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EL DESIERTO DE NEVADA RESUCITA CON UN FESTIVAL RADICALMENTE LIBRE Y QUE CAMBIA LA VIDA DE SUS PARTICIPANTES

Arder de gusto en el 'Burning Man'

Arder de gusto en el 'Burning Man' Foto: FLICKR / SMOOBS

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Del 27 de agosto al tres de septiembre son las fechas indicadas para darlo todo en Nevada en 2012. Ya ha llovido desde que en el solsticio de verano de 1986 Larry Harvey y Jerry James quemasen en San Francisco un muñeco de madera de 2,7 metros de altura. Este acto definido como de ' radical y libre expresión ' dio origen al Burning Man , toda una manera de entender el mundo.

Imaginen una ciudad que se levanta cada año en mitad de un desierto y que acoge a decenas de miles de visitantes. Durante una semana la juerga y cuaquier formato de arte se dan la mano en un escenario al que todo el mundo es bienvenido. "Cualquiera puede ser parte de Burning Man", se sostiene desde la organización. Los participantes son llamados a hacer uso del trueque como forma de funcionamiento mercantil durante esta semana en la que la vida adquiere un sentido distinto al habitual. Se habla de regalos entre las personas, ausencia de patrocinios comerciales y cero publicidad. De alguna forma, el Burning Man va en contra de la cultura del consumo.

Sin embargo, el dinero de curso legal también tiene su espacio, ya que es posible adquirir bebidas como café y limonada, además de hielo, boletos de autobús, pulseras de reeentrada (permite salir e ingresar de nuevo al evento)... cuyos beneficios van teóricamente destinados a actuaciones de caridad. La idea, en cualquier caso, es promover la autosuficiencia puesto que no se alienta demasiado el comercio.

La estética es al gusto del consumidor. Una y otra vez se insistirá a los visitantes (50.000 en la edición de 2011) para que lleven a cabo una 'expresión libre y radical'. Incluso se puede pasear por los espacios públicos como Dios nos trajo al mundo, desnudos de toda ropa . Burning Man es lo que cada uno quiere que sea. De alguna forma se fomenta y se crea un curioso espíritu comunitario por el que todo el mundo echa una mano al vecino. Otro de los aspectos fundamentales es el respeto al entorno. "Sin dejar rastro" es el leit motiv. "Nos comprometemos a no dejar huella física de nuestras actividades siempre que nos reunimos y a limpiar después nosotros mismos". La 'ciudad' del Burning Man, tal y como se crea, también desaparece.

Si quiere formar parte de la comunidad, sólo tiene que dar el paso adelante y experimentar la sensación de olvidar los formalismos y convencionalismos sociales en la puerta y acceder al increíble mundo del hombre en llamas o Burning Man. Cuando la inmensa efigie acabe de arder todo habrá acabado y tocará regresar a la vida cotidiana (y mucho más aburrida).

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