Diablo III, Análisis
Tras 12 años desde el lanzamiento de Diablo II, Blizzard por fin ha puesto a la venta la tercera entrega de este exitoso RPG de acción en el que tenemos que lidiar entre el bien y el mal para salvar a nuestro mundo de las catastróficas profecías que le rodean.

Tras 12 años desde el lanzamiento de Diablo II , Blizzard por fin ha puesto a la venta la tercera entrega de este exitoso RPG de acción en el que tenemos que lidiar entre el bien y el mal para salvar a nuestro mundo de las catastróficas profecías que le rodean. A pesar de los problemas de conexión, aún latentes, en los servidores del juego, nos introducimos en una batalla épica donde tendremos que derrotar al mal que azota a nuestra era y demostrar que el destino no está escrito.
La paz estaba muy cerca
Tras combatir a demonios como Mephisto , Baal e incluso el propioDiablo, la llegada del Señor de la Justicia, el arcángel Tyrael , esclave para completar nuestra misión de destruir todo el mal sobre lafaz de la tierra. A pesar de que la historia de Diablo II situaba unescenario futuro muy prometedor, dando a entender que habíamosderrotado a todos los demonios del mundo creado por Blizzard , nosencontramos un comienzo en la tercera entrega muy diferente a lo quedebería ser. La ansiada paz que tanto nos costó conseguir se rompe alcaer un extraño meteorito que destroza parte de la antigua catedral yrevoluciona la vida que conocíamos hasta ahora. La caída del meteoritotiene sus consecuencias y desde el comienzo del juego tenemos quelidiar con muertos vivientes que salen de sus tumbas y otros enemigosque amenazan con destruir Nueva Tristam , el punto inicial de DiabloIII .
Empezamos la aventura con un breve tutorial muy bien implementado pararecordar al jugador rápidamente el funcionamiento del juego 12 añosdespués de la anterior entrega. A partir de aquí, la aventura comienzaconociendo a Leah, la sobrina del ya conocido personaje Deckard Caín ,que nos encomienda la misión de descubrir dónde está su tío y qué hapasado con él. Diablo III nos embarca así en una historia que incluyecuatro actos en total intercalados con una impresionante cinemática depresentación entre cada acto que ayudará que nos sintamos dentro de lahistoria.
A pesar de que el giro argumental de la saga en esta tercera entregaresulta totalmente predecible y falto de sorpresas, Blizzard consigueque el jugador experimente intensamente el argumento, si valoramos elproducto en su conjunto. Esta intensidad se logra gracias a lacombinación entre la historia, el diseño de los niveles, el sonidoambiente y una banda sonora a la altura del título.
Una tercera entrega menos siniestra
Las decisiones de diseño del nuevo título de la serie Diablo han recibido críticas desde que mostró al públicolas primeras capturas del juego. Sin duda se trata deun cambio artístico con un enfoque menos siniestro que en lasanteriores entregas, pero no tiene por qué ser negativo ni tampocoimpide que el jugador disfrute de un trabajo a la altura de la saga.
Tras unos minutos de juego, es fácil llegar a apreciar el trabajo y elcuidado con el que se ha tratado este aspecto. El apartado gráfico de Diablo III no destaca por ser de última generación, pero una serie deestudiadas decisiones hacen que el juego transmita exactamente lo quepropone.
La diversidad en los mapas es muy acertada y está implementada a laperfección, dando una sensación de total libertad en los paisajesabiertos y con detalles como la vegetación en movimiento en segundoplano. En su conjunto, Diablo III destaca gráficamente por introduciral jugador en un mundo mucho más vivo que Diablo II y donde se puededisfrutar simplemente observando los árboles en movimiento, losimpresionantes acantilados en las guaridas del Acto IV o la fuerza delcalor y su ambiente árido en el desierto.
En cuanto a los requisitos técnicos para disfrutar del juego, Blizzard siempre ha apostado por títulos que no necesitan de grandes equipos para ofrecer lo mejor de sí mismos. Diablo III no marca unagran diferencia en este apartado con los demás títulos que posee lacompañía y sigue la política que siempre ha defendido. Así pues, casicualquier configuración intermedia permite exprimir las capacidadesdel videojuego sin necesidad de renovar los componentes del ordenador.
Banda sonora a la altura
Lo primero que se agradece al iniciar el juego es que se mantenganintactos los sonidos característicos de las anteriores entregas. Elambiente sonoro casi permite sentirse transportado al pasado alescuchar los montones de oro caer o el sonido del movimiento de armaso gemas en nuestro inventario. Todo ello se suma para ofrecer detallesque instantáneamente recuerdan a los anteriores juegos de la saga.
El compositor Russel Brower ha sido el encargado de juntar las notaspara crear uno de los mejores y más destacados apartados del juego, lamúsica. La banda sonora, a pesar de ser totalmente nueva, conservaigualmente el estilo característico de la música de Matt Uelmen , conese toque medieval siniestro de los acordes de guitarra.
El doblaje al español está muy cuidado y está a la altura de lasproducciones de Blizzard en nuestro idioma. Los personajes nojugadores, nuestros compañeros en la aventura, disponen de un ampliorepertorio de frases y conversaciones con nuestro personaje que nosharán el camino mucho más ameno. Cabe destacar pequeñasdesincronizaciones labiales en las cinemáticas más impactantes queempañan levemente el resultado final del vídeo.
