virgen de la balma
El misterio del santuario de los endemoniados en una cueva del Maestrazgo
Desde el siglo XV y hasta mediados del siglo XX, el Santuario de la Virgen de la Balma en Zorita del Maestrazgo (Castellón) era un destino de romerías y exorcismos
La ermita en una gruta donde nació la canción «Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva»
![Santuario de Balma, en Zorita del Maestrazgo (Castellón)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/10/30/Santuario%20Balma%20005%20ABC%20Viajar-RoU5Vg6jYzPm8mq4IEwsuGN-1200x840@diario_abc.jpg)
Ha caído ya la noche y la multitud se agolpa en un ambiente asfixiante. Cuatro fornidos hombres sujetan con fuerza los brazos y piernas de una joven. Resuenan las campanas y se escuchan rezos cuando empiezan a caminar por las estrechas y angostas cuevas que ... conducen a la puerta del Santuario de la Virgen de la Balma, en Zorita del Maestrazo. La comitiva, vestida con toscos capotes de paño color marrón, portando esclavinas y báculos con grandes cruces de hierro, avanza entre gritos. Ya en el interior de la ermita, la muchacha es tumbada frente a la milagrosa talla de la Virgen y bajo la atenta mirada de unas santonas vestidas con negras telas, las Caspolinas.
Las hechiceras -venidas de la localidad de Caspe- atan cintas de colores en los dedos de las manos de la muchacha mientras le dan a besar una gran cruz y rocían su cuerpo con agua bendita. La adolescente se retuerce, golpea enérgicamente el suelo, blasfema, hace gestos obscenos y escupe a la sagrada imagen. Las brujas, de manos huesudas y rostro cadavérico tapado con velo, comienzan a entonar la letanía: «¡Que le salgan por los dedos de las manos! ¡Que le salgan por los dedos de los pies! Porque si le salen (los demonios) por los ojos, quedaran ciegos y si le salen por la boca quedaran mudos». Horas más tarde, al amanecer, las cintas, teñidas de sangre, se rompen. La adolescente, desfallecida, es conducida a una cueva ubicada en lo más profundo del eremitorio. Allí es desnudada y sus ropas quemadas. El ritual ha conseguido su fin: el espíritu maligno o demonio que turbaba su alma ha sido expulsado. El exorcismo ha terminado.
Por increíble que parezca, lo que acaba de leer amigo lector, ocurrió. La joven se llamaba Rosario Uso Petit, tenía quince años de edad, era vecina de la Alquería de Niño Perdido, y fue una de la multitud de personas supuestamente endemoniadas llevas hasta el Santuario de La Balma para ser liberadas del mal que poseían. Y es que, como descubrirá el viajero, desde el siglo XV y hasta mediados del siglo XX, hasta este fascinante eremitorio ubicado en el corazón del Maestrazgo de Castellón llegaban los conocidos como «espiritaes», «malignes» o «endemoniats». Santuario, romerías y exorcismos -dados a conocer por Alardo Prats en su obra Tres días con los Endemoniados, y por Carlos García Pascual en su libro Guía Sobrenatural de España, el primero dedicado al concepto de la España Mágica- cuyos orígenes se pierden en el tiempo y la leyenda.
![Santuario de la Virgen de la Balma](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/10/30/SantuarioBalma004ABCViajar-U30411327037xIX-760x427@diario_abc.jpg)
La Balma, entre la historia y la leyenda
Situado en las laderas del monte Tossa, a orillas del río Bergantes, a tres kilómetros de la localidad de Zorita, el eremitorio nace en el siglo XIV, sobre unas cuevas de anacoretas y en torno a una ermita dedicada a Santa María Magdalena. Según cuenta la leyenda, un pastor manco que conducía a sus ovejas por las montañas observó un resplandor en una gruta. Al acercarse, vio que se trataba de la Virgen, quien le indicó dónde se ocultaba una imagen suya y le dio un mensaje: ve al pueblo y di que quiero aquí un templo. El pastor, que tras el encuentro celestial recupero su brazo, bajo al pueblo para dar la noticia con la imagen que fue guardada en la iglesia. Al día siguiente, y ante la sorpresa de todos, la talla virginal había desaparecido. Decidieron acudir a la cueva donde fue hallada, y allí la reencontraron, entendiendo que en esa gruta, balma en valenciano, era el lugar donde la Virgen quería que estuviera su templo y se le diera culto. Así comenzó la crónica prodigiosa que pronto se extendió por toda la Comunidad de Valencia, Aragón y Cataluña.
La humilde ermita-cueva no dejó de crecer gracias a los donativos y limosnas que dejaban los romeros que acudían bajo la creencia de que la Virgen de la Balma obraba todo tipo de milagros, y más concretamente, que sanaba la locura, hacia recuperar la cordura, y que libraba a los supuestos poseídos de la influencia de espíritus malignos y demonios, como así reflejaron el franciscano Gil de Zamora en su obra Cuarto de demoniacis et libertatis ab aegritunidibus o Bernardo Mundiana en Historia, Geografía y estadística de la Provincia de Castellón.
