sanidad
El hospital del «despilfarro» se adapta a la realidad
La Junta ha autorizado esta semana al Sescam para que retome la obra, que tendrá que redimensionarse

La mareita que corre por los larguísimos pasillos a medio acabar de lo que en un futuro será el Hospital General de Toledo se agradece en un día de mucho calor. A pesar de que solo se lleva realizado un 34 por ciento de la obra, paralizada oficialmente hace año y medio por el Gobierno de Castilla-La Mancha por su elevado coste, uno se puede hacer a la idea de lo que iba a ser el hospital más grande de Europa. Sólo la longitud del solar es de un kilómetro y la parcela tiene una superficie de 341.770 metros cuadrados, la mitad del casco histórico de Toledo, que es uno de los más grandes de Europa.
Y hay otro dato más esclarecedor sobre las dimensiones de este proyecto: un paciente podría tardar entre 15 y 20 minutos en llegar a su habitación, una vez que fuera trasladado desde la zona de Urgencias, según los cálculos del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).
Ahora, el Gobierno regional ya ha conseguido la autorización y financiación necesaria para reconducir la obra. Es decir, adaptar un megaedificio con pretensiones de nuevo rico a las necesidades reales, pero sobre todo al coste que nos podemos permitir en este momento.
Precisamente, esta semana el Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado la autorización que se concede al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) para que se haga cargo de las obras de realización y gestión del futuro Hospital de Toledo, autorización con la que se abre el procedimiento para constituir los elementos necesarios para publicar el anteproyecto «lo antes posible».
El propio consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, ha indicado al respecto que con este acuerdo se da el visto bueno para empezar a desarrollar los pliegos de este proyecto, trámite que se prolongará hasta finales de 2013 como mínimo.
Hospital poco convencional
«Es una construcción nada convencional para un hospital», apunta la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras del Sescam, Amparo Carrión. Ella espera a un grupo de periodistas junto a la maqueta del hospital proyectado en 2005 por el gobierno del socialista José María Barreda. Carrión será la encargada de guiar otra visita organizada por la Junta de Comunidades para «mostrar la obra tal y como está».
El azulejo portugués en un tono verde azulado con el que se quería forrar algunas paredes de los pasillos costaba 183,97 euros el metro cuadrado
El encuentro es dentro de una caseta de obra atípica , ya que la edificación de sus 680 metros cuadrados construidos tuvo un coste de casi cuatro millones de euros, a razón de 5.734 euros por metro cuadrado. El inmueble, con un diseño exterior moderno, consta de un vestíbulo y una sala de recepciones, otra sala de reuniones, cinco oficinas y siete despachos, además de una sala técnica, cuatro aseos y sala de instalaciones.
El tamaño de esta caseta de obra inusual puede dar una idea de lo que el hospital iba a ser, hasta que Cospedal anunció la paralización de las obras en enero de 2012.
La obra del nuevo hospital de Toledo, una cadena de edificios de diferentes formas y colores conectados por laguísimos pasillos, se adjudicó por casi 300 millones de euros. Sin embargo, cuando se llevaba realizado el 34 por ciento de la obra, el coste había subido a más de 362 millones. A esta cantidad habría que sumarle otros gastos accesorios y la equipación del hospital para su puesta en marcha con 1.300 camas, con lo que la inversión final habría rondado los 500 millones.
La mayor plaza de Toledo
«El hospital no se va a terminar como estaba previsto», aclara Carrión. «Se está estudiando qué usos necesitamos y qué podemos aprovechar de lo que ya está construido», añade.
La visita al hospital en sí comienza en una plaza interior que rodea la zona de administración, que se convertiría en la mayor plaza de la ciudad de Toledo con sus 7.500 metros cuadrados. El área de administración es la parte de la obra con un nivel de acabado más adelantado y más lujoso.
Amparo Carrión muestra algunos de esos «detalles» inacabados en los pasillos, como el azulejo portugués en un tono verde azulado con el que se quería forrar algunas paredes de los pasillos. Su coste ascendía a 183,97 euros por metro cuadrado que, multiplicado por los 2.576,88 metros cuadrados que se pretendían, arrojaría un gasto de 474.068,61 euros en azulejo portugués.
Carrión se detiene a explicar también los zócalos de mármol de las puertas, con un precio de 43,05 euros por unidad, o el elevado precio de los baños del hospital. «Como muestra, algunos ejemplos: los inodoros costaban 603,17 euros; los urinarios, 407,68 euros y los platos de ducha 348,15 euros», señala Carrión.
Durante el recorrido por las obras, la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras del Sescam muestra un despacho inacabado de Gerencia, con una superficie total de 131,22 metros cuadrados, distribuidos de la siguiente manera: el despacho propiadamente, de 70,65 metros cuadrados; más una terraza de 54,05 metros cuadrados y un «office» de 13,05 metros cuadrados que compartirían dos despachos comunicados.
Es uno de los 494 despachos proyectados (370 para los facultativos y 124 para administración), además de 95 ascensores, 9.483 puertas, doce tramos de escaleras mecánicas, 102 mostradores, 2.500 kilómetros de cableado eléctrico o 13 accesos desde la calle, lo que «supondría un sobrecoste de personal de vigilancia e información».
Moderno y caro lucernario
La siguiente parada es en la «calle hospitalaria», de tres alturas y una superficie de 10.000 metros cuadrados, con un largo de 290 metros, «dimensiones más propias de un centro comercial», apunta Carrión, quien, por momentos, recuerda a una guía turística. «Lo más curioso es el lucernario, un modelo exclusivo con 180 metros de longitud y un coste de 750.000 euros. Cada vez que se limpiase, su coste sería de 5.500 euros», añade.
El nuevo hospital iba a contar con 21.500 metros cuadrados de superficie acristalada, cuya limpieza supondría un coste de 20.000 euros cada vez que se realizase. Pero toda esta calle hospitalaria no estaría cubierta, lo que supondría un elevado coste en climatización. Según los cálculos facilitados por Carrión, en el nuevo centro se iba a multiplicar por 4,5 el consumo de energía: si en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo el gasto en este capítulo ronda los 2,8 millones de euros por año, en el nuevo hospital rondaría los 12 millones.
A pesar de que las líneas y máquinas de laboratorios son rectas, el diseño del edificio es circular
En la zona de consultas, el proyecto del Gobierno de Barreda contemplaba 200 locales, con una distribución «poco eficiente», según la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras del Sescam, quien también critica el área de hospitalización, repartido en cinco módulos, debido a la distancia que habría con el servicio de Radiología (600 metros) o los quirófanos (medio kilómetro), además del diseño diáfano de algunas salas que finalmente habría que compartimentar. Carrión tampoco pasa por alto el diseño circular del edificio de laboratorios, ya que «todas las líneas y máquinas de laboratorios son rectas».
«Esto es lo que nos hemos encontrado y se está trabajando para ver el mayor aprovechamiento posible», resume la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras del Sescam antes de finalizar la visita. El Gobierno de Castilla-La Mancha está resideñando el futuro hospital, que contaba con una dimensiones que «no las tiene ningún hospital en España».
El objetivo es construir un centro «funcional y menos costoso», también en su mantenimiento. Y para ello la Consejería de Sanidad cuenta con el respaldo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) , que ha aprobado la financiación de las obras con 70 millones de los 176 necesarios para concluir el hospital que apuntaba a convertirse en uno de los más grandes de Europa.
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