrar rutas temáticas y consejos personalizados.
Pero en Viena la tradición y la historia no tienen por qué ser necesariamente artículos de lujo. Un grupo de jóvenes tuvo la idea de ofrecerle a jubilados la ocasión de sacarse unos ingresos extra haciendo pasteles y dando clases de repostería tradicional. Así nació Vollpension, una proyecto de economía social que tiene ya dos cafés (más un pequeño puesto para coger bebidas y pasteles para llevar) en Viena, además de reparto de tartas a domicilio. Además, durante la pandemia empezaron a dar cursos 'online'. Después de un día de tiendas imperiales, relajarse tomando un trozo de genuina tarta de la abuela parece un buen final.
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