Jugamos a 'Lysfanga: The Time Swift Warrior': doblegar el tiempo nunca fue tan divertido
Este juego de acción y puzles en perspectiva isométrica recuerda irremediablemente a Hades. Sin embargo, aquí las comparaciones sí que son buenas
Jugamos a 'Prince of Persia: The Lost Crown': una nueva maravilla y el renacer de un clásico
![Jugamos a 'Lysfanga: The Time Swift Warrior': doblegar el tiempo nunca fue tan divertido](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/tecnologia/2024/02/05/lysfanga-RJuLChxfbYvfHZOaWEZXYnK-1200x840@abc.jpg)
2024 ha comenzado cargado de lanzamientos potentes, manteniendo el listón alto que dejó como legado el 2023 en la industria de los videojuegos. Ahora es el turno de los juegos 'indie', o más bien aquellos que no tienen tanto foco mediático ni tanto presupuesto como otros títulos. 'Lysfanga: The Time Swift Warrior', es un juego pequeño, pero que tiene de padrino a uno de los gigantes de la industria: Quantic Dreams. El juego es obra de Sand Door Studio, un pequeño equipo francés de 21 desarrolladores, que en un principio era un proyecto de fin de carrera, pero poco a poco fue evolucionando, y lo ha hecho para bien. Tanto, que los desarrolladores de títulos como 'Detroit: Become Human' o 'Heavy Rain' han incluido este título bajo su sello 'Spotlight'.
En Lysfanga encarnamos a Imë, heredera de los poderes del tiempo y protectora del reino de Antala, que tendrá que liberar las antiguas tierras de su pueblo de una temible raza de criaturas conocidas como Raxes. Bajo esta premisa se desarrolla toda una aventura que, sin ser perfecta, nos ha mantenido enganchados de principio a fin en las 15 horas que nos ha durado.
Lo primero que hay que remarcar es lo vistoso que es el juego. El equipo de Sand Door Studio ha conseguido hacer un título precioso, y tanto en su arte como en el estilo gráfico recuerda inevitablemente a otros juegos isométricos como 'Hades' o 'Transistor'. Incluso desprende un ligero aroma al último 'Prince of Persia', con ese toque desenfadado y 'cartoon' para los diseños de los personajes. El juego de cámaras y la variedad de escenarios ayuda muchísimo es otro punto a favor para que el jugador se quede atónico a cada escenario nuevo.
Combates a contrarreloj... con la ayuda de ti mismo
Pero donde brilla, sin lugar a dudas, es en su propuesta jugable. Todo el 'gameplay' se basa en combates en estancias o arenas, que son más bien puzles, donde toca acabar con todos los enemigos antes de que se acabe nuestro tiempo. Porque sí, al igual que en 'Prince of Persia', las mecánicas temporales serán el eje de la acción durante toda la aventura. Para ello, Imë puede crear 'remanentes' o copias de sí misma, que replican todas las acciones que hizo antes de que se acabara el tiempo. De esta manera, haciendo equipo con sus 'otros yo' de líneas temporales anteriores, se pueden resolver los puzles y combates.
Y no todo es matar sin ningún sentido, porque varios enemigos requieren de mecánicas concretas y de rebanarse los sesos para ver cómo lidiar con la arena en el poco tiempo que tenemos. Por ejemplo, algunos van equipados con escudos que necesitan ser golpeados de frente, sin sufrir daño, para con el siguiente clon hacerle daño por la espalda. Otros, enlazados, deben ser eliminados al mismo tiempo, o algunos explotan y será necesario mandarlos volar por los aires para acabar con barios esbirros a la vez. Aquí, junto con los puzles del entorno, entra la parte estratégica del título, que nos ha encantado, pero que a su vez nos ha parecido ligeramente desaprovechada.
Falta dificultad... y exploración
En lo malo, hemos sentido en ABC que el reto es minúsculo. A poco que aprendas las estrategias de cada enemigo, podrás pasarte todas las arenas a la primera sin mucha complicación. Siempre vas sobrado de copias, y pese a que nunca mejoras exponencialmente tu daño, de cuatro golpes puedes acabar con la mayoría de enemigos del plantel.
Tampoco hay un aliciente regubable. El juego te invita a batir tus marcas y superar las fases en determinado tiempo, pero hacerlo o no es un reto puramente personal, porque no hay recompensa alguna por ello. Da igual si tardas un minuto o 30 segundos, mientras que acabes con todos antes de quedarte sin copias podrás avanzar a la siguiente fase.
Además, hemos echado de menos una mayor profundidad en la exploración. A nivel artístico el juego roza un nivel notable, pero perderse por los entornos no tiene mucha más recompensa más allá de encontrar objetos puntuales para poder aumentar la cantidad de clones que podemos tener en la recámara. Es imprescindible para mejorar a la protagonista, pero la historia de por sí te provee de lo necesario para pasarte sin complicaciones.
No cabe ninguna duda que lo que propone Lysfanga es algo muy original y que puede encajar a toda clase de jugadores. A nuestro parecer, se disfruta mucho más en partidas cortas, por lo que sería ideal jugarlo en Nintendo Switch. Ojalá en un futuro llegue a la plataforma, porque en estos momentos es exclusivo de PC —Steam y Epic Games—. Por ahora, quien quiera probar si esta fórmula es lo suyo, se puede jugar desde este lunes 5 de febrero a una versión de prueba, a esperas del lanzamiento oficial el 13 de febrero. A la mínima que te llame la atención, no te va a defraudar.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete