Viajando fuera del mapa: destinos alternativos para descubrir una Andalucía diferente
Cetáceos en el Estrecho, monos en Gibraltar, vértigo en el Caminito del Rey, astronomía en La Sagra, escalada en el cañón de Espiel... Mil posibilidades al alcance de todos
Avistamiento de cetáceos en el Estrecho de Gibraltar, una experiencia única
El Desierto de Tabernas en Almería vuelve a resurgir con el único festival de cine wéstern de Europa
![Delfines a centímetros del barco, una experiencia inolvidable](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/cetceosportada-REwLWeT9oSocAvgqKP1OgFK-1200x840@abc.jpg)
Andalucía es una tierra maravillosa que está plagada de monumentos imprescindibles. Sería imperdonable visitarla y no ver la Alhambra de Granada, la catedral de Jaén, la mezquita de Córdoba, los Reales Alcázares de Sevilla…
Su riqueza material y paisajística es indiscutible, como también lo es que es un sitio con una gastronomía extraordinaria. Tiene cientos de kilómetros de costa, una naturaleza esplendorosa y, en fin, cualquier guía podrá informar de las cosas esenciales que se pueden hacer en Andalucía, no hace falta extenderse más en eso.
Pero también hay una Andalucía alternativa, diferente, representada por una serie de destinos como los que a continuación se enumeran. Si el viajero ya conoce todo lo que hay que conocer, o simplemente si desea apartarse del carril más transitado y recorrer otros caminos, ahí van una serie de propuestas capaces de encandilar hasta al más escéptico.
Avistamiento de cetáceos en el Estrecho
En el Estrecho de Gibraltar, y también en la Bahía de Algeciras, es habitual ver delfines comunes, listados y mulares. Es un espectáculo muy llamativo porque son mamíferos muy juguetones que se acercan a los barcos y nadan junto a ellos a gran velocidad y brincando sobre el agua.
Menos común es la presencia de cetáceos, pero los hay. Varias empresas, fáciles de localizar vía internet, organizan desde Tarifa excursiones para ver calderones, cachalotes, rorcuales o hasta orcas. Desde el puerto de la llamada ciudad del viento parten regularmente barcos con grupos organizados dispuestos a la aventura.
Una advertencia previa: el Estrecho no es un zoológico donde los animales estén en un lugar determinado y a la vista de todos. Los cetáceos pueden aparecer o no, su avistamiento no está garantizado. Dicho lo cual, es bastante frecuente que los excursionistas regresen a tierra después de haber visto algún rorcual, la segunda ballena más grande que existe, o calderones, que comparten con los delfines su afición a acercarse a las embarcaciones.
![En ocasiones se pueden avistar orcas, pero no conviene importunarlas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/cetceosdentro-U87426730024Xus-624x350@abc.jpg)
En cuanto a los cachalotes, es más factible verlos en primavera y lejos de la costa, lo que obliga a un desplazamiento más largo. Y las orcas suelen deambular por la zona en los meses de verano, aunque ojito aquí: en los últimos años se han detectado algunos casos de ataques a barcos que las incomodaban. Hay que tener en cuenta que, después de todo, el mar es su hábitat, no el nuestro. Y por supuesto, no dejar de lado que son animales que miden hasta 8 metros y pesan más de cinco toneladas.
Un impacto de una orca contra un barco puede tener consecuencias muy peligrosas. Es algo que los organizadores de este tipo de excursiones ya saben y no van a asumir riesgos. Si hay que conformarse con verlas de lejos, será cuestión de consolarse pensando que mejor es eso que nada.
Astronomía y silencio en los Collados de La Sagra
Granada es una provincia enorme, llena de contrastes y que lo tiene todo. El listado incluye, faltaría más, espacios naturales de gran belleza. Y en ese terreno, todas las guías señalarán a Sierra Nevada. Con razón, porque es un lugar fascinante. Pero por suerte no el único.
En el norte de la provincia, lindando ya con la provincia de Murcia y con la de Albacete –que es limítrofe con Granada, eso no todo el mundo lo sabe- se sitúan los Collados de la Sagra, una sierra coronada por el pico del mismo nombre, de 2.383 metros de altitud. Detrás de esa mole comienza el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.
La Sagra es un espacio muy apreciado por los amantes del senderismo y por quienes se pirran por el montañismo. También es más que recomendable para algo tan relajante –y tan difícil cuando se vive en la gran ciudad- como simplemente no hacer nada y disfrutar de la quietud y el silencio que allí se paladean.
Pero un atractivo añadido que hace su visita aún más indispensable es su cielo claro, libre de la contaminación lumínica. Por eso mismo allí se puede disfrutar de noches estrelladas sencillamente inolvidables. Contemplar esos cientos de puntitos durante horas es ya de por sí un espectáculo singular y placentero.