Cambiar nunca había sido tan complicado
A pesar de que sería inconcebible una tercera parte del título sincambios importantes en el juego, Blizzard ha sido criticada por losjugadores más veteranos por sus decisiones a la hora de añadir cambios sustanciales en la forma de jugar. Existen variasdiferencias importantes entre la jugabilidad y el sistema de nivelesde la segunda y esta tercera entrega del juego. Uno de los cambios mássignificativos ha sido la asignación totalmente automática de lospuntos de habilidad del personaje. En Diablo II el jugador disponía deuna serie de puntos, a distribuir entre las características que queríapotenciar, en cada subida de nivel. En esta entrega, Blizzard haquerido eliminar este sistema automatizando el proceso e impidiendo aljugador la personalización de sus aptitudes.
La compañía defiende que el nuevo sistema de niveles o habilidades noes una casualización del título, ya que la subida automática de losatributos ayuda a que los jugadores más noveles se despreocupen deerrar en sus decisiones y disfruten el juego en su totalidad. Aunquepara los jugadores más experimentados pueda parecer un cambionegativo, lo cierto es que conforme subes de niveles se olvida lanecesidad de repartir los puntos.
El nuevo sistema de desbloqueo de habilidades también resulta unarenovación total con respecto a la segunda entrega. En Diablo III estesistema es muy diferente, ya que se escogen automáticamente lashabilidades que se desbloquearán en cada subida de nivel. El jugador,en vez de disponer de puntos para potenciar las características másafines con su estilo de juego, posee una serie de runas que podrá irintercambiando según el efecto que busque en cada momento. Estas runasmodifican las habilidades para permitir cierta flexibilidad en eldesarrollo del personaje. En general, la impresión de la gestión depersonaje es que la personalización de nuestro alter ego digital pierdeimportancia.
En las clases disponibles en el juego, encontramos lasprincipales novedades de Diablo III con un repertorio parcialmenterenovado respecto a Diablo II . Se mantienen clases ya conocidas comoson el bárbaro o el mago y se añaden otras como el cazador dedemonios, experto en armas a distancia y trampas. El médico brujo, porsu parte, hace uso de habilidades de nigromancia y el monje, unpersonaje muy dinámico y ágil versado en habilidades de apoyo ycombate cuerpo a cuerpo.
Ese cubo horádrico es un gran tesoro
Una de las cosas que los jugadores de anteriores títulos echan enfalta, más por su nostalgia que utilidad, es el querido CuboHorádrico . En la tercera entrega, el jugador tendrá que vivir susaventuras sin disponer de las combinaciones que proporcionaba elmágico cubo.En Diablo III tendremos que confiar en la ayuda de un artesano para que, previo pago en oro de nuestras arcas, nos confeccione las mejores gemas disponibles. Como la entrega anterior, el herrero será quien nos venderá y fabricará una gran variedad de armas, aunque si queremos las mejores piezas, tendremos que subirlo previamente de nivel.
Por otra parte, las anteriores entregas de Diablo siempre se hancategorizado por la necesidad del coleccionismo que sienten todos losjugadores. Una de las cosas más emocionantes del juego es derrotar alos jefes finales de cada acto para esperar una jugosa recompensa amodo de objeto especial tras su muerte. Todo esto, y la cantidad deobjetos diferentes disponibles que podemos encontrar, hacen que eljuego sea extremadamente rejugable.
Para que el título no resulte repetitivo, Blizzard vuelve a insistir enlas antiguas estrategias que le funcionaron en el pasado. Diablo III utiliza un sistema de generación aleatoria de mapeados, al igual quesus antecesores. Así, a pesar de repetir los actos una y otra vez, eljugador no sentirá que el título es exactamente igual, debido a quecada mapa se crea de forma aleatoria. Al derrotar a un jefe finaltambién disponemos del favor de la suerte para conseguir armas mejoresde las que portamos.
La casa de subastas
Directamente pensado para los coleccionistas, Blizzard introduce en Diablo III un sistema de subastas que se ha implementado por primeravez en un título de la saga. La compañía ha querido así acabar con unode sus mayores quebraderos de cabeza, la venta ilegal de oro yobjetos. En Diablo III disponemos de la opción de vender nuestrosobjetos por oro la moneda del juego- con un sistema automatizado desubastas donde es muy sencillo obtener lo que buscas.
Sin embargo, lo que más controversia ha creado es el sistema desubastas por dinero real. Blizzard siempre ha perseguido esta prácticacomo delito, pero finalmente ha dado la vuelta a sus palabrasañadiendo un sistema que sitúa la compañía como intermediaria de laventa, obteniendo una comisión de la misma. Esta opción no seencuentra disponible desde el lanzamiento del juego y se ha anunciadouna posible activación a finales del mes de mayo.
Más social que nunca
La importancia de las redes sociales en nuestra vida cotidiana no haquedado olvidada por parte de los desarrolladores. Diablo III cuentacon una integración social muy fuerte, cómoda y acertada que anima alos jugadores a jugar en cooperativo. La facilidad con la que nuestracuenta con Battle.net se integra en Facebook y recoge todos nuestroscontactos que están jugando al juego es digna de elogio.
El modo de juego cooperativo, que está limitado a cuatro jugadores,introduce al jugador en una experiencia mucho más divertida y amena.Si nos mostramos como disponibles dentro del juego, tenemos que teneren cuenta que en cualquier momento se nos podrá unir un amigo y ladificultad se multiplicará al instante para adaptarse a la nuevaincorporación. Blizzard refina una de las opciones más importantes deljuego solucionando pequeños resquicios que se encontraban en DiabloII .
Por último, la moda de los logros también llega a la saga con latercera entrega, introduciendo una ingente cantidad de logros quepodemos desbloquear según jugamos. Esos logros, así como las subidasde nivel o nuestro avance en la historia, aparecerán en la pantalla detodos nuestros amigos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete