Verdades y mentiras de Downton Abbey
Ni las habitaciones ni la zona del servicio están rodadas en el Palacio de Highclere

El palacio que sirve de localización principal para «Downton Abbey» no tiene parte de «abajo». En la serie de televisión producida por la cadena británica ITV -y emitida en España por Antena 3 -, la tensión narrativa se estructura en torno a las dinámicas paralelas en la parte de «arriba», donde vive la familia de Lord Grantham , y los aposentos para el personal de servicio en la planta baja. Así lo marca el canon del género establecido por la popular serie «Arriba y abajo» en los 70. Pero el palacio de Highclere, en la región inglesa de Hampshire, no lo permite.
La espectacular residencia rural, perteneciente a los condes de Carnarvon desde 1679, alberga el rodaje de las salas comunes de la familia y de muchas escenas de pasillo. La puerta secreta camuflada en una estantería que conecta los salones existe en la casa original. Otros elementos, en cambio, son retirados para la filmación, como el retrato de Carlos I de Van Dyck que cuelga del comedor o las numerosas fotografías de la Reina Isabel II -visitante asidua en su día del palacio- que decoran varias estancias.
Es la distancia entre la realidad y la ficción. «No es especialmente glamuroso, al final las actrices se tiran once horas en mi casa con los rulos puestos para unos pocos minutos de televisión», explica Lady Fiona, esposa del octavo conde de Carnarvon, actual propietario de Highclere Castle. En la primera temporada se rodaron aquí varias de las habitaciones : las de las hijas pequeñas, Lady Edith y Lady Sybil, y la de invitados en la que la mayor, Lady Mary, tiene un romance nocturno con un joven turco que muere en sus brazos.
Exteriores en Bampton
Pero las estancias del servicio y, desde la segunda temporada, las habitaciones, fueron reconstruidas por la productora de la serie, Carnival Films, en los Ealing Studios , en el Este de Londres. Cuestión de perspectiva. Más que esa tensión entre señoritos (arriba) y servicio (abajo), la familia Carnarvon destaca el eje dentro-fuera para remarcar las diferencias entre su vida de aristócratas del siglo XXI y l a de los Crawley en las primeras décadas del XX. «Nosotros estamos todo el rato mirando fuera para ver qué tareas hay que hacer, mientras que en los dramas de época la atención está siempre en el interior, en quién ha dicho qué», explica Lady Fiona. Su fuerte amistad personal con Julian Fellowes, el creador de la serie, le obliga a evitar los comentarios sobre Downton Abbey. «Nos limitamos a ser profesionales y a intercambiar un ‘‘qué bonita casa’’ por un ‘’qué bonitos trajes’’», dice.
La amistad de Fellowes con una residente de Bampton , un minúsculo pueblo del Oxfordshire, explica también que esta localidad sea el escenario de los exteriores. Durante tres semanas por cada temporada (cada una exige unos cuatro meses de rodaje ), los técnicos y actores de la serie ocupan las calles de este pintoresco pueblo de los Cotswolds. Camuflan antenas, letreros, coches y cualquier elemento del siglo XXI. Y pagan unos 600 euros por episodio a los propietarios de las casas utilizadas para rodar. La de Maggy Harris, amiga de Fellowes, es la residencia de Isobel Crawley, madre del malogrado Matthew. La iglesia de Santa María fue el escenario de su boda con Mary, con todo el pueblo trabajando de extra por 59 euros (50 libras) al día.
Unos 9,5 millones de espectadores vieron el primer capítulo de la cuarta temporada el mes pasado en Reino Unido, cifra récord para la serie. Pero en la biblioteca pública de Bampton, protagonista en la serie, la bibliotecaria no parece impresionada por el aluvión de turistas de EE.UU. que les ha traído. «Me gustaba mucho más "Retorno a Brideshead" », confiesa la anciana a ABC.
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