![Impresionante vista de La Sagra en invierno](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/Sagra2-U02853652625pTk-624x350@abc.jpg)
Pero si se quiere ir más allá y aprender algo de astronomía, o profundizar en los conocimientos que ya se tengan, en La Sagra hay un observatorio situado a 1.530 metros de altitud que se ofrece para visitas guiadas. Los destinos son de lo más tentador: la luna, el sistema solar, la vía láctea…
Las visitas están organizadas por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, así que el personal sabe muy bien de lo que habla. El observatorio dispone de telescopios divulgativos de alta capacidad, módulos con instrumentación científica y una sala de proyecciones.
Monos, aves y un idioma más que llamativo en Gibraltar
¿Forma Gibraltar parte de Andalucía? Bueno, pues al margen de reclamaciones históricas sobre su nacionalidad, el caso es que es un trozo de tierra que actualmente pertenece a otro país pero que está rodeado de Andalucía por todas partes. Y eso se nota allí dentro.
Una de sus señas de identidad son los monos, los macacos de Berbería, una especie visible en Gibraltar y también en algunas zonas del norte de África. Tienen una población global controlada de entre 1.200 y 2.000 ejemplares, y los aproximadamente 300 de Gibraltar se ven en la parte más alta y, ocasionalmente, también en otros lugares del peñón. Dependen del Gobierno local y son un atractivo turístico de primer orden.
Son inteligentes y simpáticos, están muy acostumbrados al trato con las personas y, por eso mismo, hay que andarse con cuidado. No porque hagan daño –aunque tampoco conviene enfadarlos- sino porque son muy pillos y les encanta hacer travesuras, como robar las chocolatinas, los sombreros o las gafas de sol.
![La inconfundible estampa del Peñón de Gibraltar. En todo lo alto están los monos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/Gibraltar2-U43051460541mBC-624x350@abc.jpg)
Gibraltar es un peñón que, con sus más de 300 metros de altura, sobresale claramente en el paisaje. Por eso, desde lo más alto se divisa un panorama extraordinario. En días claros, parece que África se pueda tocar con los dedos, como también la Costa del Sol, que desde arriba es mucho más idílica que abajo, tan llena de sombrillas. Es un lugar de paso obligado para un sinfín de especies de aves migratorias, lo que convierte el sitio en un observatorio natural privilegiado para los aficionados a la ornitología.
Gibraltar, volviendo a lo andaluz si es que nos hemos salido de ello, tiene un lenguaje propio. Sus habitantes –unos 30.000- estudian en inglés pero por la influencia de su entorno también hablan en español. Lo habitual es que mezclen lo uno con lo otro y de ahí surge el llanito, su propio idioma, que incorpora además voces del italiano y del maltés porque muchos gibraltareños son descendientes de pescadores y comerciantes que llegaron desde aquellos países hace ya tres siglos.
En Gibraltar es posible escuchar expresiones como «baja la windonilla» o giros de traducción extravagantes como «Te llamo patrás». Todo eso, dentro de una conversación que puede empezar en inglés, pasar al castellano, volver al inglés y así sucesivamente. El resultado divierte, pero pensándolo en frío, también es instructivo y demuestra hasta qué punto el lenguaje es un instrumento vivo.
Vértigo y paisajes inolvidables en el Caminito del Rey
En la provincia de Málaga, en los términos municipales de Ardales, Álora y Antequera, está desde tiempos inmemoriales el Desfiladero de los Gaitanes, un cañón sobre el río Guadalhorce que en su punto más alto alcanza los 400 metros. Verlo de lejos ya impresiona.
Pero es que se puede ver muy de cerca. El Caminito del Rey lo permite. Ese paso se construyó a principios del siglo XX para que los trabajadores de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro pudieran transportar materiales para hacer el embalse que se estaba construyendo. Como el Rey Alfonso XIII inauguró ese pantano en 1921, al caminito le pusieron su nombre.
![Una de las pasarelas que deben cruzarse en el Caminito del Rey](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/CaminitoRey-U11125547645PKs-624x350@abc.jpg)
Cuando los operarios dejaron de utilizarlo, el camino perdió su sentido salvo para los amantes de los deportes de montaña, que siguieron recorriéndolo en condiciones cada vez más precarias. De hecho, a partir de los años ochenta y noventa, transitar por allí se hizo tan peligroso que empezaron a producirse accidentes, algunos mortales. Definitivamente, aquello no era un sendero para dar un paseíto mientras se tararean alegres canciones.
En 2015, tras las obras de restauración acometidas por la Diputación Provincial de Málaga, el caminito vuelve a ser transitable, aunque sólo de forma guiada por motivos de seguridad. El recorrido, de casi ocho kilómetros, puede prolongarse dos horas y aunque en principio es apto para todos los públicos, no es recomendable para quienes sufren de vértigo, porque hay tramos en los que el tajo es absolutamente vertical y el único camino es una pasarela estrecha a 105 metros de altura. Descarga de adrenalina garantizada.
