El barrio de Santa Teresa atraviesa su peor crisis comercial, con cierres y liquidaciones

El barrio de Santa Teresa , otrora símbolo del nuevo Toledo, no es lo que era. Muchos comercios sobreviven a duras penas y los que no, ya han echado el cierre o tienen puesto el cartel de liquidación. «En este barrio nunca había habido locales vacíos», ha asegurado Antonio Fernández, vocal de la Asociación de Empresarios del barrio de Santa Teresa. Muchos no liquidan porque vayan a cerrar, sino por la gran cantidad de stock acumulado por la caída de las ventas. Los que ya han cerrado, han dejado locales vacíos a la espera de alguien dispuesto a arriesgar en un nuevo negocio.

Los altos alquileres, la competencia de los centros comerciales, la falta de crédito y la d esunión entre los comerciantes son algunas de las dificultades que se han ido encontrando estos negocios. «Los dueños de los locales son, en parte, culpables de muchos de los cierres y traslados por no bajar unos alquileres desmesurados para los tiempos que corren», afirma el vocal. « Los bancos, por otro lado, tampoco dan créditos».

Además, los centros comerciales también se han sumado a una oferta que no es absorbida en cantidad por la demanda de una ciudad pequeña y cercana a la capital como es Toledo, que para lo bueno y para lo malo siempre se ve afectada por la cercanía de Madrid. Trasladar los comercios del barrio a los centros comerciales tampoco es una opción. «En los centros comerciales solo sobreviven las grandes compañías, no los pequeños negocios, que no pueden hacer frente a unos altos alquileres que no se cubren con las ventas de un sábado ni enfrentarse a unas condiciones muy duras por parte de los dueños de los centros, que son los únicos que pretenden salir beneficiados», opina Antonio Fernández.

Sin unión y sin fuerza

Así, puede verse cómo algunos de los que se trasladaron en su día o ampliaron su negocio en centros como Luz del Tajo vuelven al barrio asfixiado. «En el barrio, si tienes que cerrar, cierras; en los centros, aunque se cierre, hay que seguir cumpliendo con un contrato que igual acaba en un año y medio», destaca Antonio Fernández, que en su día se negó a trasladar su tienda de deportes porque «no lo veía viable».

La Asociación de Empresarios del barrio de Santa Teresa estuvo tres años funcionando hasta que a principios de éste prácticamente dejó de moverse. «Somos unos 300 comercios en el barrio, empezamos unos 100 como asociados y ahora apenas somos 50», se lamenta Antonio Fernández. «Hicimos de todo para que la gente se asociara para poder movernos y llevar a cabo iniciativas, pero los comerciantes veían los quince euros mensuales de cuota como un gasto en lugar de como una inversión, sin darse cuenta de que la unión hace la fuerza», apunta un tanto desilusionado.

«Desde la asociación siempre se han presentado propuestas como la construcción de un aparcamiento o la creación de un centro comercial al aire libre, pero es difícil sin asociados», se queja el vocal.

Esta es la situación actual de uno de los barrios de Toledo más pujantes en su día, tanto en el aspecto del pequeño comercio, como de ocio, no en vano se celebra en Navidad una de las mayores concentraciones populares como son las migas, pero que hoy día pasa por su mayor contracción económica.