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España tiene un obelisco como el de Argentina y está en Conil de la Frontera
Entre los numerosos atractivos de esta localidad gaditana, destaca un elemento curioso y menos conocido: un obelisco que, al igual que su hermano en Buenos Aires, se alza solitario cerca de la costa
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Conil de la Frontera, una joya situada en la provincia de Cádiz, es un lugar que combina belleza natural, rica historia y una vibrante vida cultural. Con sus casas encaladas, playas extensas y una atmósfera marinera única, Conil no deja de sorprender a sus visitantes. Entre sus numerosos encantos, destaca un elemento curioso y menos conocido: un obelisco que, al igual que el famoso obelisco de Buenos Aires, se alza solitario en su paisaje costero.
El viaje para descubrir este enigmático obelisco comienza en el Prado de Castilnovo, una joya natural que se extiende paralela a la playa, desde el Río Salado hasta la Playa del Palmar en Vejer de la Frontera. Este prado, que abarca áreas comunes con la Zona Especial de Conservación (ZEC) del Río Salado, es un enclave de naturaleza virgen, ideal para quienes buscan escapar del bullicio y disfrutar de la biodiversidad en su estado más puro.
Este área alberga una gran variedad de especies de aves, entre las que destacan el Ibis Eremita y el Chorlitejo Patinegro. Además, es un lugar de extraordinaria belleza paisajística, con extensas áreas de vegetación y charcas que proporcionan hábitats diversos para la fauna local. El Prado puede ser explorado a través del Sendero de Castilnovo, un recorrido de 3,5 kilómetros que comienza después de cruzar el puente del Río Salado hasta llegar al río Conilete. Este sendero, que ha recibido el distintivo de «Sendero Azul» en 2022, ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de vistas panorámicas del litoral, mientras descubren los tesoros naturales y patrimoniales de la zona.
La Torre de Castilnovo
A poca distancia del Prado, se alza la Torre de Castilnovo, una estructura que data del siglo XVI. Originalmente construida como una torre almenara y de almadraba, tenía una doble función: defensa militar y vigilancia del paso de los atunes, un recurso ampliamente explotado en las almadrabas cercanas.
La Torre de Castilnovo es de planta cuadrada y cuenta con una escalera de caracol en uno de sus vértices. Su estructura se compone de dos cuerpos diferenciados: el primero, de unos 20 metros de altura, partido por una cornisa intermedia, y el segundo, un cuerpo retranqueado de aproximadamente tres metros, construido con piedra ostionera.
![Torre de Castilnovo](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/07/02/torre-de-castilobo-U14250425766HKw-760x427@diario_abc.jpg)
Construida en un tiempo en que la costa de Andalucía estaba constantemente amenazada por incursiones musulmanas, la torre formaba parte de un sistema defensivo que incluía otras torres vigías y fortificaciones. Estas estructuras alertaban a las poblaciones cercanas mediante señales de humo y fuego. Sin embargo, la Torre de Castilnovo sufrió daños significativos durante el maremoto del 1 de noviembre de 1755, aunque ha sido restaurada y hoy en día sigue siendo un importante punto de interés histórico y cultural.
El misterioso obelisco de Conil
El Obelisco de Morenaizyr, aunque cercano a la Torre de Castilnovo, no forma parte del conjunto de torres defensivas de Conil. Según el historiador y juez en Conil de la Frontera, Francisco González, la construcción de este obelisco es muy posterior a la de la Torre de Castilnovo, probablemente en torno al siglo XIX o XX. No obstante, al igual que las torres vigías que servían para prevenir incursiones piratas o moriscas en Conil, el Obelisco de Morenaizyr también tiene una función marítima, aunque no de vigilancia ni bélica. Este monumento, según Francisco González, se concibió como un punto de referencia para guiar a los pescadores en la localización de los caladeros de pesca para la almadraba.
El obelisco servía como uno de los puntos de referencia que los pescadores utilizaban para triangular la posición de los caladeros y acceder a ellos fácilmente. Para ello, los pescadores tomaban otros dos puntos de referencia y, junto con el obelisco, podían determinar la ubicación exacta de donde habían estado pescando previamente. Es posible que, para pescar durante la noche, los pescadores encendieran un fuego sobre el obelisco para facilitar su localización desde el mar, ya que el obelisco cuenta con unos peldaños que forman una especie de escalera que lleva hasta su cima.
Este tipo de elemento era más común de lo que se cree, especialmente entre los pescadores de aquella época. De hecho, en la Atalaya de Conil, cerca del Mirador de la Fontanilla, existía antiguamente un obelisco de mayores proporciones que el de Morenaizyr y que pertenecía al propietario de la chanca de aquel entonces. Este obelisco tenía el mismo propósito: servir de guía a los pescadores para localizar los caladeros de pesca.
La Chanca de Conil fue construida a mediados del siglo XVI, aunque la actual construcción parece ser el resultado de intervenciones posteriores. Su importancia radica en ser, en gran medida, el origen y desarrollo de la actual Conil de la Frontera, gracias a la actividad que allí se desarrollaba, relacionada con la elaboración y conservación del atún, y como recinto complementario para guardar las artes de pesca, barcas y material durante las épocas en las que la almadraba estaba desarmada.
Conil de la Frontera: un destino para exploradores
Más allá de la Torre de Castilnovo y el obelisco, Conil de la Frontera ofrece una amplia gama de atractivos que lo convierten en un destino ideal para exploradores y aventureros. Las playas de arena fina y aguas cristalinas, como la Playa de los Bateles, la Fontanilla y Fuente del Gallo, son perfectas para disfrutar del sol y el mar. Los acantilados y calas escondidas en la zona de Roche proporcionan paisajes impresionantes y oportunidades para la fotografía y la exploración.
![Playa de los Bateles](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2024/07/02/Playa-los-Bateles-U52342155760bVK-760x427@diario_abc.jpg)
El casco antiguo de Conil, con sus calles empedradas y patios emblemáticos, es un lugar encantador para pasear y descubrir la historia y la cultura del pueblo. La Torre de Guzmán, el Centro Cultural Santa Catalina y el Museo del Atún en La Chanca son solo algunos de los lugares que los visitantes pueden explorar para conocer más sobre el patrimonio de Conil.
De hecho, además de por sus atractivos naturales e históricos, Conil de la Frontera es reconocido por su rica oferta gastronómica. Elegido Ciudad Gastronómica 2024, el pueblo destaca por sus productos del mar y de la huerta, ofreciendo a los visitantes una experiencia culinaria inolvidable.
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