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Ruta por las sorprendentes fortalezas del territorio hospitalario de la Raya, entre Huelva y Portugal

Una historia medieval común que comparten los municipios de Aracena y Aroche, en la Sierra de Huelva, y Serpa y Moura, en la región lusitana del Alentejo

La ermita medieval de La Nava, un museo en un valle de encinas centenarias

Localidad portuguesa de Serpa B. M.

J. M. Brazo Mena

Huelva

Los municipios de Aracena, Aroche, Serpa y Moura, de uno y otro lado de la Raya, se han embarcado en un proyecto conjunto que, en base a su historia medieval común, pretende potenciar las relaciones transfronterizas y poner en valor sus recursos históricos, con la creación de una ruta turística y cultural que discurre por las sorprendentes fortalezas del Territorio Hospitalario, constituyendo un atractivo viaje a la Edad Media.

Siguiendo la carretera que discurre por la Sierra de Huelva hasta el Alentejo portugués(N-433), el visitante podrá adentrarse en las cuatro antiguas poblaciones andalusíes (Aracena, Aroche, Serpa y Moura), defendidas por inexpugnables recintos amurallados, enclaves en los que, tras la conquista de la zona a mediados del siglo XIII a cargo de las mesnadas comandadas por Alfonso Pérez Fariñas, gobernó la poderosa Orden del Hospital de San Juan.

A partir de ese momento, estos bastiones fueron reivindicados tanto por Portugal como por España. La firma del tratado de Alcañices (1297) zanjó la disputa y creó la frontera política más antigua de Europa, la Raya. Para su vigilancia, se construyeron castillos y torres atalayas, que hoy permanecen en pie, como vestigios del pasado, mostrando interesantes leyendas y un rico patrimonio, que nos hace partícipes de un periodo crucial de la historia.

Aracena, privilegiado mirador de la sierra

Aracena, en la sierra de Huelva B. M.

 

La primera parada de esta ruta es Aracena. Su arquitectura tradicional y monumental aúna castillo, iglesias, conventos, palacios, ermitas, fuentes, plazas y museos que le imprimen un encanto especial. Todo un aliciente, aunque aquí todas la miradas se dirigen hacia la Gruta de las Maravillas considerada como una de las cavidades subterráneas más bellas y extensas de país, y que está catalogada como el primer Lugar de Interés Turístico de Andalucía.

No obstante, el castillo que se alza sobre el cerro que domina la localidad, constituye el mirador más espectacular de la sierra y una reliquia llena de historia. Está integrado por patio de armas y alcázar, separados ambos por una muralla en la que destaca la Torre Mayor, en la cota más alta. Esta fortaleza, que pasó a formar parte de la «Banda Gallega» para defender Sevilla de posibles ataques desde Portugal, mantuvo su carácter militar hasta el siglo XVI.

Junto al recinto amurallado se encuentra la iglesia Prioral de los Dolores, cuya construcción en estilo gótico se inició en el s. XIII, finalizándose las obras dos siglos más tarde. En el exterior llama la atención la torre múdejar, con sus cuatro paños de sebka, que recuerdan a la decoración de la Giralda. En su interior se celebra cada verano la Muestra de Música Antigua «Ciudad de Aracena», dentro del Festival del Territorio Hospitalario (www.aracena.es).

Aroche, el viejo centinela

Aroche, sobre la colina B. M.

 

Sobre una colina que supera los 400 metros de altitud desde donde se divisa toda la vega del río Chanza, está recostado Aroche, uno de los pueblos más antiguos de la serranía onubense donde se conservan abundantes yacimientos arqueológicos, monumentos y tradiciones, que dejan constancia del rancio abolengo del enclave, constituyendo un destino turístico de primer orden, dentro del parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

En los más alto del cerro se encuentra el castillo de época almohade ( siglo XII), que tras la reconquista cristiana sufrió diversas reformas. La transformación más importante, ocurrió en el año 1802, cuando el patio de Armas se convirtió en plaza de toros. En el interior de la fortaleza, en una de las salas abovedadas que conserva, abre hoy sus puertas la Sala del Alcaide, que recrea las estancias de los antiguos gobernadores.

