En el sur de Mallorca hay otra isla: de la playa 'caribeña' a un arco de piedra imposible, pero perfecto
ISLAS BALEARES
Las salinas, una de las playas más icónicas de la isla, el mar de color turquesa y una antigua aldea de pescadores atraen a mallorquines y turistas al 'otro lado de la isla'
La catedral gótica con vistas a una de las capitales del verano español
![El arco natural de Es Pontàs](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/07/19/EsPontas-RWdLVmMKwKUG13Ab8Gd4zgJ-1200x840@abc.jpg)
La Colonia de Sant Jordi en el sur de Mallorca fue una aldea de pescadores y estraperlistas que ha acabado convirtiéndose en uno de los refugios secretos de verano más queridos por los mallorquines, aunque vecinos y extranjeros coinciden en definirlo como un destino que engancha por sus playas de aguas turquesas y por su sabrosa gastronomía.
Es Trenc, la playa mejor conservada
Es Trenc es la playa icónica del sur mallorquín, la que confirma que para disfrutar un arenal de aguas de color turquesa no es necesario viajar al Caribe. Ubicada en la bahía de Sa Ràpita, en Campos, está a 6,5 km de la Colonia de Sant Jordi, lejos de hoteles, en un ambiente natural y salvaje donde manda la tranquilidad. La playa debe su nombre a la ruptura de la barrera de dunas por parte de las salinas que se produjo como consecuencia de un maremoto del siglo XVIII, causado por el terremoto de Lisboa (1755), que fraccionó el cordón de dunas y conectó el humedal con el mar Mediterráneo. Hoy, su arena blanca y fina se funde con unas aguas cristalinas de poca profundidad que la convierten en una piscina marina de 2,5 kilómetros de longitud, muy concurrida en verano. Es Trenc, uno de los últimos grandes arenales sin urbanizar y bien conservados de Mallorca junto con el Salobrar de Campos, forma parte de un área protegida de 1.492 hectáreas, el Parque Natural de Es Trenc-Salobrar, hogar de un buen número de aves migratorias, como el flamenco, el águila pescadora y el aguilucho lagunero, entre más de 170 especies de avifauna.
Las salinas
Muy cerca de Es Trenc encontramos las salinas del mismo nombre que recuerdan el pasado romano y fenicio, los pueblos que comenzaron a explotar la sal en el sur de Mallorca. La sal era tan valiosa para la conservación de los alimentos que se la consideraba el 'oro blanco' de la época. Hoy las salinas siguen funcionando con gran éxito, rodeadas por unas llamativas lagunas rosadas y unas impresionantes montañas de sal que dan un aspecto encantador a este paisaje mallorquín. En 'Flor de Sal', la marca genuina y la única que elabora este producto en la isla de Mallorca, se explica cómo la sal se obtiene de la evaporación natural del agua procedente de la playa de Es Trenc, extraída mediante un sistema ya empleado desde el Neolítico. En esta empresa que ha cumplido este año su 65 aniversario se obtienen entre sesenta y cien toneladas anuales que son exportadas y distribuidas a treinta países entre los que destacan Japón, Alemania y el Reino Unido. Dentro de su perímetro se pueden contratar visitas diarias por diez euros para descubrir el proceso de producción y conocer la vida de los salineros, que trabajan los 365 días del año. Se les conoce como los 'agricultores del mar'.
![Imagen principal - Es Trenc -en la foto superior- es la playa icónica del sur mallorquín, la que confirma que para disfrutar un arenal de aguas de color turquesa no es necesario viajar al Caribe. Sobre estas líneas, a la izquierda, el Faro de Sa Puntassa. A la derecha, el Mercado de Santanyí](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/07/19/estrenc-U22753770358RXh-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Es Trenc -en la foto superior- es la playa icónica del sur mallorquín, la que confirma que para disfrutar un arenal de aguas de color turquesa no es necesario viajar al Caribe. Sobre estas líneas, a la izquierda, el Faro de Sa Puntassa. A la derecha, el Mercado de Santanyí](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/07/19/FAROSAPUNTASSA1-U25246582612yhT-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Es Trenc -en la foto superior- es la playa icónica del sur mallorquín, la que confirma que para disfrutar un arenal de aguas de color turquesa no es necesario viajar al Caribe. Sobre estas líneas, a la izquierda, el Faro de Sa Puntassa. A la derecha, el Mercado de Santanyí](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/07/19/Mercado_Santanyi-U04411763221WXB-278x329@abc.jpg)
Cabrera, en el horizonte
Desde Es Trenc hasta la Colonia de Sant Jordi merece la pena realizar un paseo a pie por las diferentes playas que surgen en cada recoveco de la costa, como la Playa dels Estanys, donde está '5illes Beach and Sunset' -uno de los mejores chiringuitos de la isla donde sirven pescado fresco, carnes a la brasa con cócteles, tapas y música en directo-, hasta alcanzar el emblemático faro de Sa Puntassa. Este punto regala la mejor panorámica del archipiélago de Cabrera, a unas diez millas náuticas, aunque los locales aseguran que cuando la vista de las islas es muy clara suele llegar la lluvia a la Colonia de Sant Jordi.
