Dónde comer en Sevilla: una guía imprescindible para acertar con seguridad
Guía imprescindible para moverse de barra en mesa por la capital andaluza, que recibirá decenas de miles de visitantes en los próximos días
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![Restaurante Cañabota, en Sevilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/04/25/canabota-Rom7vkpl3ns2pXECSt1eJzH-1200x840@abc.jpg)
Cada vez es más atractiva la oferta gastronómica de Sevilla. Una ciudad en la que los establecimientos modernos conviven perfectamente con los de siempre, enfocados casi todos hacia el mundo de las tapas, un mundo informal con el que los sevillanos se identifican perfectamente.
La cocina tradicional está perfectamente representada por casas como la Antigua Abacería de San Lorenzo (Teodosio, 53), que conserva todo el encanto de las viejas tiendas de ultramarinos y donde, sobre todo, se come muy bien. Además, se siente uno como en casa dada la amabilidad de Ramón López de Tejada, su propietario. Y por si fuera poco, abren los lunes, día en que casi toda la oferta sevillana de calidad descansa. Cocina cien por cien tradicional con protagonismo para los guisos de siempre.
Otra buena y veterana casa es Becerrita (Recaredo, 9), que destaca por sus frituras, sus guisos y sus platos de bacalao. Muy recomendable también Jaylu (López de Gómara, 19), en Triana, que goza de merecida fama por la calidad de sus mariscos y pescados, perfectamente tratados en la cocina.
Siguiendo con los mariscos y los pescados, la cervecería La Mar de Fresquita (San Eloy, 42) es una buena dirección. Aún más recomendable La Isla (Arfe, 25), que tiene un gran equipo de sala, instalaciones muy cómodas y una oferta de producto de calidad, especialmente marino, muy bien tratado. Además de una buena barra donde picar papas aliñás, ensaladilla de gambas o coquinas. Otro buen restaurante marino es Bajo Guía (Adriano, 5), muy próximo a La Maestranza, con una cocina sanluqueña de frituras, guisos marineros y pescados de las costas gaditanas. Por el contrario, cierta decepción en Mareantes (Almirante Lobo, 17), la cervecería-restaurante que asesora el sevillano Rafa Zafra, uno de los grandes cocineros de producto marino como demuestra a diario en sus restaurantes de Madrid, Barcelona e Ibiza y que aquí no está a la altura.
Si lo que quieren es un buen tapeo, cuatro recomendaciones entre la amplísima oferta de la ciudad. En primer lugar, junto a La Campana, Manolo Cateca (Santa María de Gracia, 13), una barra fundamental con una sobresaliente oferta de vinos generosos, más de doscientas referencias. Y para picar, buenas tapas y raciones: gildas, anchoas, ensaladilla y guisos de nivel como el cocido de berzas, las verdinas con langostinos o el menudo. Ojo, sólo abre al mediodía.
La segunda recomendación es un clásico, la Bodeguita Romero (Harinas, 10), también con una destacada selección de vinos de Jerez por copas y atractivas tapas y raciones: papas aliñás, huevas, ensaladilla de gambas, espinacas con garbanzos y chacinas, incluido un jamón perfectamente cortado. Apunten también El Reloj (Arfe, 18), antigua tienda de ultramarinos donde tomarse una cerveza o un vino acompañando los productos gourmet de calidad que se exponen en las vitrinas. Quesos, jamón, presa o alguna lata. El local es algo incómodo, pero vale la pena hacerse un hueco. Por último, raramente falla la barra de La Flor de Toranzo (Jimios, 1), con cervezas bien tiradas y cosas ricas para picar como el lomo en manteca y el peculiar mollete de anchoas con leche condensada.
En la parte más actual, Cañabota (Orfila, 1), con una estrella Michelin, es el sitio perfecto para disfrutar de pescados hechos a la brasa, fritos o guisados, siempre con una elevada calidad. Sin estrella, pero con un alto nivel de cocina, nos gustan especialmente Sobretablas (Colombia, 7) y Lalola (Conde de Torrejón, 9).
Al frente del primero está la sevillana Camila Ferraro, quien tras una larga etapa en El Celler de Can Roca decidió regresar junto a su pareja, el sumiller catalán Roberto Tetas, aportando un aire fresco a la gastronomía de su ciudad. Técnicas actuales aplicadas a la tradición local, siempre con el máximo respeto por esa tradición y por el producto, a lo que hay que sumar una notable bodega. En cuanto a Lalola, es el restaurante de Javier Abascal, que brilla especialmente en el terreno de los guisos y de las carnes de cerdo ibérico, con gran protagonismo de su casquería. Abascal se ha situado en primera línea de la nueva cocina sevillana.
Se come muy bien también en La Cochera del Abuelo (Álvaro de Bazán, 2), en el barrio de San Lorenzo, donde el cocinero Bosco Benítez y su socia Cinta Romero han montado un acogedor restaurante con muchos detalles en las mesas. Una breve carta, ceñida a la temporada, es el eje de su oferta. Especialmente buenos el salmón marinado casero y la tarta de queso. Para terminar, en esta línea de cocina actual atención a Palo Cortao (Mercedes de Velilla, 4), con Ángel Rodríguez como cocinero y Ana Hergueta al frente de la sala y manejando una completísima bodega, con destacada presencia de generosos. Platos de mercado con un destacado capítulo de frituras.
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