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Los pequeños pueblos de Teruel donde descubrir la belleza de su patrimonio minero

Una visita a las profundidades de Andorra, Alloza, Utrillas y Escucha, donde entender la importancia de estas minas en la historia de la provincia

Galería de acceso a la mina de Escucha, Teruel juan carlos muñoz

Mar Ramírez

Entrar en una mina siempre ha sido una misión dura. Pero en las visitas que ahora se hacen en Asturias o aquí, en Teruel, no hay que asustarse. No te va a caer ni una mota de polvo aunque estés bajo tierra. La singular geología de las comarcas mineras de Teruel y las antiguas explotaciones de sus riquezas minerales ofrecen una privilegiada experiencia.

El carbón marcó el paisaje de la sierra de Arcos junto a la que se asienta la localidad de Andorra, donde aún viven los mineros que trabajaron en el Pozo San Juan hasta el 2005. Su pasión por el oficio hizo que contribuyesen con enseres propios y abundante información a la impresionante colección museística que ese mismo año comenzó a reunirse para el Museo Minero Andorra-Sierra de Arcos (MWINAS).

Al llegar desde el cercano pueblo de Andorra, entre las vagonetas aparece el esbelto castillete, utilizado para el acceso de los mineros y para sacar el carbón y los estériles mediante cestas. Esta estructura metálica, considerada entre las más altas de Europa, permanece en su ubicación original. Es un emblema del museo y puerta de entrada al patrimonio minero de la comarca Andorra-Sierra de Arcos. Lo veremos en la nave-almacén, la antigua sala de máquinas y la campa minera convertida en una exposición al aire libre de las máquinas que trabajaban en el interior de la mina.

Todo es luz ahora en las instalaciones del museo, tanta como en el valle de Ariño que se extiende concentrando la mayor actividad minera de la comarca, como la mina Oportuna que llegó a disponer de doce calles a 700 metros de profundidad. Se encuentra a siete kilómetros de Andorra, junto al pueblo de Alloza. En el camino asoma un magnífico humedal a la vista con dos lagunas envueltas de abundante carrizo. No hay huella minera porque son el resultado de la restauración ecológica de zonas mineras sobre una mina de carbón a cielo abierto. Un magnífico paraje natural por el que pasear, pedalear, observar aves o asomarse a sus tres miradores sobre el valle.

Aunque en el museo MWINAS podemos viajar en su bonito tren minero restaurado, la experiencia más emocionante espera en las locomotoras a vapor del parque temático de la minería de Utrillas, junto al pozo más famoso de la zona, el de Santa Bárbara, en explotación más de dos siglos.

Abandonar los bonitos paisajes de arcillas rojizas de Utrillas cuesta, pero cerca nos espera el pueblo medieval de Montalbán. En su iglesia de la Virgen del Castillo veremos una joya arquitectónica del mudéjar. Y a menos de 5 km está el museo minero de Escucha. Nos espera una emocionante bajada hasta 190 metros de profundidad, con una pendiente del 36%, para conocer a fondo cómo era la extracción del carbón. Equipados como mineros y recorriendo las galerías subterráneas hasta oiremos las explosiones de dinamita y sabremos de una telaraña conservada en ámbar hace 130.000 años, hallada en la mina.

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