Cabrera es en sí otro atractivo de esta área. Desde el punto de vista histórico, puede decirse que una comunidad de monjes fueron los primeros pobladores de esta isla (s. V-VII), pero durante siglos el archipiélago estuvo abandonado por los ataques piratas y solo el castillo (s. XIV) estuvo habitado para alertar a la población de Mallorca de la presencia de enemigos y entre 1809 y 1814 unos 9.000 prisioneros del ejército napoleónico sufrieron un terrible cautiverio cuando la isla se convirtió en una cárcel o campo de concentración. Hoy, el Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera (1991) es el mayor parque nacional del Mediterráneo occidental con 90.800 hectáreas protegidas, de las cuales el 98,5% pertenecen al área marina. Tres compañías privadas organizan excursiones al archipiélago. Una de ellas es Marcabrera (www.marcabrera.com) y ofrece el paquete 'Desembarco y Cueva Azul' (6 horas, 53 euros) y 'Cabrera 360 grados' (6 horas, incluyendo recorrido por todo el archipiélago, 66 euros). Existe también la posibilidad de dormir en el archipiélago en el albergue Refugio Rosa con capacidad para 12 personas.
La vista más hermosa
Desde la doble azotea de Hotel Honucai (www.hotelhonucai.com) en la Colonia Sant Jordi se contempla la panorámica más bella de esta esquina mallorquina, o eso dicen. Junto a la 'infinity pool' y el 'roof-hotel' de este hotel de 78 habitaciones, con una excelente propuesta del chef Pablo Tomás, cuajado en los fogones de El Bulli, agrada divisar toda la Marina del pueblo con los barcos de recreo, el islote Na Guardis, frecuentado por los fenicios desde el siglo V a.C, y todo el litoral virgen que constituye la ruta del contrabando, repleta de coquetas playas de agua turquesa como Es Dolç, Can Curt, Ses Roquetes y Es Carbó.
Mercado de payeses y artistas
Una cita ineludible para todos los miércoles y sábados no festivos por la mañana: el Mercado de Santanyí. Este mercado se celebra al aire libre y ocupa la Plaza Mayor y otras calles adyacentes como Portell, Sant Andreu o Centre. Sus ocupantes son los payeses, que acceden a este bello pueblo para vender directamente su fruta y su verdura, y otros comerciantes de telas mallorquinas, quesos, senalles (cestas), embutidos locales, vinos y licores, y cerámicas artesanales de vidrio piedra (mosaico de vidrio con piedra natural). Al principio era un mercadillo más de la isla, pero son más de 150 puestos desplegados por el entramado urbano, a los que hay que añadir algunas galerías de arte instaladas en el interior de las antiguas casas. Casi en cada esquina abre una galería moderna o un estudio artesanal donde puedes adquirir una alfombra tejida a mano, una escultura de vidrio o una pintura acrílica elaborada con realismo, pero con un punto de locura, como en el caso de la boutique de arte de la alemana Britta Hurter, en el número 5 de la Carrer del Centre. A quien ame pasear le encantará este pueblo cuyos orígenes se remontan a 1236 con el nombre de Sancti Aini. Fue siempre una aldea de pescadores hasta que en la década de los sesenta del pasado siglo estalló el turismo. Sus monumentos más destacados son la iglesia de Sant Andreu (s.XVIII), la Capella del Roser (XIV) y la Porta Murada, la puerta de Santanyí construida en el XVI.
Recorrido fotográfico por Cala Figuera
Cala Figuera es, sin duda, la postal más hermosa del sur de Mallorca. Solo hay que cubrir un paseo a pie guiado por este antiguo pueblo de pescadores, siguiendo los paneles numerados ilustrados con fotografías vintage para que no dejes de tirar fotos con tu móvil hacia este puerto pesquero natural donde el mar se adentra en la tierra. Los tradicionales 'llaüts' de madera amarrados con sus tres palos y su gran vela latina y las terrazas abiertas al mar embellecen todavía más este rincón mediterráneo donde proliferan los pinos y las higueras que dan nombre a un fiordo romántico en el término municipal de Santanyí. Ochocientos habitantes pueblan este lugar y todavía algunos viven de la pesca; de hecho es muy habitual asistir al cuidado de las redes y a su secado delante de los 'garajes' clásicos de las embarcaciones: barcos de pesca, veleros y yates de motor.
![Cala Figuera, quizá la postal más hermosa del sur de Mallorca](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/07/19/CalaFiguera2_20230719164816-U50100232777YaY-624x385@abc.jpg)
Puesta de sol en Es Pontàs
Antes de abandonar el termino municipal de Santanyí, entre la cala del mismo nombre y el Caló des Macs, se alza este majestuoso arco de piedra natural que está considerado uno de los monumentos naturales más bellos y más visitados del Mediterráneo. Existen varios miradores que permiten divisar la silueta de este arco, al que algunos valientes se encaraman haciendo un ejercicio arriesgado de escalada, mientras que otros lo visitan con las motos de agua que se pueden alquilar en las playas cercanas. El viento y el agua han configurado este arco de piedra al que conviene admirar en la puesta de sol cuando la luz es más cálida y radiante.
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