Cuatro pueblos encantados de Navarra que fueron fantásticos reinos de brujas
Seres mitológicos, brujas, agotes -antaño etnia maldita-, peregrinos, así como historia, arte y naturaleza se aúnan en el bello y mágico valle del Baztán
Cinco rutas de otoño en una de las comarcas más bonitas de España
![Entrada a las cuevas de Zugarrumurdi](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/18/Zugarramurdi1-ROTckiMvfTs6BxkXCCRht0M-1200x840@abc.jpg)
Montañas, laderas cubiertas de helechos y verdes prados -en los que huele a manzanilla y hierba-, bosques umbríos y silenciosos de robles, castaños y hayas, casas centenarias de piedra y madera -de vivos colores, escudos señoriales y tejados a dos aguas-, conforman los ... paisajes de los valles de la Xareta y Baztán, en los Pirineos Atlánticos de Navarra. Valles donde todo es amor por la tierra, por la diversidad, donde todo es autenticidad, y donde tenemos la posibilidad de realizar una singular ruta -que discurre por Urdax, Zugarramurdi y Bozate- que nos invita a viajar en el tiempo, a tiempos mágicos y misteriosos; La Ruta de las Brujas y los Agotes.
![Cueva de Urdax](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/18/CuevaUrdax-U08447303116VSe-624x385@abc.jpg)
Urdax, la «Venecia navarra» y las Cuevas de Ir
La senda comienza en el valle de la Xareta, más concretamente en Urdax, llamada la 'Venecia Navarra' por los canales de agua que recorren la población y abastecen el molino medieval. Sus orígenes están ligados al Monasterio de San Salvador -referenciado desde el siglo IX como hospital de peregrinos, bajo dominio de los monjes de la Orden Premonstratense a partir del siglo XII-, alberga una exposición dedicada a la historia y biblioteca del cenobio, así como un museo de arte contemporáneo en el claustro.
Al recorrer sus calles contemplaremos un tiempo de esplendor en las casas de los indianos -aquellos que emigraron a América y tras hacer fortuna retornaron- como la de Mitxelena, Balata y Dunpedreches, o la casa natal de Pedro Aguerre, uno de los principales escritores en euskera del siglo XVII. Al final de la localidad, es visita obligada la Cueva de Irkaburu (o de Urdax). Formada hace 14.000 años fue morada del ser humano en época paleolítica, y desconocido por muchos, escenario de reuniones brujeriles, de aquelarres, así como refugio de contrabandistas en un tiempo no tan lejano en una cueva. En su interior, cuando recorra el kilómetro de longitud donde están sus galerías -entre estalactitas y estalagmitas, acompañado por el arroyo Urtxuma-, si está atento podrá escuchar hablar a las Lamias, protectoras hadas navarras de las grutas, cuevas y arroyos
Zugarramurdi, el pueblo, y cuevas, de las mal llamadas brujas
La ruta prosigue hasta un pequeño pueblo -escondido entre hayedos y robledales-, y unas grutas -surcadas por regatos y arroyos-, sobre las que se han escrito río de tinta por ser epicentro de reuniones brujeriles, escenario de una de las mayores cazas de brujas de Europa y un proceso inquisitorial, el Auto de Fe de Logroño. Zugarramurdi y sus cuevas atesoran una energía especial. Adentrarnos en las grutas donde tenían lugar los aquelarres es una experiencia embrujadora. Se siente la fuerza de la naturaleza, del bosque y de las rocas, pero también un estremecimiento recordando aquel tiempo de persecución y brujería. Justo a la entrada de las mismas hallaremos el Museo de las Brujas, en el que se explica la historia de brujería que se vivió en esta aldea y cuevas en el siglo XVII. En el que conocerá que las mal llamadas brujas eran en realidad mujeres sabias, que practicaban tradiciones y cultos ancestrales, y que esos y no otros, fueron los motivos por los que fueron perseguidas, apresadas, torturadas y ajusticiadas.
![El Arco de la Peste, del siglo XVII, en Amaiur, marcado por la leyenda que cuenta que protegió a los vecinos del pueblo de una peste que acabó con todo el ganad](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/18/PuertasPeste-U02366206231hVh-624x385@abc.jpg)
Amaiur, la fortaleza navarra y las Puertas de la Peste
Tras el dejar el valle de Xareta -de Urdax y Zugarramurdi-, nos adentramos en el valle del Baztán. La senda llega a Amaiur, donde en el monte Gaztelu encontraremos los restos del castillo en el que se fraguaron grandes pasajes de la historia navarra, entre ellos; el enfrentamiento y asedio que tuvo lugar en el siglo XVI entre 30.000 soldados castellanos contra 150 navarros, recordados en un monolito. Un episodio, así como los restos arqueológicos de la zona, que descubriremos en el Centro Arqueológico situado en el centro de la localidad, en su calle principal, en la que se alzan bellas casas de madera y piedra -con tejados a dos aguas, escudos señoriales-, en cuyas ventanas y puertas aparece el Eguzkilore, la Flor del Sol. Un cardo, protegido en la actualidad, que crece en las cumbres montañosas, y que tras ser secado era utilizado como talismán para ahuyentar a brujas y malos espíritus de los hogares, según la leyenda creado por Amalur. Dejaremos la villa atravesando el Arco de la Peste, del siglo XVII, marcado por la leyenda que cuenta que protegió a los vecinos del pueblo de una peste que acabó con todo el ganado, tomado como protector de enfermedades para quien lo cruza desde entonces.
Bozate, el Museo Santxotena y el barrio de los Agotes
La ruta tiene su fin en Bozate-Arizcun. Primero en el Parque Museo Santxotena, creado por el popular escultor Xabier Santxotena, cuyas obras muestran, y son un homenaje, a los grandes personajes de la mitología navarra, a personajes cosmogónicos, protectores panteístas y elementos atmosféricos y naturaleza en un cosmos de la tierra y el cielo. Después, en el Barrio de los Agotes, donde vivió uno de los etiquetados 'pueblos malditos' por el ilustre Caro Baroja. Los Agotes, de los que se desconocen sus orígenes, de dónde vinieron y cómo llegaron hasta tierras navarras, eran de gran estatura, pelo rubio y ojos azules. Ellos fueron apestados y ahora son parte del estandarte cultural y mágico de estos valles. Tratados como apestados, vivieron y sufrieron una persecución, igual o superior a las de las brujas navarras, por parte de los poderes religiosos y políticos. Sabemos que eran expertos en el trabajo de la madera, que tenían una particular relación y culto con la naturaleza, y que su estigmatización hizo que no pudieran entrar en las iglesias, ni pisar y ser enterrados en los cementerios, ni compartir vida con los lugareños, y llevar siempre puesto un Sambenito -en el que había dibujado una pata de oca-, para ser identificados.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete