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ALFILERITOS

LA LISTA

JOSÉ PONOS

Confeccionar una lista electoral, pongamos el caso de las municipales a la Alcaldía de Toledo, tiene su dificultad. Naturalmente me refiero a integrar en las mismas a personas con imagen y tirón entre la vecindad que ayuden al candidato en la cosecha de votos. Y esto es complejo, porque en ocasiones el partido respectivo incluye nombres que está obligado a aceptar el candidato, y también cuando se encuentra con la personalidad idónea ésta no está por la labor de incorporarse a las tareas municipales, por aquello de que le va muy bien en su ejecutoria profesional y laboral o porque se le puede complicar la vida dando el paso para las tareas que se le demandan.

Luego aunque de cara al exterior parezca fácil, confeccionar una lista con posibilidad de alzarse con la victoria tiene su aquel y hay que mirar detenidamente quién significa un apoyo importante para el objetivo propuesto. Por supuesto, el elegido tiene que poseer popularidad positiva dentro de la geografía urbana para atraer a los de su entorno y a los de más allá, y conocer bastante bien lo que se juega con este paso político, que en ocasiones puede traer con posterioridad dolores de cabeza y descalificaciones varias para el que ocupa un escaño.

Y no conviene olvidar que es importante que el nombre de la lista, aunque no atraiga el voto, tampoco lo aleje, porque si colocamos a una persona que en su barriada no es muy aceptada en general, aunque el candidato lo sea, eliminaríamos posiciones para que el primero llegue a la alcaldía. En cierta ocasión, un pretendiente que no salió elegido me confesó que entre fulanito o menganito, que formaban parte de su lista, le habían destruido más votos que los que aportaban todos los restantes, por la animadversión de que gozaban entre buena parte del electorado. Se enteraron cuando llegó la derrota y comenzaron a estudiar en profundidad el porqué de la misma.

Confeccionar una relación que sume y nunca reste no es «moco de pavo», como diría el castizo, y de ahí que los partidos en litigio se lo hayan trabajado a modo, me imagino, para seleccionar lo que más interesa a sus visiones electorales, dado que si existen fallos en el catálogo está más asegurada la derrota que la victoria.

Las dichosas listas y qué dilema encontrar a los mejores y que, además, acepten. Casi nada.

LA LISTA

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