La 'Romería de los Endemoniados' aumentó más si cabe a partir del siglo XVIII, cuando aparecieron y acapararon el santuario unas santonas procedentes de la localidad de Caspe, conocidas como las Caspolinas. Desde entonces en el Santuario de la Balma, convivieron lo sagrado de la mano de sacerdotes y la superstición comandada por las Caspolinas. Una fenómeno que acabó 'oficialmente' a mediados del siglo XX, cuando a instancias gubernativas y religiosas, durante la dictadura de Franco, se envió a la Guardia Civil. Fue el capitán José Pitarch, como afirman las crónicas, quien pistola en mano en la puerta del santuario afirmó: «Como vea un endemoniado o caspolina más, le pego un tiro».
![Interior del Santuario de la Virgen de la Balma](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/10/30/Santuario%20Balma%20Interior%20016%20ABC%20Viajar-U61806285671XvU-760x427@diario_abc.jpg)
El recuerdo de los endemoniados y exorcismos
Hoy, a pesar del tiempo transcurrido, el viajero descubrirá que sigue muy viva y presente la lucha entre el bien y el mal, entre lo celestial y diabólico, en el Santuario de la Balma. No en vano, antes de llegar al eremitorio, que aparece colgado en las paredes verticales de la montaña sobre un meandro del río, encontrará la Cruz Cubierta, un templete barroco donde cada festividad de la Virgen se representa un Auto Sacramental del siglo XVIII: 'La Lluita de L´Angel contra el Demoni' (La lucha del ángel contra el demonio).
Ya en el santuario, que se funde con la roca elevándose al cielo, cruzará un arco de madera y piedra, para entrar por la antigua calzada medieval, la misma por la que eran llevados los endemoniados y enfermos de espíritus tanto por sacerdotes como por caspolinas. Cruzará una gran puerta que da acceso a un zaguán, un gran mirador, de suelo rocoso, techos de vigas madera y piedras labradas en arco, conocido como el 'Arquet', que hoy como ayer, forma parte de la hospedería donde se quedaban los familiares de los 'malignes'.
Más tarde, tras cruzar una gran cueva, llegará al 'Passadis del Rocam'. Un estrecho, angosto y vertiginoso paso abierto en la montaña, con espectaculares panorámicas, en cuyo recorrido hay que agacharse, a modo de reverencia celestial, que lleva hasta la entrada de la emita, protegida por una portada renacentista, torre-campanario del siglo XVI.
Pistas
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Dónde. Carretera a Aguaviva Ermitorio de la Balma, s/n. Zorita del Maestrazgo.
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Horario. De martes a viernes de 10.00 hasta 17.00h. Fines de semana y festivos de 10.00 a 19:00h. Lunes, cerrado. La entrada es gratuita.
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En el monasterio hay un restaurante y una hospedería que no funciona en invierno. Información: 964 17 70 95.
En el interior de la cueva ermita, de cuarenta metros de longitud, el espíritu se estremece. En el centro se encuentra el altar mayor, protegido por un enrejado de hierro y siempre rodeado de velas y flores, en el que se guarda y da culto la talla de la Virgen de la Balma, reproducción de la original, que fue parcialmente quemada en la Guerra Civil y cuyas cenizas se guardan en el interior. A cada lado del camarín, varias filas de bancos. Frente al altar, una tribuna de madera de dos alturas y un púlpito, el lugar donde se realizaban los exorcismos. Y al fondo, en lo más profundo de la cueva ermita, la Sala de los Exvotos. Una pequeña estancia -en la que se encerraba a los 'malignes' para terminar el ritual exorcista, donde se quemaban sus ropas- en cuyas paredes hoy aparecen decenas de exvotos: brazos, piernas y rostros humanos de cera, fotografías, cintas, cuadros, trajes de novia, de primera comunión, incluso gorras militares. La muestra de los favores recibidos, y en muchos de ellos escrita una misma frase: «Gracias Virgen de La Balma por librarme del mal».
Un viaje de emociones, sentimientos y escalofríos
El Santuario de la Balma es la huella vivía de un tiempo en el que se creía que muchas enfermedades eran provocadas por la acción de malos espíritus, aojamientos o el propio demonio. No cabe duda de que muchos de los casos de supuestos endemoniados tenían una explicación. La histeria, la sugestión colectiva, el delirio, fe desmedida, superchería y picaresca convivieron en este santuario. Pero es igualmente cierto que entre todos ellos existió un número de casos para los que todavía hoy no existe explicación, que rompen la lógica y la razón, que escapan a la comprensión, y de los han dado buena cuenta autores locales como María Ángeles Arazo, José Soler, Álvar Monferrer o Fernanda Zabala. Y este es el misterio que aún hoy pervive, que descubrirá el viajero, en el Santuario de la Balma.
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