Junto al castillo encontramos los restos de la muralla artillera, integrada completamente entre las casas del núcleo urbano. Se trata de un recinto formado por cuatro baluartes y una torre en el cerro superior, llamada de San Ginés y popularmente conocida como La Almena. Precisamente esta torre es el escenario de otra de las citas del verano, la 'Noche de las Velas', con conciertos y teatralizaciones dentro del Festival Hospitalario (www.aytoaroche.es).

En las proximidades de la fortaleza se alza la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, de estilo gótico mudéjar, cuyas portadas laterales son obra de Hernán Ruiz II, uno de los arquitectos mayores de la Catedral de Sevilla, mientras que fuera del casco urbano, se puede visitar con guía la ciudad romana de Arucci Turobriga, en los Llanos de la Belleza. El enclave arqueológico incluye la ermita medieval de San Mamés, construida sobre la basílica romana.

Serpa, una perla en el Bajo Alentejo

Serpa y la iglesia de Santa María B. M.

 

Al otro lado de La Raya, Serpa es un municipio medieval de villas blancas de la zona sur del Alentejo, a pocos kilómetros del Guadiana, que cuenta con un idílico casco antiguo cercado por una grandiosa muralla. El castillo comenzó a construirse en el siglo IX, reformándose con fábricas de tapial durante los siglos XI y XII, que se conservan en la Torre da Horta. En el año 1246, tras la reconquista cristiana, pasó a manos de la orden de los hospitalarios.

Sin duda, uno de los atractivos de la visita al castillo de Serpa es la visión de su torreón desmoronado que cayó en trozos que quedaron encajados. Es una sensación pasar por el acceso teniendo sobre la cabeza semejantes trozos de piedra. Cerca del castillo se encuentra la iglesia de Santa María, edificada en el siglo XIV sobre los cimientos de una mezquita árabe y la Torre del Reloj, a la que se accede a través de una escalera de madera.

En la parte superior de la muralla puede verse un acueducto con su arcada italiana, que servía para llevar agua desde una noria, herencia árabe, hasta el Palacio de los Melos, que se recuesta sobre la fortificación. No se puede dejar de ver el Museo Arqueológico, en el alcázar del castillo; el Museo Etnográfico, en el edificio del antiguo mercado municipal, y el del Reloj, situado en el antiguo Convento Mosteirinho (s. XVI), en el centro urbano. (www.cm-serpa.pt).

Moura, entre murallas y fuentes

Moura, una villa de pasado musulmán B. M.

 

Continuando por el Alentejo, la ciudad de Moura blanquea apiñada en torno a las ruinas de un castillo, reconstruido en el siglo XIII, aprovechando la antigua fortificación musulmana, y destruido en gran parte cinco centurias después. En su interior se conserva la torre del homenaje, de planta cuadrada y estilo gótico, y otra de base circular, la torre Salúquia, llamada así en honor de una princesa, cuya leyenda nos animará a recorrer el barrio árabe.

En las calles de este núcleo, conocido Mouraria, abundan las casas de una sola planta con enormes chimeneas. Para descubrir la historia del municipio y su pasado musulmán hay que visitar el Núcleo Árabe del Museo Municipal. Fuera de la «morería» resulta placentero pasear por las calles peatonales repletas de palacios y casonas del siglo XIX, y conocer las iglesias de San Juan Bautista, con portada manuelina, y los conventos Do Carmo y San Francisco.

Entre los principales atractivos destacan las fuentes de aguas minerales de Santa Comba, construida en 1891 sobre otra del siglo XVI, que proceden del castillo, y la Fonte das Tres Bicas, construida en mármol con escudo de don Joao V, que se ubica bajo el balcón del palacio del antiguo ayuntamiento, hoy convertido en biblioteca municipal. Como broche, en ángulo recto con el palacio se encuentra el establecimiento del balneario termal (www.cm-moura.pt)

Amplia oferta gastronómica

Tanto en la ruta por la serranía onubense como a través de las tierras alentejanas, el visitante encontrará una amplia oferta gastronómica, con gran variedad de platos y tapas elaboradas con los productos de la tierra, donde no pueden faltar los derivados del cerdo ibérico y del cordero; los reconocidos quesos de Aracena y Serpa; el estupendo aceite de Moura, y los excelentes platos de setas, destacando el revuelto de gurumelos de la zona.

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