El Far West de las películas, a media hora de Almería
No es ningún secreto que muchos films del Oeste, de esas de indios y vaqueros, no se filmaron en Estados Unidos. De hecho, entre 1960 y 1970 se habló mucho del spaghetti western, películas de producción italiana en las que brillaron directores como Sergio Leone o actores como Clint Eastwood y que se rodaron en Italia, pero también en España.
El desierto de Tabernas, en la provincia de Almería, era un lugar idóneo porque el paisaje era exactamente el que se quería recrear. Por eso se ubicaron allí unos poblados artificiales, pueblos de cartón piedra perfectos para decorar y ambientar las grabaciones.
![Uno de los poblados del Mini-Holliwood de Tabernas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/Tabernas-U77831103043mbp-624x350@abc.jpg)
Esa época del spaghetti western ya pasó y, aunque ocasionalmente se filman algunas películas allí –como la casi paródica '800 balas' de Álex de la Iglesia- los poblados permanecen como atracción turística. Al conjunto, formado por tres antiguos escenarios de rodaje, se le llama Mini-Hollywood.
En Oasys, Fort Bravo y Western-Leone, el viajero puede sentirse dentro de una película. Hay actores que a ciertas horas del día ponen en escena una especie de teatro en el que recrean, sin obviar ningún tópico, las situaciones y los diálogos que tanto hemos visto en las pantallas. Hay un sheriff, un forajido, hay disparos, hay caballos desbocados por la calle, hay indios en sus tiendas… Un espectáculo diseñado para todos los públicos y muy entretenido.
Escalada deportiva en el cañón de Espiel
Los amantes del turismo deportivo en general y de la escalada en particular tienen un lugar fantástico para solazarse en la provincia de Córdoba. El cañón de Espiel, un paraje natural a unos 50 kilómetros de la capital, ofrece paredes de roca caliza donde se pueden subir muros verticales.
A efectos de escalada, el cañón está dividido en seis sectores con diferentes niveles de dificultad, lo que lo convierte en apto para todas las edades y válido tanto para los que se están iniciando como para los que ya son expertos.
![Vista de la localidad cordobesa de Espiel](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/Espiel-U68811016871Zfa-624x350@abc.jpg)
La zona atrae a un buen número de aficionados a la escalada, fundamentalmente gente joven y amante de la naturaleza que, de paso, aprovecha para visitar el pequeño pueblo de Espiel, de unos 2.400 habitantes y de gran tradición minera.
Allí en los últimos años han proliferado las escuelas de aprendizaje y los establecimientos que ofrecen los elementos para hacer vías ferratas. O lo que es lo mismo, los clavos, cadenas, tirolinas y demás herramientas que se utilizan para marcar los itinerarios.
También han surgido en la zona establecimientos hoteleros y proliferado las casas rurales que se ofrecen para alquilar. El turismo deportivo revela así su potencial como fuente de economía para la zona, que además es sana y sostenible.
Un paseo sosegado junto al río Cerezuelo
¿Qué tal si terminamos este recorrido con una propuesta más tranquila? Después de caminar por un vertiginoso desfiladero, sentir la tensión del lejano Oeste o esquivar a los monos que tratan de robarte las gafas de sol, es de imaginar que un paseo junto al río Cerezuelo es bastante más relajante que todo lo anterior.
Está en Jaén y, en concreto, en el municipio de Cazorla, cuyo nombre ya remite a naturaleza y a agua. No en vano, en el Parque Natural de Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas nace el río Guadalquivir, y el Cerezuelo es uno de los primeros afluentes que se encuentra a su paso.
![Inicio del sendero junto al río Cerezuelo, en Cazorla](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/10/19/inicioro-U53643534342qJv-624x350@abc.jpg)
La ruta senderista junto al Cerezuelo comienza en un idílico paraje de chopos y ahí, lo más sensato que se puede hacer es guardar silencio y dejar que hablen los elementos, que se escuchen el rumor del río y el temblor de las hojas.
El camino es más o menos largo en función de cómo se quiera planear la cosa. Es un trayecto válido para todos en el que el excursionista cruza puentes de madera, siente la tentación de bañarse en las pozas –si quiere sucumbir, que sepa que el agua no está precisamente caliente- y se siente en comunión con un entorno fantástico, bien conservado y con alicientes extra como visitar el Castillo de la Yedra, acercarse hasta el municipio de La Iruela, pasando de camino por la ermita de la Virgen de la Cabeza y no olvidar que los esfuerzos tienen recompensa. Allí hay una gastronomía formidable, así que todos contentos.
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